Las derrotas son difíciles de asimilar y analizar, el resultado adverso muchas veces pone al buen trabajo en jaque, ya que el reconocimiento suele quedar únicamente en los ganadores. El camino de la selección argentina de futsal tiene un recorrido más largo que una derrota ante Brasil en la final de este Mundial de Uzbekistán, lleva más de diez años de sangre, sudor y lágrimas que posicionaron al país en la élite de la disciplina.
Históricamente, Brasil y España eran los dueños de las Copas del Mundo de futsal, las cuales comenzaron recién en 1989. La selección verdeamarelha se quedó con los primeros tres mundiales, mientras que los españoles lograron el bicampeonato en el 2000 y 2004, y los brasileños volvieron a ser campeones consecutivamente en 2008 y 2012.
Esta hegemonía de tantos años se rompió gracias a la Argentina, que en el Mundial de Colombia 2016 se quedó con la copa y se convirtió en el tercer campeón mundial, además de sumar su primer podio. Durante aquella consagración, un rosarino estuvo presente en el plantel y formó parte del comienzo de un histórico ciclo.
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Pose campeona. El equipo argentino de futsal en pleno festejo del Mundial 2016.
El puntapié de este seleccionado de futsal
Después de sufrir la eliminación en cuartos de final del Mundial 2012 al perder 3 a 2 frente a Brasil, Diego Giustozzi, ex jugador y entrenador argentino, tomó las riendas como DT de la selección y empezó un camino de rearmado, con el objetivo de dar un paso hacia adelante en el nivel de competencia para alcanzar los primeros escalones de la élite.
Gerardo Battistoni, jugador rosarino que integró el plantel dirigido por Giustozzi, habló con La Capital y brindó detalles de aquel proceso: “Creo que de la mano de Diego hizo un clic la selección y fue cambiando la mentalidad de todos. Nos transmitió sus ideas y nos convenció que estábamos para pelearle a cualquier selección de igual a igual. Nos ayudó que obtuvimos resultados rápido, llegamos al Mundial de Colombia de la mejor manera”.
“Es una experiencia increíble, lo que sueña cualquier jugador o deportista, representar a tu país y encima haber conseguido el campeonato. Fue una locura. Coronamos todos los esfuerzos que hicimos durante este tiempo”, afirmó el actual jugador del futsal de Central, que disputa el torneo de la Primera D de AFA.
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Gerardo Battistoni, el rosarino campeón del mundo de futsal.
Archivo La Capital
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Matías Lucuix como DT
Ante la salida del entrenador, después de ser campeones del mundo, Argentina tuvo que reacomodarse para no descansar en los laureles, por lo que Matías Lucuix se hizo cargo del puesto. “Mati formaba parte del cuerpo técnico campeón. Cuando agarró como principal continuó con la línea de trabajo de Giustozzi. Se ve reflejado en el juego, todos los jugadores saben exactamente lo que tienen que hacer individual y colectivamente”, aseguró Battistoni.
Con Lucuix, la selección alcanzó la final del Mundial de Lituania 2021, donde cayó 2 a 1 ante Portugal en la final, pero contó con el histórico triunfo ante Brasil en semifinales. El proceso continuó con seriedad y repitió la historia en 2024, llegando a su tercera final consecutiva, con la dura derrota en el primer clásico sudamericano en una final del mundo.
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Lucuix, Giustozzi y Battistoni junto al plantel campeón y la Copa del Mundo.
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Un trabajo dedicado a continuar mejorando
“Es fruto del trabajo y del esfuerzo que comenzó allá por 2013. No querer conformarse y seguir buscando superarse, teniendo bien en claro todas las ideas y conceptos que transmite el cuerpo técnico, así como los chicos que ya tenían experiencia en otros mundiales. Eso sumado a los jóvenes que se incorporaron pero entienden el trabajo”, remarcó el jugador rosarino.
Battistoni fue compañero de varios de los deportistas que disputaron esta final en Uzbekistán, a quienes reconoció como “referentes” y destacó que “vienen jugando en un nivel muy alto desde hace tiempo”. A su vez, agregó: “Esa experiencia con la camiseta de la selección les da un plus para poder repetir tres finales de mundiales, que no es fácil llegar”.
“Tienen bien en claro lo que defienden, lo que tienen que hacer y las ideas que bajan desde arriba. Las saben aplicar de la mejor manera y son un equipo muy sólido”, señaló el campeón del mundo al valorizar la continuidad de trabajo durante una década para llevar a la Argentina a lo más alto del futsal.
Una reestructuración en el futsal
La consagración argentina en el Mundial 2016 fue clave para que el futsal se fortaleciera aún más. “Después de haber sido campeones se sumaron muchos chicos, se difundió mucho más el deporte, nuevos clubes se sumaron a la disciplina y se intentó mejorar en la capacitación de todo el movimiento, así como en las estructuras. Esto no tiene techo, espero que se siga por el mismo camino”, sostuvo Battistoni con respecto al paso adelante del deporte a nivel nacional.
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El jugador rosarino anotó un tanto en el Mundial 2016 en cuartos de final frente a Egipto.