"Tenés que ser más cuidadosa, es peligroso que dejes la puerta sin llave". Retándola como si fuera un familiar, un delincuente sorprendió el sábado a una mujer de 72 años en su casa de 9 de julio al 1400 y la despojó de 20 mil pesos y un celular de alta gama. Antes de huir, el intruso intentó asfixiar a la víctima, primero tratando de ponerla debajo de un colchón y luego con una almohada.
Con una prótesis en una rodilla, el sábado al mediodía Susana bajó despacio las escaleras de su casa y caminó unas cuadras para hacer las compras en un súper chino de la zona. Al regresar notó que había olvidado pasar por la panadería, entonces dejó las bolsas y volvió a bajar.
Luego de ese último mandado, abrió la puerta del único ingreso a la casa en 9 de Julio 1443, puso media vuelta de llave y subió las escaleras. Faltaban cinco minutos para las 14. Apenas llegó a planta alta sintió un ruido sospechoso. Se volvió para la escalera y allí la sorprendió una persona "de buen aspecto, cutis blanco, bien vestido" que sin advertirlo se le había filtrado por detrás. "¿No sabés que tenés que ser más cuidadosa? Es peligroso que dejés la puerta sin llave", la sorprendió el desconocido, que de inmediato la sujetó y la llevó al interior de la casa.
"Mirá vieja, este es mi trabajo, tengo poco tiempo así que decime dónde tenés la plata esa que guardás", fue directo al grano el joven de unos 25 años a quien al parecer esperaba en la vereda un cómplice en una moto.
Según recordó Susana, lo primero que indagó el ladrón es si tenía tiempo para hurgar en busca de elementos de valor. "Me preguntó si vivía sola, le dije que en un rato volvería mi hijo y entonces se apuró. Me paseó por toda la casa hasta que llegamos a un espacio donde tengo una cama, un televisor y es donde duermo", dijo la víctima, que habló con este diario a través del portero eléctrico de su casa.
"Me duele todo, estoy con mucho miedo y ataques de pánico", contó sobre la secuelas de los zamarreos que hasta ayer la obligaron a hacer reposo. "Le di un bolso con plata chica pero no se conformó. «Dame lo que tenés guardado en un ropero, esa platita que vos tenés guardada» me insistía", recordó la septuagenaria.
El joven no olvidaba que el hijo de Susana podía volver en cualquier momento y frustrar el atraco. Por eso exigía la entrega del "dinero grande" e insistía en que estaba "apurado".
"No me hagas esto que puedo ser tu madre", trató de sensibilizar la mujer al intruso. Pero finalmente le entregó un monedero con 20 mil pesos que guardaba en un mueble. En la desesperación, comenzó a gritar temerosa de una reacción violenta del ladrón que según narró, se iba poniendo cada vez más nervioso y la zamarreaba.
Finalmente el hampón sacó un soga delgada y le ató los pies a Susana. Y 15 minutos después, ya conforme con el botín, intentó asfixiarla. Primero la quiso poner debajo del colchón, pero como no pudo la cara con una almohada.
"Dejame unos pesos por favor para moverme", le rogó entre sollozos la anciana. Pero se pedido no logró conmover al delincuente, que tomó el celular de alta gama de la víctima y emprendió la fuga.
"Después de que se fue sentí el ruido de una moto, creo que había otro esperándolo abajo", intuyó aún shockeada Susana. Como pudo, descalza y en camisón, bajó las escaleras y pidió ayuda en una rotisería que está a metros de su casa. "El papá del dueño es policía y enseguida llamó al 911, ellos me auxiliaron".
Igualmente la víctima, que pidió reserva de su apellido por temor, sospecha que los ladrones tuvieron tiempo para hacer logística y vigilarla un tiempo para conocer su rutina diaria.