El asesinato de Ángel José Acuña, ocurrido la tarde del miércoles en el barrio Stella Maris, zona noroeste de Rosario, fue la consecuencia de un conflicto y puede ser la causa de más bronca. El joven de 20 años fue acribillado dentro de su casa, a metros de un pasillo donde hay un punto de venta de drogas a cargo de jóvenes con los que la víctima había tenido un cruce minutos antes de que lo mataran otras personas que llegaron en un auto. En el entorno barrial allegado al muchacho hablaron de una venganza como la única forma de sentir "justicia" si no se toman medidas legales contra los autores del crimen, o al menos con las personas que estarían identificadas como parte de la bronca previa.
Acuña fue atacado a balazos cerca de las 17.30 del miércoles en su casa de José Ingenieros al 8600. Su madre y vecinos que le dieron una mano lo cargaron en un vehículo particular y lo llevaron al Policlínico San Martín, donde ingresó en estado de gravedad con heridas en el abdomen. Luego de ser derivado al Hospital Clemente Álvarez se confirmó su fallecimiento, aproximadamente a las 19.
Sobre la víctima sus allegados contaron a La Capital que era changarín del Mercado de Concentración de Fisherton. "Laburaba todos los días, de lunes a viernes, se levantaba a las 5 y caminaba 40 minutos. Trabajaba hasta las 10 y después se quedaba cirujeando frutas y verduras para traer a la casa", contó un compañero de trabajo.
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Foto: Virginia Benedetto/La Capital
Acuña no tenía antecedentes penales pero sí había sido víctima de un ataque a tiros un año atrás. El 19 de septiembre de 2022 por la noche volvía de la casa de un amigo cuando dos personas en moto lo balearon a metros de su casa. Herido en la zona del abdomen el muchacho estuvo internado en el Heca varios días pero logró sobreponerse.
Conflicto previo
La investigación quedó a cargo de la fiscal de Homicidios Georgina Pairola, quien ordenó una serie de medidas al gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). En el relevamiento de la escena del hecho los peritos encontraron tres vainas servidas calibre 9 milímetros y tomaron testimonio a testigos. Desde la Fiscalía Regional, aunque sin profundizar en detalles, indicaron que hay dos personas que fueron aprehendidas por encubrimiento y que su situación procesal se resolverá en las próximas horas.
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El asesinato de Acuña se relató en la calle como una suerte de golpe comando. Al menos cinco personas llegaron en un Renault Clío verde a la cuadra de José Ingenieros al 8600. Allí descendieron a la altura del domicilio de la víctima, atravesaron el ingreso al terreno familiar delimitado por un tapial y caminaron hasta la casa del fondo donde Acuña estaba con familiares. Cuando lo tuvieron de frente le dispararon y así como habían entrado se fueron a toda velocidad, encarando para el lado del barrio 7 de Septiembre.
Lo que personas que conocían a la víctima contaron a La Capital es que minutos antes del crimen el joven se había peleado con unos pibes. Muchos ellos menores de edad, según relataron allí, están a cargo de la venta de drogas en un búnker ubicado en el interior de un pasillo que está a metros de donde ocurrió el crimen. En ese contexto, contaron, solían molestar a Acuña. "Él pasó por el pasillo y estaban estos pibes que siempre lo agarraban para el cachete. Él no estaba metido en nada, solamente se defendió. Estaba cansado de que lo escupan o le digan cosas y le pegó a uno", contó un conocido.
La Banda de Los Menores
"Él sabía que esos pibes venden droga, pero no sabía que iban a reaccionar así. Llamaron a los sicarios y fueron directo a él", agregó esta persona. "Después pasaron por acá varias veces en moto, burlándose. Le dijimos a la policía y nos respondieron que los caguemos a balazos", contó. En ese entorno los comentarios oscilaban entre la impotencia por el crimen y el temor a que quede impune. "Hay que matarlos, hay que hacerla re corta. Si la policía no hace nada vamos a hacerlo por mano propia. No es la manera, pero qué vamos a hacer si no", comentaban entre ellos personas que no tienen que ver con el entorno familiar de la víctima. Luego del crimen la cuadra quedó custodiada por un móvil policial.
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Diario La Capital / Virginia Benedetto
La conexión con el barrio 7 de Septiembre que indica la versión barrial del crimen no es simplemente por una cuestión de cercanía. Es porque, según personas que conocen los pormenores de la zona, el punto de venta de droga del pasillo de José Ingenieros al 8600 está regenteado por personas relacionadas a ese barrio. "A estos pibes los conocen como La Banda de los Menores y venden para Matías Gazzani, que es del 7 de Septiembre pero vive en Puerto Madero", contó un muchacho.
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Matías Gazzani es un joven que suele ser mencionado en la calle en el marco de conflictos vinculados a la venta de drogas. Recientemente su nombre apareció también en uno de los ya clásicos mensajes escritos que acompañan ataques a balazos. Ocurrió a fines de julio, cuando fue baleada la subcomisaría 26º de Villa Gobernador Gálvez. El mensaje, además de a Matías Gazzani, estaba dirigido a Eric Masini, Fabio Gimenez, Leandro Vilches, Pablo Nicolas Camino y Andy Benítez, todas personas que están privadas de la libertad y de alguna manera vinculados a Los Monos.