La tentativa de homicidio contra Carlos Argüelles, un mecánico de 46 años ligado por más de 20 años a Esteban Lindor Alvarado, sumó tres acusados. En una audiencia imputativa fueron acusados Alejandro Isaías “Chucky Monedita” Núñez, Jonatan Ribles y Andrés Bladimir “Colo” Navarro por el atentado a balazos que sufrió el hombre que actuaba como testigo protegido en la causa contra el narco empresario. El ataque ocurrió la tarde del jueves 28 de enero pasado cuando circulaba en un Ford EcoSport junto con su esposa y dos de sus hijos por Gaboto al 5500, en el barrio Triángulo.
Argüelles relató a la policía que un auto color gris y una moto que aparentemente oficiaba como apoyo de los atacantes, se les puso a la par y les dispararon varias veces. No hubo heridos. Chucky Monedita y Ribles fueron acusados por “homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria agravado por uso de arma de fuego en grado de tentativa y en carácter de instigadores”; mientras que “Colo” Navarro fue imputado como coautor de “homicidio agravado por uso de arma de fuego en grado de tentativa”. Los tres acusados ya estaban detenidos por otras causas en el pabellón 4 de la cárcel de Piñero.
En este expediente ya había sido acusados en abril pasado uno de los tiratiros, Gabriel González, y el taxista Jorge Inocencio Ojeda, quien según la acusación hizo un seguimiento sobre Argüelles en octubre de 2020, meses antes de que se concretara el ataque para marcarle a los tiratiros donde lo podían emboscar.
“Es la tercera vez que me amenazan o bien me entero que van a matarme. Cuando tomé la decisión de declarar en el futuro juicio a Alvarado sabía a lo que me arriesgaba; pero creo que es un acto justo declarar y que Dios me protege. Estuve muchos años con Alvarado y no hay detrás de mí ninguna historia oscura, soy un hombre que cometió errores y estoy dispuesto a afrontarlos y a disposición total de la Justicia. Temo por mi vida, pero esta vez atentaron contra mi familia y eso ha creado un malestar en mucha gente”, explicó Argüelles a este diario pocos días después del ataque a balazos que tenía como objetivo matarlo. La historia de este ataque tuvo varios ribetes destacados, casi de ficción.
Un taxista siguió a Argüelles 120 días antes de que fuera atacado en barrio Triángulo y reportó cada movimiento a quienes posteriormente balearon su auto en enero pasado. Los movimientos del objetivo móvil fueron reportados con fotos y videos. ¿Cómo se supo eso? Por una circunstancia fortuita. El 27 de octubre, Jonatan Ribles intentó evitar un control policial y al ser detenido intentó resistirse. Tenía en su poder un arma sin portación legal y un celular. Cuando se abrió el teléfono celular que llevaba Ribles los fiscales de la llamada Unidad de Balaceras encontraron llamativos intercambios de mensajes que aludían a seguimientos a alguien que tenía un taller mecánico. Los investigadores se detuvieron especialmente en esos diálogos, que durante diez días sostenían Ribles, el taxista Ojeda, Colo Navarro y Chucky Monedita Núñez.
Navarro, de 26 años, ya había sido imputado en mayo pasado por la fiscal Valeria Haurigot por “amenazas calificadas con el propósito de compeler a una persona a que abandone su lugar de residencia en tres oportunidades”. El Colo había atacado a balazos la casa de Nélida Susana Benítez, en Ayacucho al 4000 los días 15, 16 y 17 de febrero último. El juez Mariano Alliau le había dictado prisión preventiva por 90 días. Benítez terminó siendo asesinada el martes 8 de junio pasado cuando un hombre la baleó en el cuello a las puertas de su casa.
>>Leer más: La oscura historia de un testigo protegido que denunció un ataque a balazos
Los tres acusados este jueves están privados de su libertad en el pabellón 4 de Piñero. De los tres, el de mayor peso específico en el hampa rosarino es Chucky Monedita, de 25 años, condenado por el homicidio de Cristian "Charly" Machuca, un chico de 19 años baleado en enero de 2015 en Necochea al 3900.
