Mientras la selección avanza hacia la cima en el mundial de Qatar, el socialismo mandó a la cancha a un jugador de apellido histórico.
Por Mariano D'Arrigo
Federico Lifschitz, una de las cartas del socialismo para el escenario electoral rosarino.
Mientras la selección avanza hacia la cima en el mundial de Qatar, el socialismo mandó a la cancha a un jugador de apellido histórico.
Se trata de Federico Lifschitz, hijo del ex intendente y ex gobernador Miguel Lifschitz, fallecido en mayo de 2021 tras una serie de complicaciones de salud derivadas de un cuadro de Covid.
Con base en la zona sur de Rosario, Lifschitz viene levantando el perfil.
El joven de 31 años y a pocas materias de recibirse de licenciado en Administración en la UCEL fue uno de los oradores del encuentro militante realizado el 2 de diciembre en el club Central Córdoba. Allí participaron mil vecinos y vecinas, pero también varios dirigentes de peso del partido.
Ese día se subieron al escenario para sacarse una foto con Lifschitz la presidenta a nivel nacional del PS, Mónica Fein; el titular del partido en la provincia, Enrique Estévez; el intendente de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci, y Clara García, presidenta del bloque del Frente Progresista en la Cámara de Diputados y esposa de Miguel Lifschitz hasta su muerte.
Nacido en cuna socialista, Federico es el tercer hijo del matrimonio entre Miguel Lifschitz y su primera esposa, Nora Ramírez, también dirigente del PS.
Sus tres hermanas también estuvieron o están cerca de la vida interna del partido. “Ana Luz militó en la agrupación de la Facultad de Arquitectura (Area) y presidió el centro de estudiantes, pero una vez recibida no continuó. Esperanza acompaña, pero siempre ha tenido una participación más bien pasiva, y Yasmín se ha ido involucrando mucho más y hoy participa activamente, junto a mí”, dijo Lifschitz a La Capital.
Federico empezó a militar en el partido a los 17 años en la seccional 15, que abarca los barrios Matheu, Tiro Suizo y La Guardia. Después fue responsable de la Juventud Socialista en la zona Sur y luego armó un grupo en la seccional 16, que corresponde al barrio Tablada.
En 2016 priorizó su actividad en el mundo privado, pero tres años más tarde volvió al ruedo. “En 2019, luego de las derrotas electorales y una realidad partidaria frágil en términos de presencia y desarrollo territorial, Miguel me convocó con la consigna de reconstruir y fortalecer nuestra estructura partidaria en el sur de la ciudad”, señaló.
El día antes a que Lifschitz sea hospitalizado, Federico sacó el 70% de los votos en la interna y fue elegido secretario general del centro socialista de la seccional 15.
“En el último mensaje que crucé con mi viejo antes de que lo internen me llegó a felicitar por el resultado”, recordó.
“Nos dejó grandes valores, no solo para la política, sino para la vida, como el valor del trabajo, el esfuerzo, la honestidad y la transparencia”, subrayó.
Lo cierto es que la partida de Miguel Lifschitz fue otro golpe durísimo para el PS, que sufrió el desgaste de la gestión en áreas sensibles como la seguridad y perdió hace tres años tanto la Gobernación de Santa Fe como la Intendencia de Rosario.
El fallecimiento del entonces presidente de la Cámara de Diputados de la provincia le quitó al partido no solo su máximo líder, sino también su principal carta electoral.
Al mismo tiempo que el PS negocia con la UCR, el PRO, el espacio de Pablo Javkin y otras fuerzas, el armado de un gran frente opositor —una jugada resistida por un sector de la dirigencia y la militancia— el partido de la rosa trata de posicionar a sus principales figuras e instalar nuevas referencias.
“La idea es que todo aquel que tenga ganas y crea que puede aportar, juegue. Nos sirve que haya muchos compañeros en la cancha, y a la hora señalada nos ordenaremos”, dicen desde la conducción del partido.
Para cubrir los principales casilleros locales, el PS tiene a Fein, García, Estévez o la propia Verónica Irízar como posibles opciones. Incluso un sector del partido promueve al secretario de Salud de la ciudad, Leonardo Caruana.
El nombre elegido dependerá también de quiénes sean los rivales. El escenario cambia si Javkin va por la reelección o se mueve hacia el tablero provincial.
En este marco, Lifschitz, integrante del espacio que coordina los 22 centros socialistas que funcionan en Rosario, es un nombre posible para sumar a una lista.
Por ahora, no quiere hablar de candidaturas. “Es momento de discutir proyectos, soluciones para los rosarinos”, sostuvo.