Un ciudadano ruso que viajaba rumbo a la ciudad alemana de Frankfurt fue detenido ayer en el aeropuerto internacional de Ezeiza con 3,5 kilos de cocaína, según informó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) cuyos oficiales hallaron el estupefaciente durante los controles realizados a través de los escaners de rayos X a dos maletas que el pasajero que iba a abordar el vuelo LH511 de la empresa Lufthansa había despachado para ser transportadas en la bodega del avión.
Tras el hallazgo los agentes consultaron al juzgado correspondiente y solicitaron al propietario la apertura de las valijas. En el interior del equipaje se encontraron cuatro paquetes que contenían polvo blanco y tras las pruebas de campo arrojaron positivo para cocaína por un peso total de 3,526 kilos.
Frente a ello los efectivos de la PSA incautaron la droga y arrestaron al responsable, quien quedó incomunicado a disposición del Juzgado Nacional en lo Penal Económico número 8, a cargo de Gustavo Meirovich.
"Después de los 389 kilos de cocaína de la semana pasada en el anexo de la embajada de Rusia intensificamos los controles a lo largo y ancho del país", informó en su cuenta de Faceboock la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
En esa operación también se detectó a ciudadanos rusos conectados con Alemania, en aparentes actividades relacionadas al narcotráfico. Precisamente, el denominado "Señor K", de nacionalidad rusa y sindicado líder de la organización desbaratada tras descubrirse 12 valijas diplomáticas cargadas con cocaína fue intensamente buscado sin éxito en ese país, sobre todo en la ciudad de Hamburgo.
La cocaína que el "Señor K" tenía guardada en la Embajada de Rusia para enviar a Moscú en valijas diplomáticas era la "más pura que existe", dijeron los pesquisas, quienes comentaron que los 360 panes incautados tenían una pureza de entre 88 y 95 por ciento y habrían llegado al país desde Colombia.
Pero por una trampa que le tendió la Justicia argentina y Gendarmería, a Rusia llegaron 12 valijas con casi 400 kilos de harina triple cero en lugar de droga, lo que permitió apresar a sus receptores.
El "Señor K" es el empresario ruso Andrey Kovalchuk, de 50 años, afincado en Hamburgo y con experiencia en la venta de productos premium ya que en Alemania se dedica a la comercialización de bebidas, caviar, café y otras delicatessen.