Punto a favor para Cocca con el 0-0 como ítem saliente. Punto en contra por el Central que corrió el partido siempre desde atrás, sin chances de ganarlo en los 90. Con el resultado puesto, se podría decir que la decisión del técnico de armar una línea de 5 defensores (de a ratos de tres, con desprendimiento de los laterales-volantes) fue buena, pero lo destacado es que no se mantuvo demasiado en el tiempo porque en el transcurso del encuentro el canalla cambió y empezó a jugar de otra forma. El plan original no fue de lo mejor. Es que los centrales sufrieron demasiado, sobre todo Facundo Almada, quien lució perdido y teniendo que salir demasiado del área en busca de Zárate. Del otro lado, Barbieri se le pegó más a Benedetto mientras el 9 xeneize jugó del medio hacia la izquierda de la defensa canalla.
Mientras Central jugó de esa forma, entre Almada y Molina se hicieron unos problemas importantes. El lateral siempre trató de dar una mano en el retroceso, pero con la pelota en los pies de Central fue el que más se adelantó. Mucho más que Parot. Sin embargo, la coordinación no fue la ideal.
Encima, Rinaudo y Villagra se mantenían demasiado cerca de la última línea, lo que le daba muchos espacios a los volantes xeneizes.
Todo eso obligó a que a los 20' Almada se recostara definitivamente a la derecha y que Molina se moviera más en la zona de volantes que en defensa. Cuando veía que la cosa se complicaba bajaba a colaborar, pero sin demasiada claridad.
A esa altura el esquema ya era un 4-4-1-1 más clásico, que quedó claramente visible en cancha en el momento en que los equipos se formaron para arrancar el segundo tiempo. Y así se mantuvo casi hasta el final, con la volatilidad lógica cuando la situación lo ameritaba.
No obstante, lo que hizo Central con esa forma de jugar fue empiojarle el juego a Boca de manera tal que no pudiera encontrar los caminos más cortos hacia Ledesma.
Pero lo que dejó también ese dispositivo táctico que finalmente se rompió fue la ratificación de que la audacia no iba a hacer una aliada del canalla, ni con un sistema ni con otro. Porque lo que buscó Central fue esperar siempre y ver de qué manera podía complicar de contra o bien de pelota parada. Es cierto que las opciones claras de Boca llegaron recién en el segundo tiempo, pero al Central de anoche siempre le resultó más fácil abroquelarse y aguantar que desempolvar la osadía para buscar el triunfo.
Era un partido especial y Cocca lo entendió así y por eso la táctica, que no llegó a ser del todo efectiva. Porque si Central llegó al final con el arco en cero fue por fallas de Boca, pero sobre todo porque lo que se mantuvo de principio a fin fue la estrategia.