Los pocos días que lleva Germán Burgos en Newell’s transcurrieron de forma vertiginosa y con una dedicación absoluta para preparar a contrarreloj el equipo para enfrentar esta tarde a Unión. A partir de las 19, la atención estará puesta en lo suceda en el campo de juego del Coloso, quedando de lado todo lo vivido en la previa y la repercusión que generó la figura del Mono desde el momento en que fue anunciado como nuevo técnico de la lepra, con una conferencia de prensa celebrada ayer que resultó atípica, por la cantidad de periodistas convocados, y en plena pandemia, entre ellos de medios de comunicación españoles. La expectativa de Burgos, y la del hincha, es que ya mismo el plantel incorpore conceptos básicos que le son propios y muestre otra fisonomía en la cancha, pese al poco tiempo de trabajo que lleva, para enderezar el paso en la Liga Profesional.
Desde el domingo, cuando se confirmó el sucesor de Frank Kudelka en Newell’s, la expectativa de la hinchada se renovó. Era necesario un cambio, con un conjunto que se caía a pique, en el juego y en los resultados. La imagen que Burgos supo construir como ayudante de Diego Simeone devolvió entonces la esperanza al mundo rojinegro, si bien existe mesura. A nadie le pasa por alto que será su primera experiencia al frente de un equipo. Pero tiene abierto el crédito, por el trabajo desarrollado en la alta competencia del fútbol europeo, en Atlético de Madrid.
El martes por la mañana, Burgos arribó al país desde España, recorrió las instalaciones del Centro de Entrenamiento Jorge Bernardo Griffa, instalándose en el hotel del predio para vivir allí junto a sus colaboradores españoles, el ayudante Armando de la Morena y el preparador físico Angel Puebla, y por la tarde se puso al frente de la primera práctica. El miércoles, la jornada fue en doble turno. Y ayer la práctica se desarrolló por la tarde, en el Coloso.
Con intensidad y sin respiro fueron sus primeros días en el club del Parque, casi una característica de su forma de entender el fútbol, siendo obsesivo, detallista y metódico. En el medio de tanta actividad, durante el mediodía de ayer dio una conferencia de prensa que significó su presentación al frente del equipo rojinegro.
La organización del encuentro con la prensa de manera presencial de por sí fue una curiosidad para este tiempo de pandemia por el coronavirus. Lo justificaba lo que representa Burgos y el interés por escucharlo. En un espacio preparado para la ocasión en Bella Vista, junto a la cancha donde juega la reserva, el entrenador congregó a unas 70 personas, entre periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos. Fue llamativo. Ni siquiera la previa de un clásico reúne a tal número de trabajadores de prensa. Es el fenómeno que provocó el personaje en cuestión.
Tan particular fue el interés de la prensa de la ciudad y del país, como la que hubo desde España. La palabra de Burgos fue seguida a través de internet por periodistas del diario Marca, las cadenas SER y Cope, y Onda Cero. Incluso participaron a la distancia de la conferencia, con preguntas que en su mayoría se vincularon a Diego Simeone y Atlético de Madrid, donde estuvo casi una década como asistente técnico y anteriormente como futbolista. La repercusión que tuvo su llegada a Newell’s, y lo que todavía sigue causando, se entiende por lo que despierta el personaje dentro del ambiente del fútbol, en la Argentina y en España.
Durante los más de 20’ que dialogó con la prensa, Burgos fue medido y muy de vez en cuando puso en palabras o con gestos su personalidad extrovertida. Se permitió alguna licencia cuando se cayó sobre su cabeza un banner que tenía detrás. “Tranquilos, no me va a pasar nada. Es lo mismo que los mosquitos”, bromeó, en relación a que el golpe no afectaría su corpulenta figura.
Fue uno de los pocos instantes en los que mostró una sonrisa. “A nosotros nos van a ver sonreír después de ganar”, aclaró. Así, con esta seriedad, encara esta etapa de su vida. Hoy será la hora de la verdad, en la cancha, donde sobran las palabras y se empezará a ver la mano del entrenador.