"Fue un episodio en lo particular feo. Salir así de Rosario fue una pena porque la verdad que la gente me apreciaba mucho, me daba mucho cariño. Fue un momento feo y los dirigentes dijeron muchas cosas que no fueron verdad. Después el tiempo dirá todo cómo es. Ahora solamente quiero enfocarme en River. Miedo tuve porque la verdad porque se dijo que la hinchada me había apretado y nunca tuve un apriete, pero sí me mandaron mensajes y cosas que no eran lindas, tanto a mi mujer como a mí. Eso fue lo más feo. Hay muchos jugadores de Central que me mandan mensajes porque se quieren venir para acá. Imaginate si digo eso. Así que mejor no hablo." (Marcelo Larrondo)
Marcelo Larrondo denotó una bomba que hizo bastante ruido en Central. Aquella salida tumultuosa, entre gallos y medianoche, parecía haber quedado en el olvido y que con el correr del tiempo, o quizá nunca, las relaciones se hubiesen acomodado. Pero no. Las declaraciones que vertió el delantero en una entrevista que publicó el diario deportivo Olé en su edición de ayer parecen haber alejado definitivamente cualquier intento de reconciliación. Esas palabras marcaron un antes y un después para muchos en Central. Al menos para los dirigentes. "Es un privilegio que ya no vista nuestra camiseta", le confió a Ovación el vicepresidente primero Luciano Cefaratti. Cuerpo técnico y jugadores darán, si quieren, su opinión en el momento que consideren necesarios (algunas de las fuentes consultadas indicaron que Coudet y sus colaboradores tomaron el tema con total liviandad). Sobre todo algunos futbolistas en particular. Porque las palabras del mendocino involucraron, a todos, pero pusieron en el centro de la tormenta a Walter Montoya y, sobre todo, Víctor Salazar, quienes fueron los otros dos jugadores que en el último libro de pases sonaron en River. No hay por qué esconder la mugre debajo de la alfombra. Fue Larrondo con ese "hay muchos jugadores que me mandan mensajes porque se quieren venir para acá", quien dejó flotando la idea el tucumano y el chaqueño serían algunos de los dueños de esos mensajes. Montoya ya aclaró que se quedó contento y que lo hizo porque quiere ser campeón con Central. Salazar en su momento le dijo a este diario: "No pensé nunca en irme de Central".
"Creo que no hay mucho para decir. El jugador tomó una decisión, con una conducta inapropiada para un profesional de bien. Cuando llegó a Central no era conocido y este club le dio una oportunidad, pero él no se comportó del mismo modo. Nunca le fallamos, en ninguna de las propuestas que le hicimos, que fueron muy importantes todas. Primero las aceptó y después cambió de decisión y está en todo su derecho, pero hoy está diciendo un montón de cuestiones que son agraviantes para Central y nos desagradan. A la distancia es un privilegio que ya no vista nuestra camiseta. Este club es demasiado grande para que una persona quiera estar a ese nivel. No nos interesa demasiado entrar en esas chicanas porque Central tiene hoy un delantero de nivel mundial que quiso venir al club y que se siente a gusto, cuando él quiso irse". El directivo canalla dialogó con Ova ción mientras viajaba a Santa Fe para el partido de ayer. En medio de su arremetida contra las declaraciones de Larrondo admitió que esas palabras "nos llamaron la atención porque incluso su representante en su momento nos dijo que entendía nuestro enojo y por eso nos pidió que no habláramos más del tema, que ya era un capítulo cerrado, lo cual nos pareció bien. Repito, Central es demasiado grande para ocupar tiempo en Larrondo". Y agregó: "Lo llamé varias veces, también le escribí y nunca recibí respuestas. Sí tomamos contacto con su representante, pero lo que hablamos queda en eso, en un diálogo privado". ¿Los mensajes que recibió Larrondo de otros jugadores canallas porque se quieren ir a Núñez? "Estoy seguro de que no es así y ustedes (por los periodistas) lo pueden chequear con los propios jugadores. No es saludable, ni sana, ni de alguien de bien hacer las declaraciones que hizo, comprometiendo o involucrando a terceros que son sus ex compañeros", dijo Cefaratti. Larrondo se entrenó en Central por última vez el viernes 8 de julio. En la madrugada del 9 dejó la ciudad junto a su familia tras pedirle a un amigo que le cargara nafta porque ya estaba al tanto de la temperatura que había tomado el tema en las redes sociales. El miércoles 20 River decidió desactivar la maniobra con Montreal Impact y arreglar con los directivos canallas. El traspaso finalmente fue por una transferencia que a Central le dejó 2,5 millones de dólares limpios.
El juego de las responsabilidades
Está bien que el periodista busque un título. Es parte de su trabajo. Igual hubo algo que a Cefaratti le hizo ruido, aunque reconoció las responsabilidades de uno y otro. "Larrondo terminó siendo un juguete para algunos periodistas que tiene ganas de poner a Central en un lugar incómodo porque les molesta nuestra realidad", dijo. Y agregó: "Igual, el responsable de los dichos es el jugador".