Central se quedó sin título. Esa es la definición contundente. Y se debe agregar que perdió en la final de la Supercopa Argentina frente a Boca recién en los penales y por 6 a 5 después de igualar en cero en los 90'. Una triste y dura realidad para el canalla, que se quedó sin la alegría que tanto necesitaba para calmar las penurias. Para hacer olvidar por un instante el semestre aciago que soportó. Pero cayó en el intento. Sí, porque le complicó la existencia al poderoso xeneize sabiéndose inferior, al menos por nombres y realidades futbolísticas. Y esta vez la suerte de los penales, si es que se puede reflejar así, no estuvo de su lado y se le escapó la gloria y el título que soñó conseguir en el Malvinas Argentinas.
Hubo un desarrollo en el que pasaron muchas cosas y entre ellas que el equipo de Cocca peleó con inteligencia para evitar que el xeneize lo llevara por delante. Con todo lo poco que tenía y hasta aguantando en el final los embates de un desesperado Boca, que recién en los penales -y sufriendo también- logró dejar de rodillas a un Central que se fue de la cancha con dignidad.
El canalla salió tal como se preveía. Con la idea fija de no permitirle jugar al xeneize, defendiendo con muchos hombres y, a la vez, intentando meter alguna contra. Mucha ansiedad, nerviosismo y errores tiñeron el campo de juego para que el encuentro por momentos se tornara grosero. Hasta más hablado que jugado. Y recién sobre los 19' Villagra sacudió el ambiente cuando hizo activar a Andrada con un tremendo disparo desde lejos.
Central se dio cuenta que podía, aunque un error de cálculo generó escozor en el fondo canalla. La contra de Villa con olor a gol fue anulada por la precisa intervención de Ledesma.
Y más tarde otra vez Villa estuvo en la foto del ataque xeneize y casi de carambola (le rebotó la pelota en la cara y en la mano) rompe el cero.
El duelo transitaba por el camino de las complicaciones, discutido y muy charlado. Demasiado. Porque Central utilizaba sus armas sabiendo el poderío del rival. Y Boca aumentaba la temperatura de la desesperación porque no lograba encontrar la tranquilidad del gol. Encima, en la última acción de la primera mitad Andrada falló en un intento de despeje y casi le deja servida la chance al canalla para imponer el primer grito.
Central estableció el juego que más le convenía y le complicó la existencia a un Boca poderoso en nombres, pero que no lo pudo demostrar en cancha. A tal punto que recién a los 71' la defensa quedó desairada y el xeneize rompió la línea para quedar mano a mano con Ledesma, pero Nández la tiró por encima del travesaño.
Hasta que el "uh..." se escuchó en los cuatro costados. De unos y otros cuando Ledesma despejó con los puños, Pavón estrelló la pelota en el travesaño de pique al gol (generando dudas sobre si la pelota había ingresado o no) y Benedetto hizo lo propio en un poste.
Y después la suerte de los palos apareció nuevamente con la cabeza salvadora de Rinaudo. Justamente el que luego fallara en su penal. Es verdad, Boca generó las mejores situaciones ante un canalla que al ser superado en los minutos finales decididamente aguantó y apostó a alguna contra.
Todo fue a suerte y verdad. Muchas veces Central logró sortear obstáculos por esa vía e incluso llegó a quedarse con la Copa Argentina 2018 de la mano del Patón Bauza. Pero esta vez Ledesma no pudo convertirse en el salvador de la noche y Boca no falló desde los doce pasos. Y por eso se quedó sin el festejo necesario para disimular su presente. Pero, al menos, lo hizo con la frente bien alta.