Susana Giménez volvió a quedar en el centro de la escena por una polémica. Es que pese al aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido por la pandemia de coronavirus Covid-19 viajó a Montevideo en un vuelo privado.
Susana Giménez volvió a quedar en el centro de la escena por una polémica. Es que pese al aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido por la pandemia de coronavirus Covid-19 viajó a Montevideo en un vuelo privado.
La diva de los teléfonos viajó junto a su hermano Patricio en un vuelo privado desde Aeroparque, en una aeronave Lear Jet 60, de la firma Baires Fly.
Si bien debido a la cuarentena los vuelos en Aeroparque se limitaron a 10 operaciones por día (en su mayoría por razones sanitarias u oficiales), la Administración Nacional de Aviacion Civil (Anac) autorizó la salida de la aeronave. "El vuelo estaba en condiciones y cumplía los requisitos de seguridad", indicaron desde ese organismo.
Desde que el Gobierno decretó la cuarentena, el pasado 19 de marzo, Susana decidió permanecer en aislamiento en su casa de Barrio Parque. Sin embargo, en distintas entrevistas, había contado que tenía intenciones de viajar a Uruguay para instalarse en su chacra en Punta del Este.
Hace un mes y medio atrás, la diva adoptó a una perra. Aunque primero tuvo que devolverla al criadero porque le provocó heridas en los brazos, a las pocas semanas se reencontró con su mascota.
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La conductora quería llevar al animal a su quinta en el país vecino. Aún se desconoce si efectivamente, en este viaje, Susana pudo transportar a la perra con ella. "Llegó Rita, ¡qué felicidad! Hacía días que la esperaba. Vamos a pasar juntas lo que queda de cuarentena jugando, dándole de comer, enseñándole todo hasta que podamos viajar a ver a sus hermanos que están esperándonos en La Mary", había contado en un posteo en Instagram.
El vuelo fue autorizado el día anterior con el detalle “traslado de dos ciudadanos argentinos con residencia en Uruguay”. Cuando la diva y su hermano arribaron a Uruguay, testigos confirmaron que las autoridades del Aeropuerto Internacional de Carrasco no les permitían bajar del avión hasta que la conductora mostró el certificado de estar tramitando la residencia en la República Oriental del Uruguay (ROU).