Pasó por diversas estaciones en apenas un par de meses. Sintió en carne propia el ciclotímico sentimiento del hincha. Leonardo Gil había arrancado la estadía en Arroyito con el pie derecho. Luego bajó el nivel. Y automáticamente sintió sobre su cabeza el rigor popular. Sin embargo no claudicó ante la adversidad. "Sí, lo más difícil es ganarse a la gente", reconoció el Colorado en el prólogo de la revisión que hizo junto a Ovación antes de pegarse la vuelta de Bahía Blanca, ya que mañana arrancará la pretemporada en Arroyo Seco. "Central no es un club fácil, pero de todas las propuestas que tenía elegí venir porque siempre me gustaron los desafíos importantes", retrucó el volante. "Desde el primer día que llegué noté que Rosario es hermosa. Estoy en una institución de puta madre. Quemé todas las cartas para venir. Y quiero aprovecharlo. Tuve ese mes en el que ni siquiera concentré, pero ya quedó atrás. Ahora quiero mirar hacia adelante y consolidarme acá", puntualizó a modo de balance en una variado ida y vuelta con este medio. Está claro que el jugador canalla arrancó el 2018 con todo.
¿Qué análisis hiciste de tu estadía en Central, porque pasaste por diferentes momentos?
Uno siempre analiza lo que hace. Sobre todo cuando termina un torneo o el año, como en este caso. Lógico que hice un balance y considero que fue bueno. Claro que a nivel equipo hemos pasado por momentos difíciles y otros buenos. Sin embargo, tuve suerte de jugar casi todos los partidos del pasado semestre. Obviamente me tocó arrancar bien y luego me tocó salir porque parecía que no le encontraba la vuelta al equipo. Pero por suerte terminé en cancha nuevamente y eso es lo que me dejó conforme.
¿Te costó más de la cuenta la adaptación?
No sé si más de la cuenta, pero me costó. Se había armado un plantel casi nuevo y muchos de los que llegamos necesitábamos un poco de tiempo, porque es difícil conocerse o jugar de entrada con el resto, pese a la predisposición que poníamos. Todo lleva su tiempo.
Sí, lleva su tiempo pero terminó con el ciclo de Paolo Montero.
Paolo es una persona que nos enseñó mucho. Un técnico que siempre fue positivo. Lamentablemente no se nos dieron los resultados y por eso se tuvo que ir. Es una lástima, porque no es grato ver a una persona quedarse sin trabajo. Aunque con la llegada de Leo (Fernández) pudimos revertir el presente.
¿Y en lo personal, qué destacás?
Que pude terminar muy bien los últimos partidos. Necesitaba tener nuevamente confianza. El técnico me la dio y pude hacer bien las cosas por suerte.
¿Rendiste porque jugaste de doble cinco?
Es que esa es mi posición. Es donde más cómodo me siento y creo que puedo aportarle más al equipo. Por eso en su momento hablé con Montero, ya que veía que no podía rendir por izquierda o por afuera. Tengo otras características. Distintas a las de Pachi (Carrizo) o Camacho. Obvio que uno juega en el puesto que le asigne el entrenador, porque para eso también estamos, para sumar. Pero en este caso veía que no podía darle a Central lo que necesitaba.
¿Cómo estás ahora entonces para encarar lo que vendrá?
Muy bien y con muchas ganas de arrancar a entrenar. Incluso vengo moviéndome desde hace días. Además, el hecho de haber ganado el clásico también es como que al jugador le da un cierto respiro. Lo alivia. Estoy más tranquilo, ya pasé el período de adaptación y ganamos el clásico, que era a la vez una prueba de fuego en lo personal.
¿Te diste cuenta de que este no es un club fácil?
Central no es un club fácil, pero de todas las propuestas que tenía elegí venir acá porque siempre me gustaron los desafíos importantes. Son esos los que a uno lo ayudan a crecer. Este es un club muy exigente y me encanta que así sea, porque te obliga a superarte día a día. Sólo quiero seguir evolucionando. Deseo crecer en esta carrera y continuar potenciándome como jugador.
¿Y qué otra cosa te diste cuenta del club que te haya sorprendido?
Uno de afuera veía que era un club grande y pensaba que había otro clima de entrenamiento y compañerismo. El prejuicio hacía que lo catalogara como que al ser una institución había gente agrandada. Y la realidad es que nada que ver. Me encontré con un vestuario de grandes jugadores y muy humildes. Que trabajan a full y dejan todo porque quieren lo mejor para Central en todo momento. Hay buena gente en todos los niveles.
