Con la lectura de la acusación y la declaración de los primeros testigos, Claudio “Morocho” Mansilla y tres miembros de una banda cuyo liderazgo se le atribuye comenzaron a ser juzgados este martes como integrantes de una organización que comercializaba drogas en barrios del oeste rosarino. El debate se inició en los Tribunales Federales de bulevar Oroño al 900 con los cuatro acusados conectados por videoconferencia, quienes se abstuvieron de declarar. En la primera jornada se abordó el procedimiento de secuestro de los casi cinco kilos de droga atribuidos al grupo, que quedó expuesto a la investigación a partir de una saga de asesinatos en 2019.
Mansilla fue el último en ser recapturado de los de los siete presos que en junio de 2021 protagonizaron la fuga de la cárcel de Piñero. A un año y un mes de aquella evasión, el Tribunal Oral Federal 3 integrado por los jueces Mario Gambacorta, Eugenio Martinez y Osvaldo Facciano comenzó a juzgarlo como organizador del delito de tráfico organizado de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas. La pena prevista para ese delito es entre 12 y 26 años de prisión. Los demás están acusados como autores del mismo delito, con pena posible de 6 a 20 años.
Al frente de la acusación, el fiscal Federico Reynares Solari reiteró en la jornada de apertura cuáles son las conductas y pruebas que les achaca a Mansilla y otros tres acusados. Se espera que en la jornada de este miércoles exprese sus alegatos y defina la pena que solicitará para cada uno. Los otros detenidos son Ezequiel Rodolfo “Colo” Romero, Maximiliano “Menor” González y Nahuel Damián Córdoba. El grupo está además imputado de asociación ilícita en una causa que lleva adelante la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación provincial.
La investigación federal surgió de una pesquisa provincial por una saga de asesinatos en cuyo marco se secuestraron casi cinco kilos de marihuana. La pista de la droga conducía hasta el hombre por entonces detenido en Piñero. En diciembre de 2020, mientras estaba preso por el doble homicidio de dos adolescentes en Villa Banana, Mansilla fue procesado como organizador de tráfico de estupefacientes por el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario.
Aquella investigación había surgido un año antes, cuando fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) realizaron allanamientos vinculados con una serie de ataques a tiros contra una familia en los que resultó herida Catalina Aquino y fueron asesinados su yerno Sergio Birri y su hijo Sergio Rubén Giménez. Un procedimiento del 24 de diciembre de 2019 en una casa de Misiones al 2200 derivó en la detención de Nahuel “Pufli” Córdoba y el secuestro de 4,888 kilos de marihuana, 122 gramos de cocaína, elementos de fraccionamiento, armas de fuego y celulares.
Las actuaciones del MPA fueron derivadas a la Justicia federal en lo relacionado con el narcomenudeo y así aparecieron en escena Romero y González, además de Mansilla, sindicado por entonces como líder tras las rejas de un polirrubro que combinaba la venta de drogas con otros delitos como balaceras y homicidios, que apuntalaban esa actividad principal.
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Según la acusación, de la que se dio lectura en la primera jornada del juicio, Mansilla se encargaba de abastecer de droga a su gente desde el penal de Piñero y por eso llegó a juicio como organizador del tráfico. “El análisis del contenido de los celulares permite afirmar que el material estupefaciente secuestrado es la muestra de una actividad que lo sustenta mucho más vasta, prolongada en el tiempo y llevada adelante con una organización con roles definidos”, sostuvo el fiscal Reynares Solari.
“Se trata de una estructura criminal que se dedicaba a cimentar su organización a partir de la administración de la violencia y el comercio de material estupefaciente. Digitada por Mansilla desde su lugar de detención, a partir del prestigio delictivo, ascendiente que gozaba y medios materiales con los que contaba”, planteó el fiscal en ese escrito.
En la jornada de apertura desfilaron los testigos del procedimiento del hallazgo de la droga y se revisaron las actuaciones en torno al secuestro de teléfonos. En tanto que, para mañana, se espera el análisis de las pericias telefónicas, de los elementos probatorios que para el fiscal sitúan a Morocho como líder y el pedido de penas.