¡Qué semanita que vivió Alejo Veliz! Sin dudas el chico de “las tapas” canallas en los últimos días. El de la estocada en el clásico para un triunfo tan ansiado, el de las jugadas clave ante Arsenal: la de los penales y el zapatazo al ángulo. De todo vivió el chico de Bernardo de Irigoyen, que apareció casi de rebote en el clásico y que por estos días es inamovible. Claro, en Sarandí tuvo un ladero especial, que fue ni más ni menos que Gaspar Servio, el encargado de cruzar la cancha y ejecutar los penales que a él le cometieron, pero la figura de Veliz fue la determinante. Sin sus movimientos, sin el atrevimiento que tuvo y sin ese golazo la cosa no hubiese sido igual. Seis días locos en la vida de un delantero joven, al que le faltan infinidades de cosas por aprender, pero al que nadie puede quitarle la emoción del momento. Casualidad o no, este miércoles extendió su contrato con Central hasta diciembre de 2025.
“Ya tenía pensado festejar como Ruben”, fue una de las frases salientes de Veliz en la charla con Ovación el día posterior al clásico, cuando no paró ni un minuto con las entrevistas por eso que apenas unas horas antes había logrado. Pero vaya paradoja, desde la despedida de Marco, Central no pudo hallar un 9 de esas características, en el sentido de los movimientos y el sector por donde se mueve.
Gol Rosario Central Newells 2022 Alejo Veliz
Suena loco, pero desde la llegada de Tevez, Veliz fue uno de los jugadores que más terreno parecía haber perdido. Después de haber sido titular en casi todos los partidos de Leandro Somoza como entrenador, el delantero jugó el primero con el Apache y a partir de ahí fue siempre al banco, con la posibilidad de ingresar en la mayoría, pero por pocos minutos. Pero llegó la semana del clásico, esa semana que todos quieren transitar y el partido que todos quieren jugar.
Veliz vivió la semana como cualquiera de sus compañeros, trabajando para ganarse un lugar, pero sabiendo que la carrera la corría desde atrás, más que nada porque Tevez no parecía del todo convencido de poner un grandote de área para no facilitarles el trabajo a los centrales de Newell’s.
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Veliz fue a la cancha y no sólo no les facilitó el trabajo a los defensores leprosos, sino que los complicó, en especial a Lema. Desde ese momento de alegría absoluta Veliz comenzó a transitar los días más felices de su vida como futbolista profesional. Porque ese gol valió el triunfo en el clásico y su figura tomó otra dimensión frente a los ojos del Apache, quien nunca dudó de que en Sarandí debía estar.
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Brazos abiertos II. Veliz fue el artífice del triunfo canalla en el clásico ante Newell's.
Héctor Rio / La Capital
¿Y qué pasó en cancha de Arsenal? En cuestión de minutos se las ingenió para marcar presencia en el partido, para demostrar que aquello que había ocurrido unos días antes en el Gigante de Arroyito no había sido fruto de la casualidad, que su momento era este.
Un enganche con picardía ante la marca de Miloc y la infracción que no hizo dudar al árbitro Zunino. Penal para que Servio cruzara por primera vez el campo de juego y se hiciera cargo del remate. Mérito compartido del 9 y del 1.
Y trascartón, una arremetida de frente al arco, que desembocó en el empujón de Chimino. Más de un minuto después Zunino fue advertido por el VAR, fue a revisar y llegó el nuevo penal y la expulsión del defensor de Arsenal. Y ahí Veliz demostró algo más de la personalidad que sin dudas aún está formando. Porque mientras Servio ya caminaba hacia el arco rival con la pelota bajo el brazo el delantero intentó hacerse cargo del remate, hasta que llegó la intervención de Tevez dándole la derecha al arquero. Veliz quiso patearlo, pero no lo dejaron.
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Pero el partido tenía guardada una nueva intervención del delantero, que resultó letal por cierto. Es que no fue una jugada más, sino que fue “la” jugada de la noche, con sello propio. Fue en ese control primero y media vuelta después para meter una volea increíble, que se estrelló en el palo derecho de Medina y rebotó por todos lados dentro del arco.
Los dos penales se lo convirtieron a él y el golazo propio para sellar el resultado. Tres participaciones, que resultaron determinantes para una nueva victoria de Central, pero fundamentalmente para la vida de Alejo Veliz, que vivió de jueves a martes seis días de muchísima adrenalina.
Lo dicho, desde la despedida de Marco Ruben a Central no le resultó sencillo hallar un jugador que lo emulara. En un acto de sincericidio absoluto Veliz se tomó el atrevimiento de festejar en el clásico con el salto característico de Ruben. Lo sintió de esa forma y seguramente el haberlo hecho público haya sido en reconocimiento a ese jugador con el que mientras compartió plantel aprendió más de un secreto del puesto. Veliz sabe mejor que nadie que el camino por recorrer es enorme y que las demostraciones deben continuar su curso, pero lo que nada ni nadie podrá sacarle de encima es esa sensación de los días locos que vivió.