Y enseguida acotó: "No se trata solo de traer un números de efectivos federales durante un tiempo, sino también de atacar en conjunto los núcleos duros de la delincuencia, de la droga, de ir al hueso del problema y buscar una solución definitiva y de largo plazo".
Según Lifschitz, la idea es trabajar en los próximos días con los equipos de los ministerios de Seguridad, de la provincia y de la Nación, para llegar a la reunión de la semana próxima (podría ser lunes o martes) con una propuesta en común.
Consultado sobre si hoy está garantizada la presencia de las fuerzas policiales en Rosario, en diálogo con Canal 5, el gobernador sentenció: "Sí, hoy tenemos una cantidad reducida, se habló de incrementar ese número, pero no queremos repetir parches que ya se aplicaron en el pasado y que no fueron soluciones definitivas, que fueron como una aspirina para bajar la fiebre en el momento, para calmar la ansiedad de la gente, pero que después no queda nada, no hay solución, no mejora la cosa y nosotros estamos empeñados, por lo menos desde que yo asumí el gobierno, en promover cambios de fondo, y compartimos la misma idea con la ministra".
Respecto de las ideas que se barajaron para atacar el problema, Lifschitz sostuvo que "la intención es poder formar una mesa de coordinación permanente, de trabajo cotidiano, con Gendarmería, Prefectura y la policía, pero también con la Justicia Federal, la Justicia provincial y otros organismos que también tienen que ver como la Aduana en los puertos".
Sobre el particular, sentenció que "si bien no sabemos por cuál de los puertos o por otros sitios no autorizados", pero que está claro que "la hidrovía Paraná - Paraguay es una vía de ingreso y, probablemente, de egreso de la droga que proviene de otros lugares".
Por último, y al ser interrogado por el diagnóstico que tiene sobre la inseguridad en la ciudad, comentó: "Voy a compartir el diagnóstico que tenemos todos. Es una situación compleja, con un nivel de homicidios muy alto con relación a otros lugares del país, aunque a pesar de eso viene descendiendo en los últimos tres años y fundamentalmente en este último. Pero eso es como reconocer que la fiebre bajó de 40 a 39,5 y con eso no alcanza. Necesitamos cambios más de fondo y un plan más integral y abarcativo de los distintos factores que hoy están incidiendo en la violencia y la inseguridad".