De una serie de escuchas judicializadas que formaron parte de la evidencia que el fiscal David Carizza, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, presentó al momento de acusar se infiere que Chucky Monedita es el que lleva la voz cantante en el ataque contra Argüelles. La acusación tuvo dos secuencias. La primera, ocurrida entre el 26 y el 28 de octubre del año pasado cuando el taxista Ojeda siguió a Argüelles por media ciudad y reportó sus movimientos. La segunda parte fue lo que terminó en el ataque a balazos contra Argüelles alrededor de las 20 del el jueves 28 de enero pasado en inmediaciones de Gaboto al 5500.
>>Leer más: Ataque soviético, celos y planes homicidas: los chats de un sicario rosarino
“Fue Núñez quien determinó a terceras personas para que concurran al domicilio particular y taller mecánico de Carlos Argüelles”, explicó el fiscal. Y agregó: “Ribles, a instancias de Núñez, se contactó con Jorge Ojeda (el taxista) quien como parte de su trabajo de chofer de taxi persiguió a Argüelles” en el mes de octubre reportando a dos celulares, uno de ellos el de Ribles. “En enero de 2021 Gabriel González (imputado en abril pasado) y Bladimir Navarro” concretaron el ataque “con el fin de obtener dinero por ello”, dijo la acusación. Ambos circulaban en un Suzuki Fun gris desde donde atacaron el auto del mecánico que durante dos décadas se encargó de “emponchar” y acondicionar los autos que la banda de Esteban Lindor Alvarado robaba en el norte del Gran Buenos Aires. Posteriormente ese auto apareció abandonado en inmediaciones de Necochea y pasaje Ivanowsky, en el barrio Tablada.
La acusación se sostuvo sobre tres conversaciones extraídas del celular peritado de Ribles. Una entre este muchacho y un compañero de pabellón de Chucky Monedita; otra entre Ribles y el taxista Ojeda; y la tercera entre Chucky y Ribles, todas en octubre de 2020. Esta última es quizás la más rica para entender la tensión con la que se manejó un ataque letal que no llegó a concretarse pero que expuso la necesidad que tenía Núñez para que Ribles realizara el trabajo. En tiempo real “Chucky” trataba de activar a Ribles, pero no podía. O al menos eso entendía el hombre acusado como instigador. "Contestá puto. El tachero lo está siguiendo salame. Arrancá la moto y andá. Ponelo de cheto (por sorpresa) boludo. Escribile al tachero”, fue la orden que Chuky Monedita le dio Ribles el 28 de octubre del año pasado.
“Sí, bobo. Sino viste que vine ayer, hace una banda de días que vengo boludo, pero no, no sé qué onda que no se me da boludo. Si ayer vos también querías que vaya a la planchada, digo qué tiro, dejalos a esos giles ahí… Quiero plata yo boludo. Que voy a andar todos los días a los tiros… Voy a mandarme ese «robito»; Voy a agarrar a este viejo digo yo, eso es lo que dije voz”, respondió Ribles. Y Núñez dejó bien clara la línea de mando: “No digas ayer boludo, porque ayer no estuvieron todo el día. Vos vas y te quedás un toquecito y te vas boludo. Si lo vas a esperar (a Argüelles), esperalo con coso. Hoy estaba regalado y no estabas boludo. Si vos te levantabas a las 7, hoy a las 10 de la mañana ya estaríamos contando la plata, boludo”, reprochó “Chucky Monedita”.
Luego de las dúplicas y replicas de las partes, el juez de primera instancia Gustavo Pérez Urrechu, quien presidió la audiencia, dio por aceptada la acusación contra el trío y les dictó prisión preventiva por el plazo de ley, es decir que deberán transitar el proceso judicial encarcelados al menos por dos años.