Titular en el Jockey Club, en el seleccionado de Rosario y en Los Pumas, en 2008 Nicolás Vergallo estaba en su mejor momento. Pero hubo algo que lo llevó a dar un salto, a armar el bolso e irse al Viejo Mundo: quería ser mejor jugador. Diez años después, a los 35, tomó otra decisión igual de difícil, la de pegar la vuelta y volver a vestir la verdiblanca con la que dio sus primeros pasos. En el medio, un montón de vivencias en el rugby y fuera de él con su mujer Lucia Mie y una hija, Alma, de cinco años.
"¿Qué fue lo que me llevó a irme afuera?... Querer ser mejor jugador. Llegó una etapa en la que ya estaba jugando en Los Pumas pero quería ser mejor. La experiencia de vida afuera siempre me llamó. Creo que si no jugaba al rugby, igualmente me hubiera ido a vivir a otro país un tiempo. Tuve la suerte de que fue el deporte el que me hizo ir y conocer clubes, ciudades, otras realidades", confió el medioscrum al abrir la charla.
¿Cómo definirías tu experiencia en Europa?
Tuve dos etapas bien marcadas. La primera parte fue solamente rugby, rugby todo el día, no pensaba otra cosa. Pero ya sobre el final, fue más disfrutar el hecho de vivir en Europa, viajar, conocer, e integrarme a la sociedad europea. La verdad fue una experiencia muy positiva y recomendable, además.
De los clubes donde jugaste, Dax, Toulouse, Kings, Lyon y Tarbes, ¿dónde la pasaste mejor y por qué?
De cada uno tengo un recuerdo. Dax, por ser el primer lugar donde fui y me recibieron de una forma espectacular; después te puedo nombrar Toulouse, por lo que significaba pero sólo en mi primer año, en el que pude jugar mucho y me sentía parte. Ya en el segundo las cosas no fueron igual. Después vino la experiencia en Sudáfrica...
¿Cómo fue para vos vivir en la tierra de los Boks?
Todavía tenía contrato en Toulouse pero no jugaba y me quería ir. Y de la única manera que podía irme era si iba a jugar el Súper XV. Apareció Kings y me fui sin conocer nada. De hecho el equipo era medio flojo, pero la experiencia fue muy linda. Me tocó jugar en un equipo que era el primer año y por momentos nos costó un poco, pero creo que fue el torneo más lindo que me tocó más allá de los resultados. El nivel de competencia era más duro y se entrenaba muchísimo más. En cuanto al juego éramos el equipo más flojo del campeonato, entonces defendíamos mucho. A nivel rugby, no sé si fue tan bueno, pero conocí algo distinto y pude jugar contra los mejores.
Después regresaste a Francia.
Así es, jugué un año en Sudáfrica y sinceramente no tenía pensado volver a Francia, al menos tan pronto, pero se dio así. Llegué a Lyon (N. de la R. salió campeón) y después pasé a Tarbés, un club de la tercera división.
¿Cuándo decidiste volver a la Argentina y por qué?
Ya en Tarbés, en enero de 2018 tocamos el tema con Lucía, mi mujer, si nos volvíamos o no y la verdad es que no sabíamos qué hacer. Hasta el club me había preguntado si quería seguir jugando y les había dicho que sí pero unos meses después, yendo a jugar la semifinal decidí volverme. Era por el mes de mayo. Habíamos perdido en el partido de ida de local y para la vuelta no teníamos chances, porque el otro equipo era mejor. Los resultados no influyeron para nada en mi decisión, de hecho tenía todo para firmar por un año más pero sin embargo, antes de jugar esa revancha mandé un mensaje al club diciéndoles que terminaba el partido y no jugaba más. Fue algo muy repentino. Era seguir forzando una situación en la que no estaba cómodo. Después de eso nos acomodamos, empezamos a planear un poco el regreso y en diciembre, más o menos para la Fiestas, nos pegamos la vuelta.
¿Qué es lo que más extrañaste estando afuera?
Acá te puede surgir un programa en cualquier momento... de hecho voy a entrenar y cuando termina la práctica si quiero puedo ir a comer algo con alguien y cuatro o cinco consigo para ir a comer unas pizzas. Allá eso no pasaba, para hacer eso tenías que avisar con bastante anticipación. Con el tiempo empezás a extrañar, nada en particular, pero todo. Acá nos criamos de otra manera... además mi mujer es rosarina y sabíamos bien cómo eran las cosas acá.... quizás si hubiera sido extranjera la historia hubiera sido otra.
¿Qué expectativas tenés en tu vuelta al verdiblanco?
El resultado sería primordial pero lo que realmente busco es pasarla bien. En el último tiempo tomé el rugby como un trabajo, entrenaba y jugaba por dinero, pero ya no me divertía. Hoy por hoy tomo los entrenamientos con responsabilidad, pero las prácticas son más relajadas. En el club ahora estoy en una etapa en la que estoy conociendo gente nueva ya que muchos de los que jugaban conmigo ya no están. De los viejos todavía están dando vueltas Alberto (Di Bernardo), el Toro Manavella, Tito Amelong, Nacho Narvaja... Es más, cuando me fui, Felipe Tellería estaba arrancando...
¿Viste jugar a Los Pumas? ¿Qué te parece el equipo?
Me gusta Ledesma como entrenador. Por lo que vi con Jaguares y por lo que escuché es un tipo muy capacitado, pero creo que tiene que encontrar el equipo. Ahora están abriendo un poco las puertas a los de afuera, pero mientras tanto estamos perdiendo muchos jugadores importantes. Creo que hay que encontrarle la vuelta a eso.
¿En cuánto beneficia al plantel que el grueso de sus jugadores esté disputando el Súper Rugby?
Muchísimo, pero para mí tienen que abrir la puerta para que vengan los europeos y haya más competencia interna. Hoy Los Pumas juegan contra los mejores, pero juegan siempre los mismos, no tienen rotación y en ciertos puestos hasta no hay competencia. Eso en su momento los hizo subir, pero llega un punto, como ahora, en que se estancan. Que haya gente nueva hace que haya mayor y mejor competencia, porque todos van a tener que demostrar más.