Para ganar hay que saber sufrir. Newell's pasó por diferentes estados para abrochar el triunfo frente a Tigre en el regreso al Parque que lo mantiene en la cima. Del dominio a padecer algunos embates del Matador hasta llegar al gol que dejó de lado la incertidumbre para poner el grito en el cielo a pleno desahogo. Y fue Mauro Formica, el relegado al banco, el que abrió la puerta hacia el camino a la victoria en un duelo cerrado, complejo y por momentos desordenado. Fue precisamente el Gato el que metió el zarpazo justo y tan necesario para doblegar a un rival ordinario, pero incómodo. La Lepra disipó con esta conquista todo un contexto que parecía peligroso en el que primó, por suerte, la cordura para que la paz inundara el Coloso.
Todo fue a pulmón. Desde la apuesta en la seguridad, la lucha planteada en busca de los tres puntos y la pelea desde lo personal que realizó Formica en su vuelta a Newell's. "El desahogo fue por las dos operaciones en 5 meses que me impidieron volver a mi nivel", dijo el autor del tanto que hizo vibrar al pueblo leproso a 10' del final y cuando resultaba difícil pegarle al Matador.
Era condición sine qua non para el rojinegro iniciar el camino del semestre en casa con los tres puntos, más allá de la puesta futbolística que transitó por diferentes momentos. Algunos, en su gran mayoría, con dominio y otros con cierto padecimiento.
Tenía que doblegar a Tigre y lo hizo. Le costó mucho y debió transitar distintos estados, de dominio hasta de zozobra en otras ocasiones. La más dura fue con el penal que pudo cambiar el destino del partido de no ser por la enorme aparición de Pocrnjic.
Antes, en la previa, había mucha expectativa en lo que podía suceder. Incertidumbre, quizás, que inundó el ambiente rojinegro por todo el clima interno. Y por eso algunos sectores no fueron completados como siempre sucedió. Cierto temor, tal vez, haya motivado a pensar en el regreso a la cancha. En familia y como en los grandes momentos vividos en el Coloso. Ver qué pasaba en este inicio del torneo de local, tan hablado y con muchas decisiones adoptadas en el medio.
El pulmón cercado estaba preparado desde días anteriores. Los hinchas se ubicaron dejando algunos espacios en los alrededores de ese lugar vacío y perteneciente a la barra. Esos que debieron trasladarse a la bandeja superior de la Diego Maradona. Hubo un detalle interesante y ocurrió cuando la barra ingresó para ubicarse en el centro de la misma. Mientras lo hacía al compás del sonido de los redoblantes, desde las plateas surgieron algunos silbidos en clara muestra de repudio a los "muchachos del tablón".
Nada sucedió. Hubo un partido de fútbol, con presentación del equipo de Osella y todo quedó focalizado en eso. Por suerte. Como debe ser. Porque los protagonistas están dentro de la cancha y nunca deben ser los de afuera.
Para que se hable del juego. Que Pocrnjic antes del penal le contuvo un disparo a Morales cerca del final del primer tiempo que podía cambiar el rumbo del cotejo. O que Formica entró en el complemento para aparecer en el lugar justo, tocar la bocha al gol y apoderarse de los puntos.
Gritó en el debut en casa. No le sobró nada, es cierto, pero ganó. Consiguió la segunda victoria consecutiva y está arriba en el torneo. Y lo hizo todo a pulmón.