Balearon la casa donde vive la familia de Sergio "Quemado" Rodríguez
La casa de la familia de Sergio "Quemado" Rodríguez, condenado a 32 años de cárcel como autor del triple crimen de Villa Moreno, fue baleada ayer por la mañana por un hombre solo que, según vecinos, disparó desde una moto Honda Titan.
30 de agosto 2018 · 00:00hs
La casa de la familia de Sergio "Quemado" Rodríguez, condenado a 32 años de cárcel como autor del triple crimen de Villa Moreno, fue baleada ayer por la mañana por un hombre solo que, según vecinos, disparó desde una moto Honda Titan. La actual esposa de Rodríguez, Roxana D., vive allí desde hace un año y medio junto a sus hijos, sus nietos y su nuera.
"Es la tercera vez que balean mi casa. Sergio no tiene problemas con nadie en la cárcel y ni teléfono tiene, me llama con tarjeta cuando tiene cantina. Es más, ni debe saber sobre esto" aseguró la mujer ayer a la tarde a este diario en la puerta de su casa de Doctor Riva al 3200, en el barrio Alvear, cuyo frente exhibía seis tiros de balas calibre 9 milímetros. "Levantamos unas vainas por ahí. Pero no hicimos la denuncia", dijo uno de los hijos de Roxana.
"Los tiros fueron a las 8 o a las 9 y nos dijeron que dispararon desde una moto. Las balas atravesaron el portón y entraron a la casa; una perforó el televisor y otra rompió unos platos", dijo Roxana mientras comenta que es la tercera vez que balean la vivienda. Un vecino que vio al tirador sostuvo que, "estaba sólo, se bajó, tiró y se fue por Doctor Riva sin apuro".
Roxana, que trabaja cuidando enfermos y en casas de familia como mucama, no es la madre de Maximiliano "Quemadito" Rodríguez, el hijo del Quemado asesinado el 5 de febrero de 2013 cuando salía de un departamento de Corrientes y Pellegrini. La madre de éste es Claudia Reynoso, presa y condenada por la muerte Angela Ruiz, a quien acuchilló en 2015. "Con ella no tenemos trato", señaló Roxana, quien tiene un hijo de 3 años con Sergio Rodríguez.
En la casa baleada viven además tres niños y los hijos que Roxana tiene de una relación anterior. "Pensé en irme, pero ¿dónde voy?", se preguntaba ayer. En la puerta de la vivienda se estaciona un carrito para "vender choripanes o empanadas o cosas así. Lo puso mi hijo cuando se quedó sin trabajo. Nosotros trabajamos porque de lo contrario no comemos", dijo Roxana.
Gente de trabajo
"No me amenazaron ni nada, pero si una hace la denuncia por ahí te balean de nuevo. No sabés si son los narcos o quien. Por ahí una sabe, pero qué sentido tiene hacer la denuncia", remarcó la mujer, para agregar: "Yo voy a visitar a Sergio a la cárcel y hablamos de los chicos. El no tiene problemas, y yo y mi familia trabajamos. No sé por qué las balas, por ahí piensan que tenemos plata pero si usted quiere le muestro mi casa: somos pobre gente de trabajo", decía mientras mostraba el portón agujereado de balazos viejos y nuevos.