Como no podía ser de otra manera, otra vez París 2024 deslumbró al mundo con la Ceremonia de Clausura de los Juegos Paralímpicos. La Ciudad Luz asombró al mundo y le pasó la posta a Los Ángeles 2028, la siguiente cita del deporte mundial. Y el rosarino Brian Impellizzieri fue el abanderado de la fiesta final.
Después de que los Juegos Olímpicos mostraran la belleza de las sedes icónicas de la Ciudad Luz se temió que la efervescencia de todos los fanáticos de los deportes alrededor del mundo se fuera aplacando, pero esa energía positiva se prolongó en el tiempo, las dudas se disiparon y los atletas disfrutaron de un fuerte apoyo, por lo que los otros Juegos también fueron un verdadero éxito.
Si bien una gran cantidad de parisinos abandonaron (algunos dicen que huyeron) la ciudad en medio de preocupaciones por el caos del tráfico, la agitación política, las tensiones sociales y los crecientes temores sobre la seguridad, hubo otros franceses que llegaron desde otras ciudades y brindaron a sus atletas un gran aliento durante toda la competencia.
Tras 11 días de acción, el telón se bajó en el Stade de France ante unos 80.000 espectadores que vieron un espectáculo único, cargado de extravagancia, color, diversidad, ruido y alegría. Fuera del icónico estadio, más de 300 millones de telespectadores siguieron las alternativas alrededor del planeta.
Lluvia el primer día y el últimos en París 2024
Paradojas del destino, los Juegos Olímpicos comenzaron bajo una lluvia torrencial el 26 de julio con una notable ceremonia de apertura en el río Sena y este domingo los Juegos Paralímpicos se clausuraron con París empapada por las precipitaciones.
Mientras el estadio se iluminaba con los colores azul, blanco y rojo en referencia a la bandera francesa, un trompetista tocó “La Marsellesa” y los abanderados paralímpicos comenzaron a entrar al estadio portando banderas nacionales al son de “Carrozas de Fuego” de Vangelis.
Así pudo verse a la jugadora de boccia Stefanía Ferrando y el atleta rosarino Brian Impellizzeri encabezando como abanderados la delegación argentina, que en un rápido balance tuvo su quinta mejor actuación en la historia de la competencia: finalizó en el puesto 37 del medallero general con 13 medallas: dos doradas, tres plateadas y ocho de bronce, en lo que fue la quinta mejor actuación de la historia y la mejor desde Arnhem 1980.
Además, sumó 22 diplomas en atletismo, natación, boccia, ciclismo, judo y tenis de mesa.
La fiesta inolvidable del cierre
Luego fue el famoso compositor francés de música electrónica Jean-Michel Jarre quien cerraría la ceremonia que nuevamente estuvo dirigida por el director artístico Thomas Jolly.
Su intención esta vez fue convertir el estadio en una gigantesca fiesta de baile al aire libre. Y lo consiguió con más de 20 DJ, entre ellos Etienne de Crécy, Martin Solveig y Kavinsky, quienes actuaron en un homenaje a la música electrónica francesa con el tema “El viaje de la ola”. Si bien llovía a cántaros por entonces, los 4.400 atletas de las 168 delegaciones paralímpicas deliraban con la música.
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A la hora de los discursos, el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, dijo que Francia estableció un “punto de referencia” para futuros Juegos.
“Para ser un país famoso por su moda y su comida, Francia es ahora famosa por sus aficionados”, afirmó haciéndole un guiño demagógico a los anfitriones.
La perla negra del cierre fue el clima. Al ser el convidado de piedra, el mal tiempo obstaculizó parte de la ceremonia.
El pebetero que albergó la llama Paralímpica, en forma de base de un globo aerostático, que se elevó en el aire todas las noches, no pudo realizar su último viaje hacia el cielo desde los Jardines de las Tullerías debido a los fuertes vientos y la lluvia.
La jugadora francesa de boccia Aurelie Aubert apagó la llama paralímpica rodeada de otros deportistas del país anfitrión. Fue el preciso momento en el que París le dijo adiós a su primera cita paralímpica y pasó el testigo a Los Ángeles, que organizará los Juegos en 2028.
Los momentos emblemáticos de los Juegos Paralímpicos
Los primeros Juegos Paralímpicos de la historia celebrados en la capital francesa tuvieron sus momentos emblemáticos. Como cuando la arquera británica Jodie Grinham se convirtió en la primera atleta en ganar una medalla paralímpica estando embarazada; o la taekwondista Zakia Khudadadi ganó la primera medalla paralímpica para el Equipo Paralímpico de Refugiados.
Para los rosarinos, ese momento inolvidable fue cuando Brian Impellizzeri se colgó la medalla de oro y entró en la historia. Por eso, para los amantes del deportes solo nos queda decir: “Au revoir, Paris. Merci”.