El barrio Santa Lucía sigue siendo uno de los epicentros de la violencia armada de una ciudad que día a día cuenta víctimas letales producto de las disputas por negocios ilícitos. La madrugada de ayer, en ese sector del oeste rosarino, la muerte golpeó a la puerta de la casa de Jorge Gustavo Maturano, quien tenía 45 años y recibió al menos tres de los seis disparos que efectuaron los sicarios.
De acuerdo a fuentes del Ministerio Público de la Acusación y la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), el hecho se registró a las 2.15 en una humilde finca de Macacha Güemes (ex pasaje 1752) al 2000, a pocos metros de la escuela provincial Nº 1396.
Hasta allí llegaron, no se sabe si a pie o en algún vehículo, varios hombres que habrían golpeado a la puerta de la casa. Y cuando Maturano, que vivía solo en el lugar, se asomó para ver quién lo llamaba, le respondieron con una lluvia de balas que perforaron su cuerpo y lo mataron en el acto.
Rápidamente un grupo de vecinos y familiares de la víctima que viven en la misma barriada llegaron hasta la casa y dieron aviso al 911. Poco más tarde móviles policiales y una ambulancia del Sies arribaron y los médicos forenses comprobaron que el hombre había fallecido como consecuencia de heridas en el cráneo, los brazos, los hombros y la zona cervical.
La investigación del homicidio quedó a cargo del fiscal Ademar Bianchini, quien dispuso a los pesquisas que recaben testimonios de vecinos o personas que hayan visto algo de lo ocurrido, que busquen registros de cámaras de seguridad ya sean públicas o privadas y que hagan el levantamiento de rastros en el lugar. En ese sentido, se supo que los policías recogieron de la escena 6 vainas servidas calibre 9 milímetros y dos balas de plomo deformado.
Apellido conocido
Aunque nada se sabía hasta anoche de los motivos que llevaron al crimen de Maturano y mucho menos de quiénes serían los autores del hecho, lo cierto es que el apellido de la víctima no es la primera vez que aparece ligado a hechos criminales en Santa Lucía. En ese sentido, algunos pesquisas dijeron que se investiga si la víctima tenía algún parentezco con un joven asesinado en 2015 y otro que cumple una condena en prisión por homicidio.
>> Leer más: Santa Lucía, un triángulo de violencia donde los vecinos reclaman vivir en paz
El sábado 10 de enero de 2015 a las 4.30 de la mañana Mario Brest, de 15 años, fue asesinado a balazos al salir de la casa de su abuela en Pasaje 1756 al 2200, es decir a cinco cuadras de donde mataron el domingo a Maturano. Al ser baleado el adolescente, su tío, Brian Torres, de 23 años, quiso salir en su defensa y también recibió un disparo que le costó la vida. Al correr la noticia de la muerte de Torres se desató una nueva refriega armada en la zona en la cual Lucas Maturano, de 20 años y amigo de las víctimas, recibió un disparo en el tórax que le causó la muerte. En definitiva fueron tres muertes, en el mismo lugar y con víctimas de un mismo grupo de pertenencia en 36 horas.
En tanto, en septiembre del año pasado Néstor Antonio “Sapito” Maturano fue condenado a 12 años de cárcel al final de un juicio oral y público en el cual se ventiló el homicidio de Brian Ezequiel Toloza. Aquel crimen ocurrió la madrugada del 19 de enero de 2020 en Nochetto al 1100, en el barrio La Antenita de la zona oeste y fue investigado, como el homicidio de este domingo en Santa Lucía, por el fiscal Ademar Bianchini.
>> Leer más: Piden 15 años de prisión para el acusado del crimen de Brian Toloza
Antes de la agresión fatal, Maturano y Toloza se enfrentaron a golpes de puño hasta que fueron separados por la familia de la víctima, momento que Sapito aprovechó para ingresar a la casa de Gisela Bocutti (una mujer ligada a Los Monos y condenada en 2021 a una pena unificada de 12 años de cárcel por comercio de drogas), buscar una pistola 9 milímetros y matar a su contrincante. Ese ataque, que arrancó como un simple cruce de palabras, dejó al desnudo una trama narco: los vecinos contaron que Sapito era soldadito de “La Gi”, como conocen a Bocutti.