Un joven de 25 años fue condenado por un robo y por extorsionar a un comerciante estando privado de la libertad por el primer hecho. En febrero de 2021 había sido detenido luego de asaltar a mano armada a un remisero y en julio de este año fue acusado de amenazar y exigirle dinero al dueño de un local gastronómico. Recibió la pena de 9 años y dos meses de prisión efectiva en el marco de un procedimiento abreviado.
El 6 de febrero de 2021, pasadas las 19.30, Cristian Sánchez y un cómplice menor de edad se subieron a un remís en la esquina de Orsetti y Asunción, en Granadero Baigorria. Se hicieron pasar por pasajeros e indicaron al chofer un destino que cambiaron durante el trayecto. A al llegar obligaron al conductor, amenazándolo con un arma de fuego, a entregar la recaudación de la jornada de trabajo y luego los despojaron del vehículo.
Luego la víctima solicitó ayuda a una vecina y llamaron al 911. Minutos después un móvil policial detectó a los delincuentes y se inició una persecución que concluyó en Uriburu y Pasaje 1210, cuando el vehículo impactó contra un domicilio. Sánchez bajó, descartó el arma de fuego y fue detenido por los agentes.
Varios meses después, en julio de 2022, el dueño de una pizzería de Rosario denunció que había sido víctima de una extorsión. Bajo amenaza le habían exigido entregar dinero. Con la información recopilada luego de la denuncia la policía simuló una entrega controlada de que culminó con la detención de dos mujeres que habían llegado a buscar el dinero depositado en una bolsa dentro de un contenedor. Luego de ser detenidas dijeron que habían actuado bajo órdenes de Cristian Sánchez.
En ese marco fue que este jueves los fiscales Guillermina Aiello y Pablo Socca, con el acuerdo de la defensa, presentaron un procedimiento abreviado ante el juez de Primera Instancia Nicolás Vico Gimena. El magistrado condenó a Sánchez a la pena de 9 años y dos meses de prisión efectiva por los delitos de robo calificado por uso de arma de fuego y agravado por la participación de un menor de edad, portación de arma de fuego y encubrimiento, y tentativa de extorsión.
La extorsión
Según la investigación del fiscal Socca, las maniobras extorsivas habían comenzado el 11 de julio pasado contra el propietario de una reconocida pizzería rosarina. Desde la cárcel de Piñero Joel Ch. y Cristian Sánchez, alojados en la misma celda, le enviaron mensajes de WhatsApp al dueño del comercio. "Hola. Fijate qué pensás hacer con el tema de las 3 pizzerías. Ya sabemos todo de vos así que si no pasas la plata que debés te vamos a matar a vos y a toda tu familia. Y si me bloqueás o algo voy a empezar por los negocios, después por tu familia. Ya sé todo de vos", decía la amenaza que le llegó al dueño de los locales en varios mensajes.
En lo que ya es un lugar común en el funcionamiento de las distintas bandas delictivas de Rosario, más allá de su verdadero poder, en este caso los extorsionadores se presentaron como "la verdadera mafia". "Fijate que no es joda, si no te lo vamos a mostrar los hechos, 20 mil dólares, espero una respuesta favorable", continuaron los mensajes.
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La víctima hizo la denuncia y se abrió una investigación a partir de la cual, como una de sus primeras medidas, la Fiscalía ordenó a la Brigada Operativa de la Agencia de Investigación Criminal que continuara el diálogo con los extorsionadores haciéndose pasar por la víctima. Entonces se pactó la entrega de 15 mil dólares que debían ser arrojados a las 15 del 13 de julio en un contenedor de basura ubicado en la zona de Dorrego y Battle y Ordoñez.
En ese momento y lugar la policía realizó la entrega controlada del dinero y fue entonces que advirtieron que dos mujeres se acercaron al contenedor. Una de ellas agarró la bolsa con el dinero e instantes después fueron aprehendidas. Identificadas como Carolina G. y Sasha C, de 42 y 23 años, ambas fueron imputadas junto a los dos internos de Piñero por el delito de tentativa de extorsión.
El peso de "la mafia"
En la audiencia imputativa a las mujeres, Carolina G. dijo que vive en una casa de la zona de España al 6900, que no terminó los estudios secundarios y que se dedica al cuidado de adultos mayores. A su vez contó que es prima de Cristian Sánchez y que él la había mandado a buscar un sobre con plata mediante su compañero de celda como intermediario.
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En tanto la joven detenida también tiene domicilio en la zona sur: Copihue al 6600 de barrio las Flores. Contó que tampoco terminó sus estudios secundarios y que trabaja en una huerta comunitaria del barrio en el marco del programa Potenciar Trabajo.
Por su parte, los dos internos que organizaron las extorsiones desde la cárcel de Piñero están presos en el marco de causas vinculadas a robos. Joel David Ch., de 20 años, solo terminó la escuela primaria y antes de caer en prisión trabajaba de albañil. Está en prisión preventiva en el marco de una causa por robo simple, una por robo calificado por el uso de arma de fuego, un encubrimiento y ahora la extorsión.
Cristian Emanuel Sánchez, de 25 años, también solo cursó la primaria y dijo que era empleado de una distribuidora de bebidas. Antes había sido condenado en 2017 a 4 años y 2 meses de prisión, pena que cumplió en octubre de 2020.