El empleado de un negocio de ropa para jóvenes ubicado en pleno centro, un taxista y un profesor de básquet. Esos eran los integrantes de un triángulo dedicado a la venta de estupefacientes que se desarticuló ayer en Rosario en una serie de allanamientos que desplegó la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) en coordinación con la Dirección de Control y Prevención de Adicciones (ex Drogas Peligrosas) por orden de la Justicia Federal. Dos de los sospechosos quedaron detenidos y se les secuestraron diez dosis de LCD, veinte bochas de cocaína, cogoyos de marihuana, un revólver 38 y cargadores de pistola 9 milímetros, armas que el taxista alquilaba a delincuentes.
Si se analiza el rol de cada uno de los integrantes de la banda desbaratada ayer, no deja de preocupar y sorprender cómo los circuitos de venta de droga instalados en la ciudad perforan las capas sociales y a la vista de todos.
En el centro. Un vendedor de un reconocido local de ropa ubicado en peatonal Córdoba casi Mitre apuntaba a un público joven de mediano y alto poder adquisitivo y aprovechaba esa vidriera comercial para contactar clientes y vender LCD y bochas de cocaína en pleno centro sin que los dueños del local advirtieran nada y de lo que son totalmente ajenos.
Ese mismo actor se conectaba con un taxista que no sólo transportaba pasajeros, sino que realizaba delivery de droga, aspectos que forman parte de la investigación y surgen de las escuchas y seguimiento que se hicieron a los imputados durante un año.
"El joven del local vendía a cualquier hora en la zona céntrica. Y tenía contacto con el peón de taxi, que hacía delivery y también tenía armas que las alquilaba en el mundo del hampa", refirió ayer a La Capital el comisario Alejandro Druetta, titular de Control y Prevención de Adicciones, sobre la pesquisa.
Tiro al aro. El emergente sorpresivo, que de confirmarse resultaría inquietante, es la presencia en la red de un profesor de básquet de un populoso club de la zona sur que, de acuerdo a los datos de la investigación, aprovechaba sus vínculos para ofrecer y vender estupefacientes entre sus propios alumnos. Esa persona no fue hallada en su domicilio.
Los allanamientos de la TOE se desplegaron ayer en domicilios particulares ubicados en pasaje Santafesino al 2800, avenida del Rosario al 2500, 1º de Mayo al 1300 y 27 de Febrero al 600. En esta última vivienda residía el taxista, y en pasaje Santafesino el empleado de la pilchería.
Ese joven también fue denunciado por robo, ya que en su casa se secuestraron 500 prendas que fue sustrayendo de su lugar de trabajo (remeras, zapatillas, bermudas, gorras). "Los dueños del negocios estaban muy consternados con lo que pasó, ellos son totalmente ajenos a las maniobras y por eso no se allanó el local", aclaró Druetta.
Al taxista se le secuestró una pistola calibre 38 y dos cargadores repletos con proyectiles de pistola 9 milímetros. Además, diez dosis de LCD, veinte bochas de coca y pastillas. En ese caso se agrava su situación por tratarse de un servidor público. El vendedor de ropa, además, tenía cogoyos de marihuana en tres frascos, y elementos para armar cigarrillos.