Daniel David Piscione, uno de los protagonistas de la espectacular fuga de la cárcel de Piñero ocurrida el pasado domingo 27 de junio, ingresó el martes a la noche con varias heridas de balas al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) y, aunque dio una identidad falsa, ayer efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) establecieron de quien se trataba. De esta manera, de los ocho evadidos que lograron sortear los alambrados perimetrales del presidio, ya son seis los que volvieron tras las rejas. Aún siguen prófugos Claudio Javier “Morocho” Mansilla, por cuyo paradero la provincia ofreció una recompensa de un millón de pesos, y Martín Alejandro Cartelli.
Piscione ingresó al Heca desde un domicilio de Garzón al 100, en el barrio Empalme Graneros, donde se encontraba en compañía de su pareja. Según los indicios de los pesquisas, a esa finca habría ingresado un grupo de hombres armados que le efectuaron disparos sin mediar palabras, aunque se supone que el prófugo no era el destinatario de los proyectiles sino un vecino de la casa.
Lo cierto es que el Gabinete Criminalístico de la AIC levantó del lugar seis vainas servidas calibre 9 milímetros, cuatro vainas servidas calibre 45 y una bala de plomo encamisada, todo lo que demuestra la ferocidad del ataque. Además, se secuestró el aparato celular del hombre herido que fue lo que terminó dejando al desnudo su verdadera identidad.
Cuando Piscione ingresó al Heca los médicos diagnosticaron que presentaba cinco heridas de balas: dos en la pierna derecha, dos en la pierna izquierda y una más en el brazo derecho, todas las que no pusieron en peligro su vida. Entonces dijo al personal policial que trabaja en el destacamento del Heca llamarse Gabriel Juncos y tener 30 años.
Pero con el correr de las horas y al chequear tanto su celular como hacerle el dermotest para comprobar si había utilizado algún arma de fuego su identidad fue aclarada.
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Piscione, de 31 años, estaba alojado en Piñero imputado por robo con uso de puñal y arma de fuego y tuvo varios ingresos en el sistema penal. Según el prontuario que trascendió en su momento, el convicto tenía varios antecedentes: el 30 de mayo de 2014, mientras cumplía prisión domiciliaria, logró escabullirse hasta volver a caer preso; luego, una vez que le otorgaron la libertad condicional en marzo de 2016 incumplió las medidas exigidas por la ley y volvió a prisión en 2019 una vez revocado ese beneficio constitucional.
Así las cosas estuvo en Piñero hasta el domingo 27 de junio cuando un grupo de delincuentes llegó en un auto por un camino lindero al penal y, mientras uno de ellos cortaba los alambrados perimetrales con una amoladora, sus cómplices cubrieron con disparos de armas de fuego la huida que no pudo ser controlada por los centinelas ubicados en las garitas. Entonces ocho internos lograron escapar mientras producto del intercambio de balas uno de los cómplices de la fuga murió abatido en el tiroteo con los penitenciarios.
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Dos de los prófugos fueron recapturados horas después y con el correr de los días la mayoría también fueron hallados. Ahora, con la detención de Piscione sólo resta hallar a Morocho Mansilla, sindicado como el organizador de la espectacular fuga y condenado a 25 años de prisión por un homicidio; y a Martín Alejandro Cartelli, de 48 años, quien cumplía una pena de 13 años por robo calificado, encubrimiento por receptación y secuestro.