Una investigación del fiscal Federico Rébola por portación de armas y tiroteos a viviendas y a la que se sumó la investigación sobre el homicidio de Marcos Samuel Basavilbaso, acribillado la noche del domingo en barrio Tablada, permitió arrestar a Dylan E., un adolescente de 17 años que fue nombrado por testigos del homicidio como uno de los jóvenes que dispararon contra la víctima y su pareja, Lucía B., de 18 años. El adolescente detenido quedó a disposición del juzgado de Menores a cargo de María del Carmen Musa.
Según fuentes del Equipo para el abordaje de delitos cometidos con armas de fuego de la Fiscalía, Dylan E. estaría implicado en una serie de ataques a viviendas, entre ellas la del propio Basabilbaso, y por ese hecho se allanó entre otras casas una de calle Esmeralda al 1700, donde además de detener al adolescente se secuestraron seis celulares y veinte balas calibre 22.
La investigación de la fiscal Georgina Pairola por el crimen de Basabilbaso, aún en curso, abrió distintas hipótesis y una de ellas podría ser que Dylan obedeciera órdenes de un tercero que habría ordenado la muerte del muchacho por disputas entre bandas ligadas al narcomenudeo y el robo tanto en barrio Tablada como en la zona más empobrecida de la República de la Sexta.
El domingo a la tarde Marcos Basabilbaso, de 16 años apenas cumplidos, fue acribillado en su casa de pasaje Lincoln al 2900. El Gabinete Criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal secuestró en la vivienda ocho vainas servidas y dos cartuchos intactos de calibre 40 además de cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros.
La casa en la que estaba el chico, propiedad de su familia, había sido baleada unos días atrás y según se pudo reconstruir, al menos dos personas bajaron de un auto, patearon la puerta para ingresar y le dispararon tanto a Marcos como a Lucía, que estaba en el baño y pudo zafar del tiroteo solo con una herida en su mano.
Un vecino contó sobre el chico asesinado: “Tenía su historia, pero no era de mostrarse ni de andar contando”. La familia del pibe se mudó por distintos conflictos que mantuvo en el barrio y el adolescente se quedó en la casa. “Me dijo que más tarde se iba a ir a bañar. Yo salí y cuando volví ya lo habían matado”, contó el hombre a este diario.
Para los vecinos consultados por La Capital “no era un nene malo, no andaba haciéndose el pistolero. Él me dijo que se había mandado una cagada, pero no me dijo qué”, comentó una mujer. En tanto, otro allegado del chico dijo que Marcos andaba con “mala junta, unos soldaditos lo agarraron a él para tirar tiros”. Esa era precisamente la punta de la pesquisa que llevaba adelante el equipo de Fiscalía que investiga las balaceras contra propiedades.
La relación entre menores usados por bandas para disparar no es nueva ni en Tablada ni en República de la Sexta, por lo que los fiscales trabajan en conjunto para develar el entramado y la relación entre distintas balaceras, muchas que ni siquiera se denuncian.