El sorteo de la Copa Libertadores y la Sudamericana generó un flujo importante de movimiento de gente a nivel interno. Luque gira desde hace unos días en torno a la Conmebol. Si bien el grueso de los directivos están atrincherados en el moderno hotel Bourbon, lo concreto es que muchos optan por mostrarse y consumir en la capitalina Asunción, ciudad en la que la elevada temperatura hace estragos.
"Cada vez que hay un evento como este tenemos muchísimo trabajo. No sólo nosotros nos activamos, también los restaurantes, shoppings y otros comercios. Muchos aprovechan para comprar electrónica y ropa, que acá está a buen precio", relató en detalle Pablo, un taxista que nació "en el barrio de San Isidro, pero vivo acá hace muchos años".
La sede de la Conmebol está pegadita a Asunción, una ciudad que concentra prácticamente toda la actividad en este hermano país. "No tenemos industrias importantes, pero ensamblamos y vendemos de todo. Lo que pidas, lo tienes", acotó sin vacilar Raúl, quien se desempeña de mozo en un restaurante céntrico.
Las calles de Luque son finas. Casi todas están asfaltadas. También bien emparchadas. Predominan las casas bajas. Se percibe a simple vista que la mayoría de los habitantes son de clase media para abajo. Como muchos barrios de Rosario, por cierto.
Acá tampoco todo es color de rosas. Sin embargo hay algunas imágenes que desean pintar otra realidad. Las grandes marcas automotrices tienen sus inmensos locales bien iluminados en plena avenida. "Hay gente que compra esos autos. Son empresarios, jugadores de fútbol o algunos profesionales bien pagados. Pero la mayoría lo vemos pasar nomás, no podemos tenerlos ni subirnos", relató Justo, un taxista que llegó del interior "hace tres años porque acá hay más trabajo".
La sede del fútbol sudamericano es como una especie de isla. Las banderas de los diferentes países que alimentan la Conmebol flamean al compás del caluroso viento caliente que predomina en esta época.
"Llegó muchísima gente en los últimos tres días. Se ve que todos vinieron para el sorteo", remarcó Jorge, un remisero "desde hace más de 20 años" y que resaltó "lo caro que es vivir en Asunción".