Nuevamente una mujer joven fue asesinada delante de sus hijos. Una modalidad que parece haber dejado de ser una excepción en un contexto de violencia callejera que los únicos límites que conoce son los geográficos. Porque, de nuevo, la víctima vivía en un barrio de la periferia de la ciudad y atravesada por la difícil tarea de criar sola a cuatro hijos chicos. El martes a primera hora Sofía Noelia Archilasqui, de 29 años, estaba con uno de ellos en la puerta de su casa del barrio Stella Maris cuando la hirieron a balazos desde una moto en un ataque que también lastimó en el brazo a su nene de 10 años. "La gente humilde no tenemos derecho a vivir porque vivimos en una villa", lamentó Olga, la madre de la mujer. En el barrio vuelven a hablar de "La Banda de Los Menores", como se hace llamar un grupo dedicado al narcomenudeo mencionado en otro crimen reciente en la zona.
Este martes por la mañana, todavía golpeada por el asesinato de su hija, Olga tomó fuerzas para conversar con este diario mientras toda su familia la acompañaba en la puerta de la casa de Maradona al 800 bis, donde la noche anterior había sido asesinada Sofía. "Yo quiero hablar aunque la gente muchas veces no habla por miedo. Yo ya tengo la vida realizada pero mis hijos tienen que vivir por sus hijos y no quiero que mis nietos se críen huérfanos. Quiero justicia", sintetizó la mujer de 61 años.
De su boca volvió a surgir algo recurrente en algunos vecindarios de los sectores de la ciudad más excluidos o atravesados por la violencia: "Esto es tierra de nadie". Una sentencia del imaginario colectivo que tantas veces encuentra una descripción muy clara. En este caso es como lo cuenta Olga: "Hoy se siente un ruido de moto y hay que entrar corriendo adentro, encerrar a los chicos porque acá a cualquier hora pasan pibes con armas en la mano. Esto es tierra de nadie y la policía no hace nada".
A los tiros
Apenas había pasado media hora del martes cuando Sofía Archilasqui fue alcanzada por un balazo en la zona del abdomen. Los testigos del hecho reconstruyeron una posible secuencia que también es la principal que analiza la fiscal Georgina Pairola, a cargo de la investigación. Contaron que se escucharon varios disparos y vieron a dos personas a bordo de una moto gatillar desde el vehículo en movimiento. En la escena del crimen los peritos del gabinete criminalístico juntaron 12 vainas calibre 9 milímetros.
"No fue específicamente para ella, andaban tirando a todos lados. Hay agujeros por todas las casas. Mi hija y el nene sintieron los tiros, se asomaron y la desgracia fue para ella", relató Olga. Los dos fueron trasladados por allegados al Policlínico San Martín. A los pocos minutos los médicos constataron que Sofía había fallecido como consecuencia del disparo que le provocó un orificio de ingreso en el abdomen y uno de salida en la espalda. Braiton, el nene, fue rozado por una bala en su brazo y lo trasladaron al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde quedó en observación pero fuera de peligro.
El relato de los testigos se adecúa a lo que, aseguran ellos mismos, suele ocurrir con frecuencia en el barrio. "Antes uno podía estar tranquilo afuera, sacar una mesa y comer en el patio. Ahora no, ni en las fiestas, porque ellos pasan a cualquier hora. Mis nietos me cuentan cómo ven a los que pasan en moto y se asombran porque llevan armas", contó Olga.
La Banda de los Menores
El boca en boca en el barrio ubica a un grupo específico que utiliza esa modalidad "para meter miedo y que la gente se vaya de sus casas y así se las quedan ellos para vender". Se trata de "La Banda de los Menores", un grupo que ronda el barrio Stella Maris pero que tiene base sobre todo en el lindero 7 de Septiembre.
En los últimos meses este grupo cobró renombre. Primero luego del asesinato de Ángel Acuña, ocurrido el 13 de septiembre a 300 metros de donde este martes fue asesinada Sofía. La víctima había tenido un altercado con un grupo que minutos después fue a su casa, se metió de prepo en la vivienda y mató al joven delante de sus familiares. Un hecho por el cual fue imputado y quedó preso uno de los al menos cuatro involucrados.
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En otra ocasión "La Banda de los Menores" fue mencionada en una causa por un intento de homicidio en el que la víctima sobrevivió porque se tiró al arroyo Ludueña. Al denunciar a quienes lo habían querido matar señaló a integrantes de este grupo y a un policía que trabajaba en la subcomisaría 21ª, que fue sindicado como quien cobraba a la banda por protección y quedó preso e imputado por varios delitos.
Hay vínculos que ligan a familiares de Sofía Archilasqui con Ángel Acuña. Sin embargo la familia de la joven asesinada asegura que se trató de una balacera que no tuvo a ella como principal objetivo. Todo los trasfondos posibles serán parte de una investigación todavía incipiente. "Nosotros problemas no tenemos con nadie, ella menos. Si yo supiera que mis hijos esconden algo o mi hija estaba en algún problema no voy a salir a hablar porque me resguardaría. Pero no tengo qué esconde, pueden venir a poner mi casa patas arriba", insistió la madre de la víctima como si recayera sobre ella la presión de limpiar el nombre de sus familiares.
Una familia que espera
Olga contó que nació en la provincia de Chaco, desde donde llegó a Rosario hace casi 40 años. "Nunca más me fui. Tuve a mis siete hijos que son nacidos y criados en este barrio", recordó la mujer. "Siempre cuidé a mis hijos, los más grandes estuvieron en la droga pero yo luché y los saqué, hoy son excelentes papás y tienen trabajo", contó.
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Olga, la madre de la víctima.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Sofía tenía cuatro hijos de 1, 3, 10 y 13 años. Había dejado de convivir con el padre de los más chicos y por esa razón volvió a la casa de calle Maradona con su madre en un terreno amplio donde en una vivienda del fondo viven los hermanos de la joven. Ella se ocupaba de las tareas de limpieza de ambas casas, por lo cual sus hermanos le pagaban cada viernes luego de cobrar. Además complementaba sus ingresos con las asignaciones universales de los cuatro chicos.
"Yo soy cristiana y voy a la iglesia evangélica porque quedé viuda hace mucho. Siempre le pedí a Dios porque no quiero que mis nietos se críen sin papá ni mamá y ahora volvió todo para atrás porque mis nietos están sin su mamá", lamentó Olga. "Esto no sé cómo lo voy a superar", agregó.
La mujer manifestó su bronca por "tres o cuatro pendejos que se les ocurre andar por la noche tirando tiros". "Van de una esquina a la otra tirando. ¿Dónde está la policía?", se preguntó y pidió: "Quiero justicia. Siempre vi esto por los vecinos o por la tele, pero nunca me imaginé que me iban a matar a una hija. No se lo deseo a nadie".