Otra vez un crimen en el convulsionado barrio Tablada. Este vez la víctima fue Gabriela Melina Gallo, de 33 años, quien se había mudado a una casa de Ayacucho al 4100 hace dos años. Según sus vecinos, era una mujer difícil. La noche del lunes al menos tres hombres entraron a su casa, donde se encontraba junto a su hijo Joel, de 16 años, y la fusilaron. El adolescente, en tanto, recibió heridas en el cráneo, el tórax y su mano izquierda, que de poco le valió para defenderse tras recibir diez tiros. El adolescente quedó internado en grave estado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.
La incursión y la ejecución de Gallo fueron salvajes. Los vecinos de la cuadra del Cordón Ayacucho no hablan demasiado con la prensa pero tienen distintas versiones sobre un mismo hecho. Para algunos un auto gris se paró cerca de la casa de Ayacucho al 4100 donde vivía la mujer con sus hijos y de ese vehículo descendieron tres personas. “Se escucharon gritos, golpes y un montón de balazos”, contó un habitante de la zona. Para otros, los homicidas llegaron caminando y el auto los habría esperado a pocos metros de la casa para luego levantarlos y huir.
La casa de Gabriela tiene el frente por Ayacucho y se encuentra a pocos metros de un pasillo. Todo se escucha en la zona y pasadas las 21 del lunes, hora en que ingresó el grupo de asesinos, había mucha gente en esos laberintos que se meten al medio de la manzana y sobre la misma avenida transitada. No obstante, los criminales se fueron sin demasiado apuro una vez que descargaron sus armas. Un segundo después, detrás de ellos salió de la casa Joel empapado en sangre.
Una vez que terminó el infierno unos vecinos se animaron a salir a las veredas de sus casas e intentaron asistir al chico mientras otros llamaron al 911. En ese momento y casi al mismo tiempo llegó al lugar un móvil de Gendarmería Nacional y poco más tarde una patrulla de la policía provincial. Entonces ingresaron a la vivienda donde se produjo el hecho y hallaron el cuerpo de Gallo rodeada de vainas servidas y con múltiples heridas de bala. Una ambulancia llegó pasadas las 21.30 y los médicos del SIES determinaron que la mujer había muerto en el lugar. Su hijo Joel, en tanto, fue derivado al Heca donde anoche permanecía en grave estado después de ser intervenido quirúrgicamente.
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La causa quedó en manos de la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli, quien dispuso que el gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) realizara un relevamiento tanto de la casa como en la vereda en la que estaba tirado el adolescente. Se hicieron además pericias fotográficas para determinar planimetría, el levantamiento de rastros, y el relevamiento de cámaras de videovigilancia de la zona. En el mismo sentido se entrevistó a quienes pudieron aportar información sobre el homicidio.
La casa de Gallo había sido allanada en marzo pasado y si bien la mujer y su pareja, Mauro Adrián R., quedaron en libertad por ese trámite, en la requisa realizada por los efectivos se secuestraron tres teléfonos celulares y dos autos pertenecientes a la mujer. El hecho que se investigaba en ese entonces eran una serie de extorsiones y balaceras.
“La mujer era medio peleadora. A veces se iba de joda y dejaba a otro chiquito que tenía al cuidado de Joel, pobrecito. Joel es re bueno, no molesta a nadie y está todo el día en su casa”, comentó un vecino de la cuadra.
Una mujer de la zona abundó que “en la casa siempre había gente extraña y dicen que la mujer estaba en cosas de drogas. Lo que sí, era muy quilombera y los chicos estaban medio a la deriva, ojalá se salve Joel, Dios quiera”.