Dos barrios linderos de la zona norte de Rosario quedaron atravesados por la violencia armada en las calles con tres homicidios en el transcurso de 72 horas. Dos ocurrieron en La Cerámica y el tercero en El Churrasco, a la vuelta de donde tenía domicilio la víctima de uno de los crímenes anteriores. En el último hecho, ocurrido la mañana del viernes, fue asesinado un hombre de 37 años a quien balearon cuando estaba junto a su pareja, que resultó herida, y un bebé que sobrevivió. Al menos en dos casos, a metros de la escena de los hechos funcionan a toda hora puntos de venta de drogas.
Cerca de la medianoche del jueves, al menos tres hombres tomaban una cerveza sentados en un banco ubicado en la vereda de Unión al 2800, barrio La Cerámica cuando fueron atacados a balazos. Según la versión preliminar de la Fiscalía, los homicidas gatillaron desde un auto en movimiento. Luis Alberto Gómez, de 36 años, cayó herido y fue trasladado de inmediato en un auto particular al Hospital Alberdi, donde falleció a los pocos minutos de ser ingresado.
Para la mañana del viernes en la escena del crimen solo quedaban las estampas de tres disparos en el tapial de la casa que tiene el banco de cemento donde estaba la víctima con sus amigos. Los habitantes de esa vivienda contaron a La Capital que ellos dormían, que son ajenos al hecho y que el grupo se sentaba en ese banco por una cuestión de comodidad. A unos pocos metros un grupo de allegados a la víctima contó que Gómez había vivido en esa cuadra, pero que también tenía domicilio en Larrechea al 1900, donde vive su hermana. Agregaron que el hombre trabajaba en una chatarrería que funciona frente a donde fue asesinado.
"Lo que puedo decir primero, viste como es el tema, es que no se puede nombrar a nadie porque esto trae cola. Segundo, se equivocaron. Era para otra persona", confió un conocido de la víctima. Entre los vecinos, que conviven con las dinámicas que rigen cotidianamente en el barrio, predominó el temor como en tantas otras ocasiones en este marco de violencia sostenido en la ciudad. "Esto es lo que ustedes se enteran, pero los tiros acá son constantemente. Decir más ya es mucha información y no quiero hablar de más. Acá está minado por la blanca, mejor prevenir", resumió un hombre para referir que se trata de una zona bajo control de quienes administran el narcomenudeo.
Emboscada mortal
Mientras se daba esa charla casual comenzó a trascender la noticia de un nuevo homicidio en la zona, a unas quince cuadras de distancia, ya en el barrio El Churrasco. En Ghiraldo al 1900, a cien metros de donde Gómez tenía domicilio, una pareja había sido atacada a balazos a media mañana del viernes. A los pocos minutos el lugar fue resguardado por policías que cercaron la zona con sus móviles, a medida que los vecinos comenzaron a llegar y rodear la zona del hecho.
Lo primero que trascendió fue que a la pareja la balearon cuando bajaba de un vehículo en el que iban con el hijo de ambos, de 2 años. Ocurrió en la puerta de una chatarrería, cuando las víctimas descendieron y fueron atacadas desde una moto. El nene se salvó porque todavía no lo habían bajado. La información más precisa la habían brindado trabajadores de la zona, que no llegaron a ver el ataque, pero sí escucharon los disparos y la escena posterior: alguien tomó el volante del vehículo y se fue con las víctimas.
Con el correr de los minutos se supo que el hombre había fallecido en el Hospital Alberdi. Se llamaba Alejandro Emanuel Romero, tenía 37 años y era el dueño de la chatarrería frente a la cual fue baleado. Su pareja, identificada como Evelin Rebeca Castaño, de 36 años, quedó internada en el Hospital Clemente Álvarez con heridas de bala. Los vecinos supieron entonces que se trataba de personas conocidas, con domicilio en la zona de Ávalos y Superí, aunque no brindaron mayores detalles acerca de los posibles trasfondos del ataque.
Un búnker a la vista
En el vecindario el hecho no se recibió con sorpresa. Y no fue por las víctimas, sino porque el barrio se fue acostumbrando en los últimos años a este tipo de casos. Sin ir más lejos, en abril pasado una joven de 28 años fue asesinada a dos cuadras de allí. Tanto en aquella oportunidad como en esta los vecinos hicieron hincapié en los puntos de venta de drogas que funcionan a metros de las escenas de ambos crímenes.
