Ir al Gigante se tornó una especie de ruleta rusa para muchos simpatizantes. Contra Boca se generó una nueva saga de múltiples conflictos. Algunos pudieron entrar sin problemas. Otros la pasaron realmente mal. Hubo desmanes a la hora del ingreso. También una nueva represión policial. A eso hay que agregarle que ya no es nuevo que muchos socios canallas no colaboran o entran de prepo al estadio. La dirigencia tomó nota de todo. Incluso de las denuncias realizadas por los hinchas y prepara una nueva documentación para sentarse a la brevedad frente a los funcionarios provinciales y exponer con sólidos argumentos todas las falencias que hubo en materia de seguridad una vez más. “Empezaremos a controlar dentro del estadio a quienes tengan el lugar preestablecido. Y quien no lo tenga se lo sacará del estadio o bien se le retendrá el carné como hicimos en este partido”, dijo a su turno el vicepresidente tercero, Ramiro Colabianchi.
Desde hace un período a esta parte se agiganta la bola de nieve. Ir al Gigante no es tan fiable para la masa canalla. Los operativos fallan. Hay culpas compartidas. Ante Boca se vivió un calvario que dejó, incluso, mucha gente golpeada. Sea por la represión policial como por los empujones que sufrieron por la batahola que armó la propia gente de Central.
“Fuimos a la cancha temprano, tipo 13, pero la policía no habilitaba el ingreso. Se fue amontonando la gente y de golpe abrieron. Fue un caos”. “Hubo personas que empujaban para ingresar sin tener todo como corresponde y la policía reprimió con gas pimienta”. “Estábamos por una de las calles que corta Coordiviola, todos quietos, y de repente apareció la montada y empezó a pegar y a tirar los caballos encima a todos”. “Nos pegaron sin hacer nada. Estábamos esperando que nos dejaran pasar”, fueron algunos de los testimonios que expresaron los hinchas. Sea en las redes sociales como en la misma cancha.
A este combo nocivo hay que sumarle que los socios, en su minoría, no colaboran para que el ingreso sea prolijo y seguro para toda la familia centralista. De hecho, La Capital certificó que la dirigencia retuvo este domingo más de 500 carné porque las personas que pretendían ingresar al Gigante no tenían el abono ni la reserva del sector a las populares como corresponde.
También es cierto que hubo más de un millar de simpatizantes que ingresaron de prepo, en una reiterada mecánica que atenta no solo contra los propios intereses del club por la gran pérdida económica que eso representa, sino además que pone en riesgo la integridad física de su prójimo.
Muchos hinchas denunciaron ante los directivos padecer diversas agresiones por parte de la policía, que incluyó ataques de perros sin bozal, en el ingreso al Gigante de Arroyito. De hecho, se generaron corridas, empujones, gas pimienta y muchas personas que saltaron los molinetes antes de que arrancara el partido entre Central y Boca.
“Todos los partidos lo mismo, te cierran una tribuna y mandan a la gente a la otra. Cierran esa y te mandan a las plateas”, fue otra de las quejas de socios que hicieron en las redes. Desde el club están profundamente preocupados porque este tema se agudiza en vez de achicar el margen de error.
Por su parte, el vicepresidente Ramiro Colabianchi expuso que “empezaremos a controlar dentro del estadio a quienes tengan el lugar preestablecido. Y quien no lo tenga se lo sacará del estadio o bien se le retendrá el carné como ya hicimos en este partido contra Boca”.
Y agregó: “Desde hace dos semanas se constituyó el comité de disciplina, por lo cual ahora sí se podrá sancionar a todos aquellos que cometan algún ilícito dentro del estatuto del club. Hay 500 carné retenidos de gente que estaba dentro del perímetro y no tenía habilitado el ingreso. En este punto, no vamos a bajar los brazos y vamos a defender al socio que colabora de verdad. Nos apena que sucedan este tipos de cosas porque no es lo que queremos para Central. Lamentablemente hay gente que está acostumbrada a ver los partidos sin su correspondiente entrada. No vamos a descansar hasta que se solucione este problema”.