El arquero Sebastián Saja consideró ayer que en San Lorenzo están ensañados con él por haberle
puesto “trabas” en una nueva transferencia a Gremio de Porto Alegre, donde quería
seguir jugando. “El cuerpo técnico no me quiere, los dirigentes tampoco, no soy un jugador
barato para el club. Pido que me faciliten las cosas para salir, no que me las compliquen”,
reclamó.
También aseguró que se le “acabó” la paciencia por supuestas
demoras en pagos, que el arquero le atribuyó a la dirigencia de San Lorenzo. “Sí,
seguro”, respondió Saja cuando le preguntaron si estaban ensañados en San Lorenzo y evaluó
que esa situación se pudo haber gestado cuando dijo que “no se preocuparon” por su
lesión o porque reclamó “una deuda”.
Sobre el entrenador Ramón Díaz dijo que en la vuelta al trabajo le
informó que tenía “el cupo de arqueros cubierto”, con lo cual no tenía lugar en el
plantel.
“La paciencia tiene un límite y a mí se me acabó”, enfatizó el guardameta, que
entrena solitariamente en la ciudad deportiva, mientras el resto del plantel lo hace en el Hindú
Club de Don Torcuato.