En la esquina de Cavia y Ghiraldo, a cincuenta metros de donde fue baleada la pareja, hay una vivienda señalada como punto de acopio de transeros que venden en la calle. El lugar tiene una puerta de chapa con un agujero del tamaño de un puño y su fachada está repleta de balazos, a su vez los restos de envoltorios de cocaína forman parte de los residuos sobre la vía pública. El comentario que trascendió entre los vecinos es que los pibes que venden lo hacen a toda hora, pero que el movimiento incrementa sobre todo los fines de semana. Es un punto de venta que, aseguraron, funciona bajo las órdenes de un tal Pelati.
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Foto: Virginia Benedetto
En el relato de los vecinos aparece una mezcla de resignación y naturalización. Es tan normal ver las secuencias del narcomenudeo como convivir hace semanas con la mugre que en esa misma esquina, pero sobre otra ochava, se acumula junto a una gran cantidad de ramas de árboles que fueron talados. "El barrio está mal y si hablás te cagan a tiros. Con la policía ni contés, vienen a buscar la plata nomás", describió con disgusto una mujer. Mientras tanto, el fotógrafo de un medio de comunicación que tomaba imágenes del búnker fue advertido desde lejos por el grito de un muchacho: "Qué mirás, tanto vas a mirar".
Zona caliente
En la zona del barrio La Cerámica donde el jueves por la noche fue asesinado Luis Alberto Gómez se vive bajo tensión desde comienzos de la semana por un contexto de violencia armada con un trasfondo todavía difuso pero con saldo letal. El miércoles por la madrugada, a 200 metros de donde atacaron a Gómez, había sido asesinado a balazos un adolescente que vivía en el barrio. En una circunstancia similar a la del crimen del jueves, Jeremías Natanael López, de 15 años, estaba con amigos cerca de las 3 en la vereda de Siripo al 1400 cuando fue baleado desde un auto. Sus allegados desvincularon al chico de algún conflicto puntual y los vecinos puntualizaron en un punto de venta de drogas ubicado frente a la escena del crimen.
Horas después de ese asesinato, sobre las 22 del miércoles, se produjo en la zona un tiroteo en el que participó un policía y tres sospechosos terminaron detenidos. Ocurrió en Siripo y Anchoris, a una cuadra de donde la madrugada anterior había sido asesinado el chico de 15 años. Según la versión preliminar del hecho, tres personas pasaron en moto y dispararon contra una vivienda. Allí había un policía de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), que respondió el ataque con su arma.
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Luego intervino un móvil del Comando Radioeléctrico y después de una breve persecución aprehendieron a los sindicados como autores del ataque, a quienes les secuestraron dos pistolas calibre 9 milímetros. Fueron identificados como Diego Jesús S., de 29 años, Brian M. de 28, y Uriel R., de 18, quedaron detenidos y a disposición de la Fiscalía.
Horas después de esa saga ocurrió la balacera en Ghiraldo al 1900, en el vecino barrio El Churrasco, que provocó la muerte de Alejandro Romero y dejó herida a su pareja. Analizando la posible vinculación entre cada hecho los investigadores destacaron la cercanía tanto entre los lugares de los crímenes como entre los domicilios de las víctimas. A su vez llamó la atención que tanto Romero como Gómez estuvieran vinculados a chatarrerías.
Por fuera de las conjeturas posibles en el marco de investigaciones por ahora separadas e incipientes, lo cierto es que tanto en el barrio El Churrasco como en La Cerámica los vecinos aseguran que conviven bajo las reglas impuestas por el narcomenudeo. Lo que significa adaptarse a los recaudos necesarios para resguardarse del peligro latente en zonas liberadas. Lo describió muy claro un vecino a mediados de abril, horas después del asesinato de Yanet Mariana Díaz, de 28 años, en Cavia y Leonardo Favio: "El tema es por calle Cavia, por ahí hay momentos donde está bien complicado y es mejor caminar algunas cuadras de más antes que caminar por ahí".