Poco después de la medianoche comenzó el éxodo de macristas, reutemistas, peronistas variopintos, simpatizantes neutros, y el salón del hotel de la zona del puerto de la capital provincial comenzó a despoblarse. Fue después de que Mauricio Macri le recriminara al gobernador Antonio Bonfatti que el socialismo se hubiese atribuido el triunfo por medio punto de diferencia. “No está bueno esto que hicieron”, le dijo ante las pantallas de televisión, asegurando además que ellos también saben “contar y matemáticas y nuestras mesas testigos nos dan 0,7 por ciento a favor de Del Sel”.
Un rato antes, en la sede provincial del PJ, el candidato del Frente Justicialista, Omar Perotti (también a menos de un punto en la grilla de competidores) reclamó la apertura de la totalidad de las urnas y el recuento voto a voto.
El verdadero mensaje que Macri le mandó a Bonfatti —a quien hizo personalmente responsable— no fue recriminarle el festejo anticipado del socialismo sino un encriptado entrelíneas cuando tangencialmente mencionó a Perotti y su pretensión de apertura de todas las urnas y recuento de votos. Una tarea que demandaría al menos los 40 días que se necesitaron hace 20 años cuando el propio Carlos Reutemann, entonces gobernador, acordó con todos los partidos políticos resolver de ese modo la duda acerca si quien lo sucedería sería Jorge Obeid o Héctor Cavallero.
Anoche, mientras aludía al pedido de Perotti, Macri estaba junto a Carlos Reutemann, y Perotti hace 20 años era el candidato a vice de Cavallero. Es decir, todos ayer en Santa Fe sabían de qué hablaban. Tanto es así que no fueron pocos los dirigentes de aquellas épocas que preguntaban en voz baja “si previamente habían hablado con Omar”.
Unos y otros manejaban la misma información. Para esa hora ya el Tribunal Electoral, tal como confirmó La Capital, había decidido que al menos 100 telegramas (que no se cargaron al provisorio) irían directo al escrutinio definitivo. Y todavía se evaluaban otros 400, aunque se estimaba que, de éstos, la mayoría podría salvarse. ¿El dato motivó la reacción coordinada de Perotti y Macri que, con diferencia de minutos, salieron a pedir recuentos aunque con énfasis distintos? Ese dato, ¿llevó a los socialistas a adjudicarse la victoria en base a datos propios de mesas testigos?
Se supo que una vez que Macri, Del Sel, Reutemann, Jorge Boasso y Roy López Molina bajaron del escenario enfilaron a una reunión de la que habrían participado dirigentes como Federico Pinedo o Carlos Melconian. Al parecer, en ese cónclave se repasó la estrategia para miércoles.
Ese día a las 8 comienza el escrutinio definitivo, que demandará no menos de una semana (dependerá de la cantidad de urnas a abrir). Como hiciera en las Paso, el Tribunal Electoral tiene decidido aplicar un criterio elástico y ante la menor duda que genere una planilla, abrir la urna. La ley establece que el escrutinio definitivo se hace cotejando las actas de los fiscales y las autoridades de mesa. Si hay coincidencia entre unas y otras se van por válidos sus resultados. Anoche, las actas de las autoridades (las que llegan al Tribunal) y que se enviaron directamente al escrutinio definitivo tenían errores serios, como la falta de suma de toda una categoría, por ejemplo.
En cada mesa se prevé que voten 350 electores. La concurrencia de votantes rondó el 75%, con lo que el estimado por mesa da unas 250 personas. Es decir que en esas 100 mesas habría unos 20.000 votos. Serán más de 100 mesas para contar porque, como se dijo, anoche el Tribunal analizaba otras 400 actas con datos mal consignados.
El interrogante no está dado por el hecho de que el nombre del gobernador se conocerá con el recuento final. Esa certeza animó a todos, incluso a los socialistas que hicieron su proclamación con sus mesas testigos. La duda que quedó flotando en la provincia es cómo será ese proceso. En 1995 todos los partidos acordaron abrir la totalidad de las urnas y contar voto por voto y el Tribunal Electoral sólo convalido ese acuerdo político. Un escrutinio de más de un mes generaría otro inconveniente porque se encimaría con las elecciones presidenciales.
Anoche en el búnker del PRO algunos proponían acordar con Perotti una presentación formal al Tribunal pidiendo eso. “¿Acaso los socialistas, que tienen según ellos mismos medio punto de diferencia, se van a oponer? Con el antecedente de la desprolijidad en el recuento provisorio de las Paso, ¿cómo explicarán al país que se oponen al recuento que sería la única forma de dar certeza al resultado y legitimidad al próximo gobernador?”.
Un alto dirigente del sector explicó a este diario: “La clave de lo que Mauricio Macri le dijo a Bonfatti, con tono severo y énfasis tranquilo, está en la palabra legitimidad”.