El próximo fin de semana se llegará a la tercera parte de la fase regular del campeonato, que es la que determinará los clasificados. Y a un paso ya de ese tercio de competencia, en Central las dudas no logran disiparse. Porque es cierto que lo que falta aún es demasiado largo, con tiempo suficiente como para encaminar la situación, pero en la medida que se repitan errores, las dificultades serán mayores en ese intento de alcanzar los objetivos (“sabemos que el mínimo error que cometemos lo pagamos caro”, reflexionó el técnico minutos después del encuentro). Este Central del Kily sigue siendo un equipo en formación, pero ello no debiera funcionar como excusa, porque la intención de aceleración no se pone en duda y conceptualmente las cosas pueden estar totalmente claras, ahora lo que no se ve es que la máquina pueda desplazarse a la velocidad que se pretende.
Hoy para Central, como para la mayoría de los equipos del fútbol argentino, ¿qué es adquirir velocidad? Es lograr que cada partido implique un crecimiento y esto puede ir más allá de un resultado en particular, porque se puede hacer un gran partido y perder por mala fortuna, aunque esos casos son los esporádicos.
El hecho de no haber podido manejar el trámite en un segundo tiempo en el que estaba un gol arriba frente a uno de los equipos más endebles de la pasada Copa Diego Maradona es una muestra de incapacidad. El Kily habló después del partido de esa mala postura de intentar jugar al golpe por golpe porque el retroceso al equipo le costó demasiado. Primer análisis, rápido: debió preverse. No obstante, si Godoy Cruz no permite jugarle al golpe por golpe qué quedará para otros rivales de mayor envergadura, que dicho sea de paso deben ser la mayoría de los equipos.
Aun así, en ese supuesto ida y vuelta, Central no generó demasiado en el segundo tiempo, apenas un remate de Blanco desde afuera del área (están además las dos supuestas infracciones dentro del área que todo Central reclamó: el toque a Vecchio y el agarrón a Laso), cosa que sí hizo el Tomba, porque antes del empate de Tesuri los mendocinos habían contado con dos situaciones claras. Y más, en la última casi lo pierde si no hubiera sido por la intervención de Fatura Broun.
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Villagra cometió un gran error en el inicio y Central lo pagó con un gol.
Ahora bien, el Kily puede fallar en algún aspecto o tomar una mala decisión, pero hay errores puntuales que deben ser atribuidos pura y exclusivamente a quienes los cometen. ¿Por qué a Central se le presentó mal el partido de arranque? Porque Villagra quiso meter un pase largo y se la puso en el pie a un rival. Después, lo conocido, el pelotazo a espaldas del propio Villagra, que no sólo no llegó a cerrar sino que tras la salida alocada de Broun no atinó a correr hacia el arco para cerrar el mismo, algo que pareció haberle correspondido más a Gastón Avila.
Como esos errores se podrían mencionar otros tantos, como la endeblez en la marca de parte de Gamba y Blanco en la gestación del gol del empate; la soledad de Tesuri en el corazón del área para controlar, perfilarse y después definir; la postura desarticulada del equipo para dejar a Laso mano a mano con el delantero en la última jugada del partido.
Nadie va a adjudicarse el descubrimiento de la pólvora si advierte que los goles son producto de las virtudes de uno y los errores de otro y por eso es imposible dejar fuera de contexto la postura de un equipo al que le cuesta encontrar variantes cuando Vecchio se pierde, se cansa o es absorbido por la marca. Si la postura colectiva resulta ineficiente no queda otra que las individualidades salgan al rescate y hoy, está a la vista, Central no tiene esas clase de jugadores.
Todo forma parte de esas buenas intenciones conceptuales que no encuentran correlato en el juego. Y mientras eso suceda, la cuesta será cada vez más empinada. Porque, lo dicho, ya el próximo fin de semana se habrá cumplido un tercio de la competencia, un tiempo suficiente como para haber mostrado ya algunos comportamientos esenciales que inviten a pensar que con un par de retoques los problemas son de fácil solución, pero que hasta el momento no aparecen.
Rabuñal pone la firma en Central
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Rabuñal será hoy jugador de Central.
Martín Rabuñal está a un paso de convertirse en refuerzo de Central. Eso sucederá hoy, cuando firme el contrato que lo ligará al club de Arroyito hasta diciembre de 2021. Ayer por la tarde el mediocampista central que rescindió su vínculo con Defensor Sporting de Uruguay cumplió con parte de la revisión médica y para hoy está previsto que complete la misma para después sí poner la firma.
Este martes Rabuñal viajó de Montevideo a Rosario y ni bien llegó a la ciudad le comunicaron que debía empezar con los exámenes médicos. Rápidamente se pondrá a las órdenes del Kily, aunque su disponibilidad dependerá de qué tipo de aislamiento deberá realizar. No obstante, es difícil que ya pueda ser tenido en cuenta para el partido del próximo lunes (19.15, dirige Hernán Mastrángelo) ante Racing.