Neuquén.- El hijo del donante de las tierras donde se construyó el embalse de El
Chocón fue asesinado a puñaladas mientras era atendido por una médica en una camilla del hospital
de esa tranquila villa cordillerana situada a 80 kilómetros al sur de la ciudad de Neuquén.
El asesinato de Manuel Bustingorry, de 48 años y padre de seis hijos, conmocionó a El Chocón
debido a que su familia era la propietaria de las tierras en donde se asentó la villa y que su
padre donó al Estado Nacional en los años 70 cuando se emplazó la represa hidroeléctrica del mismo
nombre.
La víctima había requerido una consulta médica por una herida en una pierna, por lo que estaba
acostado en una camilla ante la médica Liliana Torres, quien se colocó guantes quirúrgicos cuando
repentinamente Andrés Muñoz, de 42 años, entró al consultorio, inmovilizó a Bustingorry y le
propinó nueve puñaladas.
Cuando la médica salió del consultorio a los gritos Bustingorry intentó defenderse del ataque,
pero su pequeña contextura poco pudo oponer al vigoroso físico de Muñoz, quien lo asesinó.
La escena fue presenciada por un enfermero que acudió ante los gritos de Torres y que intentó
separar a los hombres sin suerte. La policía —alertada por el personal hospitalario—
interceptó inmediatamente al agresor y tras reducirlo y quitarle el cuchillo, lo llevó detenido a
una dependencia de la Villa.
Hasta allí concurrió desde Cutral Có la jueza de instrucción Beatriz Martínez, quien en pocas
horas investigó las posibles razones del crimen.
Según informaron los investigadores, poco antes también debió ser atendida la esposa de Muñoz,
quien al parecer sufrió un ataque de su marido.
La hipótesis principal se basa en una relación amorosa entre Bustingorry y la esposa de Muñoz,
que se había consolidado en los últimos tres meses.
Visitas secretas. “Bustingorry era separado hace años y comenzó a visitar en secreto a la
esposa de Muñoz, quien estaba a punto de irse a vivir con él. Muñoz se enteró y no lo soportó. Hace
varios días que empezaron a enfrentarse”, comentó un allegado a ambos hombres.
Incluso, testigos indicaron a la policía que Bustingorry y Muñoz habían tenido una fuerte
discusión el jueves a la mañana, poco antes del crimen, y que posiblemente la herida en la rodilla
de la víctima haya sido causada por el asesino.
Vecinos reconocidos. Bustingorry era integrante de una de las familias más tradicionales de El
Chocón, ya que su padre era el propietario de las tierras en donde se asentó la comunidad, luego de
la construcción de la represa del mismo nombre y el llenado del lago Exequiel Ramos Mejía.
También Muñoz es un reconocido vecino del lugar. Hasta el crimen trabajaba en el área de
mantenimiento del mismo hospital que fue escenario del hecho, e incluso integró la comisión gremial
interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el centro asistencial.
La villa es una pequeña localidad que nació luego de la puesta en marcha de la represa y en los
últimos años logró instalarse en la oferta turística regional con la difusión de hallazgos
paleontológicos de dinosaurios y la construcción de un museo y parque temático referido al
tema.
En estos días está en la cima de la temporada y es visitada por 13.000 personas, testigos
involuntarios del crimen que paralizó a la villa. Marcelo Jakimenco organizaba para anoche un gran
baile y debió suspenderlo por la conmoción popular.
Dijo que “una cosa así no ocurre nunca acá. Hace 20 años asesinaron a balazos a una mujer
y desde entonces nunca pasó ni el más mínimo hecho violento. (Télam)