Un extraño homicidio tuvo lugar este sábado al mediodía en la cortada Mossotti al 4300, una calle que corre paralela a bulevar Oroño a la altura de Ameghino. Cerca de las 11 los vecinos escucharon una detonación que podría haber sido un golpe o un disparo. Lo cierto es que al asomarse a esa cortada cerrada, casi un callejón, vieron el cuerpo de un hombre joven tirado en el asfalto, rodeado de sangre y cerca de un montículo de tierra. El cuerpo estaba en la puerta de ingreso de un taller que está al fin de la cortada y a su lado había una caja de herramientas abierta, tal como si hubiera caído desde cierta altura junto con el cuerpo.
Cuando el médico forense arribó al lugar junto a los peritos de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) comprobó que el cadáver del joven, que hasta anoche no había sido identificado, presentaba un disparo que le atravesó el hombro derecho provocándole una fractura de húmero y en su recorrido letal se introdujo en el tórax. Sin embargo, en el lugar no se hallaron vainas servidas y la víctima no tenía documentos encima por lo que fue trasladado al Instituto Médico Legal para la autopsia correspondiente y la identificación por medio de dactiloscopía, trámite que se presume estaría finalizado este domingo.
Los pesquisas entrevistaron a vecinos de la cuadra, quienes aseguraron que el hombre, de aproximadamente 25 años, no era del barrio ni lo habían visto nunca por allí. Más tarde llegó al lugar el dueño del taller, quien reconoció la caja de herramientas que se halló junto al cadáver como propia. En el frente de su galpón hay una cámara de videovigilancia que, según se supo horas más tarde, no tenía el DVR que graba las imágenes hace al menos dos meses y que el equipo está en reparación. Por lo tanto sólo es una carcasa con la cámara apuntando al callejón. Si esa cámara hubiera funcionado sería una pieza clave para la resolución del homicidio.
Por su parte, el fiscal Gastón Ávila, de la Unidad de Homicidios Dolosos, ordenó que personal de la División Homicidios de la AIC allanara la vivienda del dueño del taller frente al cual se encontró el cuerpo. Durante el operativo se secuestraron los celulares de los integrantes de la familia y se realizó una revisión del lugar en busca de armas, pero no se encontró ninguna. Asimismo, como prueba pericial, se ordenó un dermotest para el titular del galpón atestado de herramientas.
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El propietario del taller, que se ocupa de la preparación de terrenos aptos para la construcción de propiedades y es dueño además de dos camiones usados también para el movimiento de tierra y en la industria de las demoliciones, es un hombre de unos 50 años que vive en las inmediaciones, dijo a los investigadores que alguien golpeó a la puerta del taller poco antes del mediodía de ayer y que al salir a atender se encontró con el cuerpo y la caja de llaves tubo que reconoció como propia. También vio junto al cuerpo un carrito del tipo de los utilizados en los supermercados.
El pasaje Mossotti tiene una extraña geografía urbana. Es la continuidad de Ameghino y al oeste de bulevar Oroño. Se ingresa por allí y luego la calle desvía hacia el sur para terminar, a los pocos metros, en una especia de rotonda abierta rodeada de pocas viviendas. En el frente sur de esa rotonda se topa con el taller en cuyo ingreso apareció el cuerpo. El pasaje es cerrado y no tiene salida por ninguna calle hacia el oeste ni hacia el este, con lo que es muy difícil escapar ante un ataque.
Según se pudo reconstruir, pasadas las 13 una mujer llamó al 911 y dio el aviso de que había un cuerpo en medio de un charco de sangre al fin del pasaje. Al llegar la policía resguardó el lugar y realizó el primer examen al cuerpo. Encontraron la caja de herramientas y realizaron las primeras entrevistas a quienes viven en las no más de diez viviendas que están sobre Mossotti.
El fiscal dispuso el relevamiento de la escena del hecho, la búsqueda de cámaras públicas y privadas en las inmediaciones del pasaje, pericias fotográficas y el registro de testimonios a posibles testigos ya que si bien el pasaje no tiene más movimiento que el de los propios vecinos, a esa hora es probable que alguno haya observado el momento del hecho o el derrotero de la víctima.