Sin margen para más postergaciones, la Convención Reformadora tomará este viernes una decisión de alta carga simbólica: cuál es el lugar de la religión en la nueva Constitución de Santa Fe.
La comisión Redactora pasó a un cuarto intermedio y a la tarde habrá sesión. Presión de la Iglesia y diálogo entre Unidos y el PJ
Este viernes el plenario de la Convención Reformadora definirá si Santa Fe tiene o no religión oficial.
Sin margen para más postergaciones, la Convención Reformadora tomará este viernes una decisión de alta carga simbólica: cuál es el lugar de la religión en la nueva Constitución de Santa Fe.
Así lo decidió ayer la comisión Redactora, que tras una serie de cuartos intermedios dejó el tema para hoy a las 9 en el recinto de la Cámara de Diputados.
Antes del receso, la comisión presidida por Joaquín Blanco (Unidos) definió que la Redactora saldrá por primera vez de la Legislatura. La última reunión del cuerpo encargado de emprolijar y armonizar el texto final se reunirá el lunes a las 9.30 en Rosario, en un lugar por definir.
Lo cierto es que la cuestión religiosa será uno de los temas centrales de la sesión de este viernes, la última plenaria para abordar los dictámenes de las comisiones temáticas.
En este caso, le toca a la agenda que trabajó la comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías, presidida por la exvicegobernadora Alejandra Rodenas, del bloque Más para Santa Fe.
Al igual que en las otras comisiones, Unidos para Cambiar Santa Fe hizo pesar su mayoría para impulsar el dictamen con más votos.
A los votos propios —María Victoria Tejeda, Germán Baumgartner, Leonardo Diana, Lucía Masneri, Walter Ghione, Joaquín Gramajo, Gino Svegliati, y Gisel Mahmud— sumó otros dos: Caren Fruh (Frente de la Esperanza) y Juan Domingo Argañaraz (Somos Vida y Libertad).
La versión del artículo 3 de la alianza que nuclea al radicalismo, el socialismo, el PRO y otras fuerzas plantea: “La Provincia no establece religión oficial, asegura la distinción entre el orden civil y el religioso. La relación entre el Estado, las iglesias y los cultos legalmente reconocidos, se rige por los principios de autonomía, igualdad, no discriminación, cooperación y neutralidad”.
El texto contrasta con el artículo vigente, pone al catolicismo en un lugar privilegiado. “La religión de la Provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes”, estipula la Constitución de 1962.
La neutralidad religiosa es una victoria simbólica de los evangélicos, que ganan terreno en el mundo religioso y tienen en el pastor Walter Ghione (Unidos) a un representante en la Constituyente. La reformulación del artículo 3 generó una reacción de la Iglesia, que busca un reconocimiento en el nuevo marco constitucional de la provincia.
Esta semana, los obispos de las cinco diócesis y el Equipo Interdiocesano enviaron una nota a los constituyentes en la que le pidieron que la nueva Constitución mencione explícitamente al catolicismo.
Las autoridades de la Iglesia manifestaron su deseo que la Carta Magna incluya “una referencia expresa a su presencia y aporte en la vida del pueblo santafesino”.
“La omisión de la Iglesia —presente desde los orígenes de nuestra historia y comprometida activamente en la vida educativa, social, comunitaria y espiritual de cada rincón de la Provincia— constituiría una ausencia difícil de justificar, especialmente en un texto que pretende reflejar integralmente la identidad del pueblo santafesino”, expresaron.
En el texto, los obispos destacan que este pedido “no responde a una búsqueda de privilegios”, sino que busca ser “un gesto de reconocimiento responsable y respetuoso” hacia la comunidad católica y hacia todas las expresiones religiosas presentes en el territorio.
El pedido de la Iglesia católica encontró eco en la Legislatura, donde transcurre la Convención.
“Todavía no está cerrado”, reconocieron a La Capital desde Unidos.
En la misma línea, desde la bancada que aglutina al PJ y sus aliados admitieron diálogos con el oficialismo para que la Iglesia no desaparezca del texto constitucional.
En este punto convergen la mirada de los sectores más tradicionales del justicialismo y la visión de los espacios más progresistas. En este caso, reconocen en la Iglesia -sobre todo a partir del papado de Francisco- a un aliado en la pelea por los derechos de los más débiles.
Además de la cuestión religiosa, los temas más espinosos que quedan pendientes son el artículo 9, relacionado con las condiciones de detención y el hábeas corpus, y los artículos 109 y 110, vinculados a la educación.
El plenario ya aprobó modificaciones sustanciales a la Constitución, que alteran el ejercicio del poder en Santa Fe.
Por ejemplo, habilitó la reelección del gobernador y vice, terminó con las reelecciones indefinidas para legisladores e intendentes, restringió los fueros de los diputados y los senadores.
También saldó la deuda con la autonomía municipal, que habilitará, por ejemplo, a Rosario a dictar su propia Carta Orgánica.
En el terreno judicial, la Constituyente le dio rango constitucional a una Corte Suprema de siete integrantes, cuyos miembros no deben superar los 75 años, garantizó la independencia del Ministerio Público de la Acusación y del Servicio Público de la Defensa Penal y estableció nuevos mecanismos para la designación de jueces, fiscales y defensores.
El martes 9 vendrá la lectura completa del nuevo texto y luego la aprobación definitiva.
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El viernes 12 se aprobará la versión taquigráfica y se hará la jura de la nueva Constitución provincial.
Primero será el turno de los convencionales y luego lo harán las autoridades de los tres poderes. Ese día, Maximiliano Pullaro jurará dos veces: como constituyente y como gobernador en ejercicio.