Por Hernán Lascano
La causa judicial por el asesinato de Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli volvió a cobrar movimiento. Una instancia de conducción del Ministerio Público de la Acusación (MPA) asignó la causa de este conmocionante doble crimen ocurrido a fines de 2013 a los investigadores que tienen bajo la lupa a Esteban Lindor Alvarado. El motivo es el surgimiento de indicios que sugieren algún tipo de conexión entre Alvarado y la ejecución a balazos de la pareja en la zona sur de Rosario.
Alvarado es tenido por investigadores fiscales y policiales como uno de las figuras más relevantes de la escena de la criminalidad local. El pasado 11 de febrero fue llevado por primera vez a una audiencia oral en Rosario tras ser detenido en los días previos en un camping en Embalse Río Tercero, cuando llevaba tres meses prófugo. En el Centro de Justicia Penal le imputaron un delito que prevé prisión perpetua: ser instigador del asesinato del prestamista Lucio Maldonado, quien en noviembre pasado, dos días después de ser secuestrado en la puerta de su casa, apareció con dos tiros en la nuca a 200 metros del casino de la ciudad.
En la investigación que acusó a Alvarado como ideólogo del crimen de Maldonado se hallaron elementos nuevos que lo sitúan en la perspectiva de tener alguna responsabilidad en el homicidio de Medina. Por tal motivo, con carácter prioritario, desde la Oficina de Coordinación de Unidades Fiscales ordenaron acumular el caso en la esfera de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, de la Unidad de Causas de Gravedad Institucional.
Años atrás
Medina y Pérez Castelli fueron acribillados con al menos 18 balazos cuando iban en un Citroën DS3 rojo hacia el hotel del casino en el acceso sur el 29 de diciembre de 2013 (ver aparte). Por esos días Alvarado llevaba más de un año en una cárcel bonaerense por una causa en la que fue condenado como jefe de una banda que robaba autos de alta gama en el conurbano norte y los traía a Rosario para desguace o reventa.
El nombre de Alvarado figuró desde los arranques de la investigación del homicidio de Medina en el expediente que originariamente estuvo a cargo de la ex jueza penal Alejandra Rodenas, pero sin evidencia hacia él.
En el caso iniciado en el anterior sistema penal no hubo personas llamadas a indagatoria ni imputados. Al cerrarse el sistema conclusional de causas el trámite pasó a NN en el nuevo sistema. Ahora por primera vez se establece con Alvarado el nombre de un posible sospechoso por ese resonante delito.
"Hay nuevas declaraciones de testigos y muchos elementos en causas satélites que ponen al MPA en la obligación de rever la causa a la luz de esta nueva evidencia. La investigación sobre el asesinato de Maldonado aportó indicios claros sobre cómo se maneja Alvarado. Ello amerita poner todos los casos en la misma competencia para avanzar en el esclarecimiento del doble crimen de Medina y Pérez Castelli", indicó una fuente del MPA.
Presuntos competidores
Estos elementos se orientan a la presunción de que Medina y Alvarado mantenían una relación histórica de tensión como competidores en el comercio de drogas en Rosario. Alvarado jamás tuvo una imputación por temas vinculados con estupefacientes pero cuando el 11 de febrero lo imputaron por la autoría ideológica del crimen de Maldonado, los fiscales Edery y Schiappa Pietra expusieron su posible relación con una carga de media tonelada de marihuana interceptada en la provincia de Río Negro en 2017, como muestra de sus intereses en ese campo.
Los indicios recogidos por el MPA hacen referencia a un acuerdo entre Alvarado y Medina para repartirse zonas para la venta de droga al menudeo, luego de una sucesión de incidentes con resultados letales para allegados a uno y otro, que hacían conveniente aplacar las disputas. Según los indicios, este entendimiento se mantuvo algunos años en un marco de precariedad entre las partes, que se desconfiaban recíprocamente. Los nuevos elementos proporcionan los nombres de los presuntos matadores de Medina y su novia, a la vez que narran con detalle las circunstancias del ataque letal.
Por la participación en la ejecución de Medina y Pérez Castelli personas cercanas a esta última apuntaron en su momento a Darío "Oreja" Fernández como uno de los sicarios. A fines de noviembre de 2015 Fernández fue hallado asesinado en un descampado en calle 1329 al 4500, con un balazo en el parietal izquierdo y signos de tortura. Investigadores policiales lo daban como un hombre vinculado a Alvarado y sugerían que su muerte buscaba silenciar la conexión con el mandante del asesinato de Medina.
En abril de 2016 fue asesinado a balazos Gustavo Pérez Castelli, padre de Justina. Ninguno de estos dos casos fue esclarecido.
El expediente del doble crimen de Medina y Pérez Castelli se concentra en 14 cuerpos que suman más de 3.700 fojas. El último fiscal del caso en el sistema conclusional, Carlos Covani, enumeró las tres hipótesis desplegadas en la investigación: "El crimen pasional en manos de la ex mujer de Medina, una venganza de un conocido hampón (Esteban Alvarado) por una supuesta ofensa y dinero que se perdió por el camino, y una tercera acerca de una deuda de Medina con delincuentes colombianos".
Covani había pedido el archivo de la causa a lo que Rodenas se negó. El expediente se mantuvo abierto aunque paralizado y pasó al nuevo sistema penal.