Difícilmente un equipo pueda llegar a ser un gran equipo si no tiene una columna vertebral importante. Además del sacrificio, el compromiso, los entrenamientos y las condiciones técnicas o físicas, la conformación de un grupo íntegro (que reúna todas estas cualidades y destaque también en lo humano) es complicada si no hay líderes que se direccionen en ese sentido. Universitario, campeón hace algunos días del Torneo del Litoral, los tiene. Y por eso no sorprende que en los últimos años haya sido el equipo que no se movió de las finales. Le tocó ganar algunas, perder otras, pero se mantuvo, uno de los aspectos más complicados de lograr en un deporte. Florencia Albanesi (37 años), Lionela Goñi (33) y Laura Del Colle (32) fueron la columna vertebral del campeón y grandes artífices para que esto suceda. Probablemente no vuelvan a estar el año que viene y entonces la primera de Uni deberá reinventarse y capitalizar el legado. Hoy, merecen el protagonismo, porque mucho de ellas se refleja en el plantel.
Ni Del Colle ni Albanesi ni Goñi podrían jugar solas y mucho menos ganar un campeonato. Esa es una obviedad. Pero el papel que desempeñaron fue vital en la conformación del campeón. En el arco, Laura suele convertirse en un muro para los rivales y su figura se agiganta mucho más en las paradas difíciles. La propia arquera le contó a Ovación que el día de la final ante Plaza, instantes antes de que esta se definiera en penales, varias compañeras se le acercaron y le dijeron: “Confiamos en vos”. No sólo ya había sacado bochas claves en el encuentro sino que además se lució en los shout outs que significaron la consagración.
Con toda una vida en el club, mamando la filosofía blaunegra, con años de seleccionado argentino (medallista olímpica en Londres 2012) y otros en clubes de Europa, más la incursión en el hockey pista de Argentina e Italia, ¿quién puede negar que allí está uno de los puntos más altos del campeón? Laura, que además se dedica a entrenar arqueros por intermedio de su escuela Okey y que trabaja como kinesióloga y profesora de educación física, es adentro de la cancha lo que también es afuera, donde no negocia la exigencia: “En cada entrenamiento, en cada partido, hay que dar lo máximo. No es sólo ir para marcar tarjeta. Sé que las chicas confían en mí pero yo también confío mucho en ellas. Trato de transmitirles confianza y comunicar, siempre desde un lugar positivo. Pienso que es clave”.
No es la única que brindó seguridad en el fondo. Los rivales sabían que antes de intentar vulnerar a Laura había otro escollo importante: Florencia Albanesi en la defensa. La estirpe con la que Florencia se mueve impresiona. No sólo por lo que puede dar con el palo y la bocha (gran tiradora de cortos, entre otras virtudes), sino por el temple con el que juega. Aún en las situaciones de mayor adrenalina ella tiene tiempo para bajar los decibeles. La virtud se entiende aún más por su profesión: es médica cirujana. “Tengo 20 años en el hockey, la experiencia ayuda a estar tranquila y es bueno que esa tranquilidad en momentos decisivos se la traslade al equipo”.
Lionela Goñi fue, además de baluarte de este campeón, la capitana. Desde su posición de volante tiene a cargo la creación. Mucho de lo bueno que sucede en el campo depende de ella. También kinesióloga y profesora de ecucación física, Goñi entiende a la perfección de qué se trata esto: “Trato de inculcar el sacrificio, la constancia, el compromiso y los valores, especialmente hacia el equipo contrario. A nosotras nos tocó perder dos finales seguidas en el Litoral antes de este título y fuimos a saludar igual que cuando nos tocó ganar. Hay que dar el ejemplo. Lo bueno y lo malo se contagia. Pero lo más lindo es contagiar lo bueno. Somos un grupo de 30 mujeres, no es fácil (risas), pero todo se habla y después tiramos para adelante. Lo que más valoramos es el grupo”.
Con tres líderes así es más fácil entender por qué un equipo puede mantenerse ahí arriba. Claro que todas las jugadoras cumplen un rol importantísimo, al igual que un cuerpo técnico superexigente encabezado por Enersto Lucero y Luciano Aguero como preparador físico. Uni no lograba el título del Litoral desde 2011, sin embargo fue finalista en 2013 y 2014. También en 2013 y 2014 ganó la Liga Nacional de Clubes. Nada parece ser casualidad. En este sentido las tres referentes coincidieron en señalar que más allá de sus roles, el equipo siempre supo sobreponerse a las bajas e integrar a las nuevas caras y que ello fue sencillo porque siempre se intenta bajar un mensaje claro. Y la parte humana siempre es prioridad.
A la vez, las tres coincidieron en señalar que el año de Universitario fue muy bueno más allá de que en la Liga Nacional descendieron a la B, pero en el Litoral apenas perdieron un partido: “Fue raro llegar a octubre sin perder ningún partido, yo internamente estaba sorprendida, siempre algún partido tenés que perder”, contó Lionela. Esa única caída fue ante Gimnasia y Esgrima, que aprovechó Plaza para subirse a la punta del torneo en el que terminó líder. Ambos protagonistas de la definición por el título fueron los mejores del año en el hockey rosarino. El sinsabor fue haber caído en la liga luego de un bicampeonato, pero para Albanesi eso tuvo su parte positiva: “Fue un llamado de atención para afrontar los playoffs del Litoral, a partir de ahí pusimos la cabeza en los errores y en lo que había que mejorar”.
Por las virtudes del cuerpo técnico y de las jugadoras (apoyadas en esta gran columna vertebral), Uni es el campeón. Albanesi no seguirá el año que viene. Su profesión la obliga al cuidado de las manos y la exigencia a la que obliga el hockey actual no es tan sencilla de soportar a los 37 años. Se va, pero tranquila: “Es algo que venía pensando, si me lastimo pongo en riesgo mi trabajo. El año pasado estuve a punto de irme, seguí y me voy ahora con el título”, contó. Y dejó un mensaje: “Se puede estudiar o trabajar y estar igualmente comprometida con el club, es cuestión de organizarse y hacer las cosas con responsabilidad. Así se alcanzan los objetivos”. Lionela y Laura son duda, tendrán todo el verano para decidir si ponen punto final o no a su participación en el primer equipo. “Cada vez que llega el verano somos duda (risas), pero el hockey es un estilo de vida, así que veremos qué hacer”. Hay tiempo. Este es momento de festejos. El de un campeón merecido con baluartes indiscutidas.