Hay sectores del barrio Tablada con características tan particulares que dan cuenta de cómo la violencia urbana modificó la vida cotidiana de los vecinos. Por ejemplo en Necochea al 3900, donde este fin de semana fueron detenidos tres hombres que tenían drogas y armas de fuego en una casa. Una zona en la que los comercios atienden por ventanas pequeñas, donde es frecuente ver casas baleadas y murales que recuerdan a víctimas de una trama que, aseguran los vecinos, con el paso del tiempo no cambió a pesar de las recurrentes llegadas de fuerzas federales.
Cerca de la medianoche del sábado fueron detenidos tres hombres en una casa de Necochea al 3900, el sector del barrio Tablada conocido como "la U" por la curva que nace donde termina Doctor Riva y empieza el pasaje Ivanowsky para luego convertirse en Patricias Argentinas. Sobre este hecho la policía informó que agentes del Comando Radioeléctrico patrullaban la zona a pie cuando advirtieron que en el ingreso de un pasillo un hombre que los vio huyó a las corridas y se metió a una casa. El movimiento generó sospechas entre los agentes, que iniciaron así una breve persecución según su versión de los hechos.
Tras reducir al hombre dentro de la vivienda retuvieron a otros dos que estaban con él en el ingreso del pasillo. Los agentes, al requisarlos, les secuestraron dos armas de fuego que tenían encima. Luego, según indicaron, notaron que sobre una mesa había estupefacientes y otros elementos vinculados a la venta al menudeo.
El saldo del operativo fue la detención de Daniel Alberto R., de 30 años; Darío A., de 29 años y Cristian R., de 23. En su poder tenían dos armas y varias balas: una pistola calibre 9 milímetros con munición en recámara, un revólver sin balas, un cargador de pistola modificado para tener mayor capacidad, 45 cartuchos calibre 45, 1 cartucho calibre 22 y otro calibre 9 milímetros que estaba sobre una mesa. En el mismo mueble, según consignó el parte policial, había 5 envoltorios con trozos compactos de cocaína por un total de 850 gramos, 18 paquetes con marihuana que reunían 46 gramos, elementos de fraccionamiento y una balanza digital. Los tres detenidos quedaron a disposición tanto de la Justicia federal como de la provincial por la tenencia de drogas y armas.
Un crimen al rato
Tres horas después de este operativo, y a unos 300 metros de distancia de allí, fue asesinado a balazos un hombre de 42 años. La versión preliminar según fuentes judiciales y policiales indicó que Carlos Nicolás Moreira fue asesinado por al menos dos personas que llegaron en moto a una vivienda de pasillo de Biedma al 200 y una vez adentro dispararon contra la víctima. En el barrio trascendió que el lugar del hecho es un punto de venta de drogas, por lo cual los investigadores analizaban la posible conexión del crimen con la detención de tres hombres horas antes, y en ese marco una disputa entre bandas.
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Los vecinos de ese sector de Tablada entienden que los procedimientos que la policía presenta como casuales tienen, en algunas ocasiones, componentes más complejos. "Todos sabemos donde se vende, la policía también lo sabe y saben a dónde ir cuando tiene que caer alguien", comentó este lunes un vecino de la zona donde había ocurrido el operativo el sábado por la noche. Explican que los grupos que manejan el narcomenudeo, y compiten por el territorio con otros, ven como parte de esa disputa el hecho de que un punto de venta o de acopio sea desbaratado. Situaciones que en la calle tensan las broncas y desembocan, por ejemplo, en homicidios como pudo ser el de Moreira en otro búnker y horas después.
Los hechos violentos y sus consecuencias, como las eventuales represalias, son parte de la vida cotidiana de este vecindario. Lo que da cuenta de esas tensiones provocadas por personas que habitan el mismo territorio y se disputan intereses. A pocos metros de allí a mediados de febrero fue baleada una casa de Necochea al 3800, donde viven familiares de Ulises Gamarra Urquiza, un joven de 23 años asesinado en la zona sur en febrero de 2022. Los investigadores analizan si la balacera contra esta vivienda fue una represalia por el asesinato de Marta Susana "Chana" Bustamante, una vendedora de drogas que había sido ultimada días antes en la puerta de su casa en Tablada.
