O.J. Simpson, estrella histórica del fútbol americano de la NFL y condenado civilmente por el asesinato de su ex esposa Nicole Brown en 1994, falleció en las primeras horas de este jueves a los 76 años, según informó su familia en redes sociales. “El 10 de abril, nuestro padre sucumbió a su batalla contra el cáncer. Estaba rodeado de sus hijos y nietos. Durante este tiempo de transición, su familia le pide que respete sus deseos de privacidad y gracia”, se anunció en un comunicado.
Como deportista, Simpson ganó fama, fortuna y adulación por sus años de gloria en el fútbol americano y en los espectáculos, pero su historia cambió para siempre tras el brutal homicidio de su ex pareja. Además, enfrentó cargos por la muerte del camarero Ronald Goldman, pero solamente tuvo que pagar una indemnización de 33,5 millones de dólares a las familias debido a que otro tribunal civil lo declaró culpable en 1997.
No obstante, en 2007 fue arrestado en Las Vegas acusado de numerosos delitos, entre ellos por un robo a mano armada. La Justicia lo declaró culpable y lo condenó a 33 años de prisión, pero en 2017 se le concedió la libertad condicional tras cumplir el mínimo de su sentencia.
Durante sus últimos años de vida, O.J. tenía mucha actividad en sus redes sociales y se mostró en varias oportunidades con videos desde su casa, donde compartía distintos mensajes hablando frente a cámara para sus seguidores.
O.J. Simpson, una estrella en la NFL
O.J. Simpson disputó tan solo 11 temporadas en la NFL, nueve de ellas con la camiseta de los Buffalo Bills y dos con la de San Francisco 49ers. Fue reconocido como “The Juice” (el Jugo), ganó cuatro títulos de corredor de la liga, con un total de 11.236 yardas corridas en su carrera, además de haber anotado 76 touchdowns.
Su mejor año fue 1973, en el que fue nombrado el Jugador Más Valioso de la NFL y se convirtió en el primer jugador en pasar la barrera de las 2000 yardas en una misma temporada. Llegó al Salón de la Fama en 1985, su primer año de elegibilidad.
La persecución a O.J. Simpson en vivo
Antes de que se iniciara el proceso judicial por la investigación del doble homicidio de Brown y Goldman, Simpson protagonizó una de las persecuciones policiales más icónicas de la historia, no solamente de Estados Unidos sino del mundo.
Mientras escapaba de la policía en su Bronco blanca, el ex deportista fue captado por las cámaras de varios medios, que lo seguían en helicópteros por encima de las autopistas estadounidenses.
La fuga de Simpson fue transmitida en vivo por televisión para todo el país e incluso llegó a interrumpir la cobertura de las Finales de la NBA, que disputaban el Partido 5 los Houston Rockets contra los New York Knicks. En tanto, ese mismo día se llevó a cabo el partido inaugural del Mundial de fútbol de la FIFA 1994, pero toda la atención se posó sobre la huída de la estrella de fútbol americano.
Finalmente, la persecución acabó sobre las 20 -hora local- en su propiedad de Brentwood, donde habló con su madre y su familia hasta ser arrestado por la policía casi una hora más tarde.
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O.J. Simpsons en “El juicio del siglo”
Una vez conocida la noticia del asesinato y tras las evidentes sospechas sobre el “héroe deportivo”, el público quedó hipnotizado por la polémica y catalogó al proceso judicial como “el juicio del siglo”, que fue transmitido en directo por televisión. El caso estuvo tan involucrado en los medios que generó debates raciales, de género, violencia doméstica, justicia de famosos y mala conducta policial.
Durante el juicio, se suscitaron una gran cantidad de cuestionamientos contra quienes investigaban la causa y a quienes apuntaban contra el deportista, alegando que se trataba de un caso de racismo. Por otro lado, también se involucraron otros movimientos que pedían por un trato normal y sin beneficios por la fama del involucrado.
El jurado del tribunal penal lo declaró inocente de asesinato y Simpson se mostró muy agradecido con ellos, pero dos años más tarde otro jurado de un juicio civil lo encontró culpable de ambas muertes, por lo que se le ordenó pagar más de 30 millones de dólares a las familias Brown y Goldman.