Insinuó un poco más, pero la imagen que terminó dejando Central fue como una remake de fines de 2010. No pudo quebrar a un demasiado amarrete Defensa y Justicia, que llegó a Arroyito con la misión de volverse a su pago con algo. Y lo consiguió como consecuencia de su gran accionar en materia defensiva. La marcha con bronca hacia los vestuarios y hogares por parte de los auriazules fue fruto del empate sin goles que protagonizó anoche en un Gigante, que se vistió de desilusión ante la poca respuesta deportiva lograda. Pese a que mereció otro final, el presente marca que el canalla erró un penal y no pudo bajar al Halcón para arrimarse y acomodarse un poco mejor en las posiciones del fútbol del ascenso, donde no le queda otra que ser protagonistas de verdad para poder retornar al círculo superior cuando cierre la actual temporada.
Impotencia, resignación y realidad, son algunos de los conceptos que ayer exhibieron los auriazules ante los ojos de su gente, que llegó por demás de ilusionada y, al final de cuentas, volvió a poner los pies sobre la tierra una vez que todo pasó a formar parte de la historia.
No hay excusas ni argumentos que puedan justificar la igualdad ante Defensa. Porque no es novedad que a este conjunto canalla sus rivales de ocasión le armen una coraza de mitad de campo hacia atrás. Tampoco es nuevo que Central haya cometido algunos desacoples en su fondo. De yapa, el medio se mostró intermitente. Y, para un equipo con las aspiraciones de estar en la conversación seria por el ascenso directo, no comenzar con el pie derecho es una piedra en su zapatazo.
En líneas generales el dueño de casa fue más. Tuvo algunas chances muy concretas para hacer explotar al colmado Gigante. En la primera mitad, la más clara fue un bombazo de Pirulo Rivarola, que Perafán alcanzó a desactivar evitando el gol y mandando la pelota al córner con un exigido manotazo de ahogado. Luego no tuvo esa claridad que mostró en todos los amistosos de verano.
La segunda etapa no varió en cuanto al rol de protagonista, porque el canalla prosiguió con su dominio. Pero falló en los metros más importantes que tiene el fútbol, el área rival. Lo tuvo Figueroa con una palomita primero, es cierto. También es verdad que luego llegó el momento donde todos se preparaban para desatar un carnaval en Arroyito. Fue cuando Cardozo le cometió un tonto penal a Medina. Parecía que Central cantaba bingo. Pero Lucho metió un zurdazo suave (12’), que hizo crecer más la figura de Perafán, quien se arrojó hacia su derecha y dejó al Gigante en jaque.
Por más que Central se mostró más ordenado cuando tenía la pelota bajo sus pies, o que buscó por cielo y tierra poder bajar al tacaño Halcón, lo cierto es que terminó empatando y perdiendo a tres soldados para la próxima cita, que será ante Almirante Brown, ya que Valentini llegó a la quinta amarilla, Rivarola fue expulsado por doble amonestación cuando se iba camino a las duchas; y Biglieri por lesión.
Así pasó la primera actuación de 2011. Y por haber demostrado algunas falencias en el fondo y mediocampo, el canalla no distó mucho de lo que terminó siendo la temporada pasada, pese a su aguerrida lucha en todo momento por querer ganar este desafío. l