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No son solo los hechos recientes los que grafican un barrio atravesado por un conflicto que lleva años. En la recorrida por estas calles se perciben sus consecuencias. Las viviendas y paredones baleados son acaso la muestra más impactante y los vecinos las señalan naturalizándolas como parte del paisaje. Lo mismo con los murales o pintadas que recuerdan a las víctimas de la violencia. En el caso de Necochea al 3800 o 3900 abundan las menciones a "Charly", como era conocido en el barrio Cristian Machuca, un pibe de 19 años asesinado en enero de 2015. Por ese hecho fue condenado Alejandro Núñez, conocido como Chuky Monedita, además imputado por liderar desde la cárcel una asociación ilícita con base en Tablada.
"Cada lugar tiene su mafia"
"Nosotros somos gente trabajadora y no sabemos quién maneja cada lugar. No es que va a venir uno diciendo a los gritos que es gente de Alan Funes y que esta parte es de ellos. Pero sí sabemos que cada lugar tiene su mafia", contó un vecino al dialogar con este diario. "Y nosotros sabemos que hay drogas en todos lados, pero como no nos molestan a nosotros no voy a andar diciendo qué hace cada uno", agregó.
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"Es una manera de cuidarnos", explicó el hombre. En la descripción de cómo sobrelleva su vida en este contexto, con más más de 20 años en el barrio, quedan expuestas las maneras de convivir en un entorno acostumbrado al peligro. "Es como vivir al lado de una casa donde hay un perro peligroso. Si sé que está atado y no me va a hacer nada paso pero no por al lado, voy un poquito más lejos. Si el perro está suelto no paso, me doy toda la vuelta", ejemplificó y sumó: "Bueno, así es con los traficantes. Nosotros nos basamos en que si le pegan un tiro a alguien es porque andaba en algo. Te acostumbrás, mientras no te pase a vos".
Así como predomina el silencio, y los vecinos que se animan a hablar lo hacen con la condición de no ser identificados, las distintas maneras de la precaución también abarca a las costumbres adoptadas por los comerciantes. Ya es un hecho concreto que los locales no atienden con sus puertas abiertas sino mediante ventanas, pero a eso se le suma la obligación de tener que trabajar menos horas de lo que desean. "Antes de las 9 ya cerramos, porque acá no queda nadie en la calle, ni nos sentamos afuera", contó una mujer desde el otro lado del portón por el que atiende a sus clientes.
"No cambia nada"
Durante la recorrida de La Capital por esta zona de Tablada se vieron al menos tres grupos de la Gendarmería Nacional caminando de a tres efectivos. Se trata de uno de los sectores donde la fuerza federal desembarca cada vez se inician operativos de saturación en los barrios más afectados por la violencia urbana. "Andan por acá, se meten a los pasillos, yo ahora los veo más seguido", indicó una vecina.
"Pero no cambia nada. Ellos pasan pero todo sigue funcionando", agregó con un gesto de resignación. "Creemos que mientras ellos caminan nadie va a andar a los tiros, pero los que venden nunca dejan de vender", explicó.
El disgusto entre los vecinos puede deberse a que ya es una costumbre que el barrio Tablada sea foco de los frecuentes operativos de saturación de fuerzas federales, mientras que las tramas de la violencia urbana se renuevan cada año. En enero de 2018, por ejemplo, en un operativo conjunto entre fuerzas provinciales y federales fue detenido Alan Funes, por entonces de 18 años y ya sindicado como líder narco.
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En ese marco, la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, había celebrado la captura del líder de "una banda que quería expandirse y dominar el territorio". Lo cierto es que a partir de aquella detención el dominio de los Funes en algunos sectores de Tablada creció de todas formas. En marzo de 2022 fue imputado nuevamente como líder de una asociación ilícita que organizaba desde la cárcel, diagramando la venta de drogas y ordenando crímenes. Es decir parte del trasfondo que hoy se percibe en Tablada con más homicidios, operativos policiales y las marcas de la violencia en sus calles y vecinos.