¿Sos consciente de que hablás de las bondades de la gente, pero esa misma gente te hizo sentir el rigor en su momento?
Sí, pero lo tomo como parte del folclore. Esto es así y hay que saber cómo son las reglas. Igualmente, considero que para ganarse el cariño hay que tener personalidad. Por ahí pasa que las cosas no salen como uno realmente desea, pero el fútbol es así.
¿Qué es lo más difícil entonces del club?
Lo más difícil de Central es ganarse a la gente. Y eso es porque siempre tuvo grandes jugadores. Muy importantes. Muchos ídolos. Por eso cuando un jugador tiene el apoyo entra de otra manera a la cancha. Tiene química y eso se nota a la larga.
Al menos revertiste esa situación.
Sí, creo que sí. Al menos en los últimos partidos me lo hicieron sentir así. Sobre todo porque cuando erraba un pase el hincha me apoyaba igual. En ese aspecto no fue como cuando a mediados del torneo las cosas no me salían y me lo hacían sentir. Ojo que ese descontento es entendible porque acá tenés que ganar siempre. Hay muchas exigencias. Este es un club grande. Por eso entendía ese enojo. Lógicamente que si tenés una buena conexión se transmite otra energía. Así que era cuestión de acostumbrarse nomás.
¿Y en ese momento cuando las cosas no te salían, te planteaste para qué viniste a Central?
No, en ningún instante se me cruzó eso por la cabeza. Sabía que en gran parte todo dependía de mí. Me pasaron cosas feas en mi vida. Por lo tanto, estos desafíos los tomo con buena cara. Siempre fui positivo. Entrené más sabiendo que por ahí no iba a tener ni lugar entre los concentrados. Nunca bajé los brazos. Tenía la mentalidad fuerte porque además sé que esto es fútbol y son cosas que a uno les pueden pasar. Eso sí, siempre le metimos para adelante a nivel grupal. Por eso logramos revertir la situación también. Sinceramente siempre me hice cargo del desafío que acepté cuando le dije sí a este gran club. Por suerte eso ya quedó atrás.
¿Como te cayó cuando el hincha en el clásico te aplaudió, ya que en esta ciudad no es común que le demuestren rápido el afecto a los que vienen de afuera?
Como algo maravilloso. Incluso me acuerdo de ese momento y se me pone la piel de gallina. Y, en definitiva, eso es algo que queda para siempre. Más allá de que este sea nuestro trabajo, la verdad es que cuando te reconocen es impagable y lo más importante que puede sentir un jugador. El cariño del hincha es algo que no se puede explicar. Por eso es que cuando terminó el partido sentía una alegría terrible. Me acordaba por todo lo que había pasado y cerrar así el año, con un reconocimiento por parte del público de este gran club, no tiene explicación. Es algo que se siente nomás.
¿Te preguntan en Bahía Blanca cómo es Central?
Sí, de hecho el otro día estábamos con mis amigos despidiendo el año y me mataron a preguntas sobre Central. También de la ciudad, que es hermosa.
¿Qué le dio Leo Fernández al grupo, que venía golpeado por la eliminación de la Copa Argentina?
Nos hizo jugar de otra manera. Nos hizo comprender para qué estábamos. Qué era lo que necesitábamos. Nos ayudó muchísimo en un momento especial. Ahora nos espera otro duro semestre porque tenemos cosas importantes por delante.
¿Lo decís por la Copa Sudamericana y en especial por San Pablo?
Por todo. Pero sí, nos espera un lindo desafío. Jugaremos una copa internacional, que es lo que potencia a todo jugador. Es una de las cosas más lindas que le puede pasar a un futbolista. Tuve la suerte de vivir esta experiencia. Y ahora la tendré de nuevo gracias a Central. Así que habrá que estar muy bien para estar a la altura de las circunstancias. De hecho, tengo un contrato por cuatro años y quiero consolidarme en este club.
¿Y qué te genera el rival entonces?
Será un rival dificilísimo, pero Central tiene lo suyo también. Es un grande de Brasil, pero ellos deberán preocuparse por nosotros además. Este plantel demostró que no baja los brazos jamás. Todos buscamos lo mejor para el club. Juegue quién juegue.
¿Cuál es tu objetivo para lo que viene?
Jugar. Si puedo, en mi posición, que es de doble cinco. Es que realmente siento que ahí es donde más puedo rendir o darle cosas al equipo. Pelearé un lugar desde dónde sea. Mi objetivo es también consolidarme en Central. Quiero jugar y además deseo que al equipo siempre le vaya bien.