Un chico de 14 años y una chica de 15 fueron heridos a balazos el miércoles por la noche al quedar en medio de un ataque ocurrido contra un grupo de personas que estaba reunido en la puerta de un comercio de bulevar Seguí al 5600. Se trata de una zona del sudoeste rosarino en la que en las últimas semanas se dieron varios hechos violentos vinculados a disputas por la venta de drogas. En esta ocasión una versión barrial indica que el hermano de la adolescente estaría involucrado en un conflicto. "El objetivo de ellos es darle a alguien que sea de la familia. Es de terror", dijo un vecino a La Capital.
Apenas habían pasado las 21 del miércoles y en bulevar Seguí al 5600, zona de monoblocks, la mayoría de comercios ya habían cerrado. Valentina L., de 15 años y Santiago M., de 14, estaban sobre la mano sur, sentados en un cantero y jugando a las cartas junto a otras personas, a metros de un maxikiosco y una tienda de ropas. Nadie alcanzó a reaccionar cuando desde la mano de enfrente al menos dos sujetos a bordo de una moto empezaron a disparar con una pistola calibre 9 milímetros.
Fueron al menos 12 balazos, a juzgar por la cantidad de vainas servidas que la policía halló en el lugar. El saldo del ataque fueron los dos adolescentes heridos, a quienes un vecino traslado en su auto al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Si no hubo más lastimados o una víctima fatal fue por fortuna. Pero pudo haber pasado cualquier cosa: los disparos pegaron en ambos negocios y en paredes de una zona que continuaba transitada a pesar del cese de la actividad comercial.
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Foto: Francisco Guillén.
Valentina recibió un disparo que le atravesó la cara a la altura del paladar y le ocasionó una herida de gravedad por la cual tuvo que ser operada de urgencia. Durante la mañana del jueves el director del Heca, Jorge Bitar, explicó que la chica también había recibido un balazo en la pierna izquierda. Por la herida en el rostro fue intervenida quirúrgicamente y después de salir del quirófano quedó internada en terapia intensiva pero estable. El chico, en tanto, recibió un tiro en un pie y con el correr de las horas los médicos aseguraban que pronto sería dado de alta.
Los vecinos de la zona dijeron a La Capital que uno de los dos comercios sobre los cuales estaba el grupo atacado pertenece a la madre de Valentina. En ese marco explicaron que un hermano de la chica suele estar involucrados en conflictos, tal vez relacionados a la venta de drogas, y que la lectura barrial sobre lo que pasó la noche del miércoles apunta a que fue un ataque con mensaje. "El objetivo de ellos es darle a alguien que sea de la familia. Es de terror", dijo un vecino a La Capital.
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En el vecindario también coinciden en que en el último tiempo, sobre todo desde la segunda mitad del año, se dieron en la zona varios hechos violentos. Los casos más resonantes son los asesinatos de Laureano Lionel Pena, de 16 años, el 12 octubre; y de Tomás Guarda, de 22 años, el 9 de noviembre. Ambos jóvenes eran vecinos del barrio y fueron baleados a metros de sus casas. Otro pibe sobrevivió a un ataque a balazos el lunes pasado por la noche: se llama Yair R., tiene 20 años y recibió cinco balazos cuando estaba en Rouillón y Biselli, a metros del cruce con Seguí.
Los Calegari
Antes de estos episodios hay un hecho que podría aparecer como el detonante de un conflicto que se intensificó provocando esta seguidilla de hechos violentos. Fue el arresto de Sandra Calegari, una mujer de 52 años investigada por lavado de dinero, venta de drogas y ligada a Pablo Caminos, que responde al líder de Los Monos, Ariel Máximo "Guille" Cantero. Pero su detención fue en el marco de la investigación por el homicidio de Ariana Anahí Lucero, una chica de 20 años asesinada a balazos el 16 de mayo en la puerta de su casa de Campbell al 3000.
Ese procedimiento fue el 2 de agosto en los monoblocks de Rouillón y Seguí. Personal de la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) allanaron cuatro viviendas en búsqueda de sospechosos del crimen de Lucero. La hipótesis era que a la chica la habían matado como venganza por el asesinato de Brian Calegari, sobrino de Sandra, un vendedor de drogas de la misma zona acribillado en abril de 2021, hecho por el cual está imputado un familiar de la joven Lucero.
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El resultado de esa búsqueda fue negativo, el principal sospechoso del crimen de Lucero está prófugo. Pero en uno de los domicilios allanados, una casa vacía de Juan XXIII entre Aguzzi y Rouillón, la policía secuestró dos balanzas de precisión, dos kilos y medios de cocaína en ladrillos, 17 vainas calibre .380 y otros elementos que quedaron a disposición de la pesquisa en la cual quedó ligada Calegari por ser quien estaba a cargo de ese lugar. Junto a ella, detenida en una vivienda de Seguí al 5900, había una chica de 19 años que luego contó en la Fiscalía que Sandra, su tía, la obligaba a vender drogas. En ese marco el fiscal Gastón Ávila imputó a Calegari la privación de la libertad coactiva en concurso real con coacción, por haber sometido a la joven al menos desde el 15 de julio de 2022.
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En septiembre pasado Sandra Calegari fue imputada en el marco de la causa por el doble crimen de las hermanas Estefanía Y Marianela Gorosito, de 25 y 28 años, secuestradas y asesinadas en un descampado de Pérez en julio pasado. Cuando allanaron a Calegari le secuestraron documentación de uno de los vehículos utilizados en el doble crimen y además, según la hipótesis del caso, estuvo en la escena del hecho junto a otra mujer. Su cómplice es Melisa N., de 35 años, pareja de Pablo Caminos, con quien se presume que las víctimas tenían una abultada deuda económica en el marco de la venta de drogas.
El fiscal Patricio Saldutti imputó a ambas como coautoras de un homicidio doblemente calificado por haber sido planeado entre más de dos personas y criminis causa, es decir cometido para ocultar otro delito, además de robo calificado y la portación ilegal de arma de guerra calibre 9 milímetros. Por el hecho ya habían sido acusados dos jóvenes, con el mismo delito, además de calificado por la figura de femicidio.