Germán Burgos ya gira en la órbita del mundo Newell’s. El Mono arribó ayer a la mañana al aeropuerto de Ezeiza y de inmediato emprendió el viaje a Rosario para instalarse en el confortable hotel del predio Jorge Griffa de Bella Vista, el sitio que por ahora será su nueva morada. Luego de someterse a un nuevo hisopado de parte del cuerpo médico leproso que arrojó resultado negativo, el flamante DT dirigió la primera práctica al frente del plantel y ya con el gran objetivo de afrontar de la mejor manera su estreno en el banco del Parque, que será el viernes a las 19, recibiendo a Unión, con arbitraje de Patricio Loustau. Burgos puso manos a la obra y si bien la tarea de la reconstrucción futbolística del equipo no es sencilla, el DT afrontó el reto y fiel a su personalidad dará el máximo por esta cruzada. “Es un momento de dar un paso adelante y jugármela. Newell’s apostó por mí y yo aposté por ellos”, fueron las primeras palabras del Mono ya como conductor leproso.
A las 16, Burgos llegó a Bella Vista y allí lo recibió el vicepresidente Cristian D’Amico y el ingeniero José Luis Conde, que integrará la formula del oficialismo en la próximas elecciones. El DT arribó acompañado por el director deportivo Sebastián Peratta. El Mono conoció el hotel y prefirió no almorzar, ya que estaba muy ansioso por bajar a la cancha a ponerse a trabajar y armar con estacas y conos los ejercicios que se iban a desarrollar. “Tenía muchas ganas y estaba muy bien para poner manos a la obra”, confiaron testigos del primer día de trabajo del Mono en Newell’s, que quedó con una grata impresión del hotel y la calidad de los campos de entrenamiento.
Burgos había aterrizado por la mañana en Ezeiza con sus dos colaboradores Armando de la Morena y Angel Puebla. Luego de haber arribado al país con hisopados negativos de 72 horas, el cuerpo técnico volvió a testearse también al llegar al centro de entrenamiento, repitiendo los resultados negativos. Tanto Burgos como sus dos asistentes recibieron un permiso para poder desempeñarse en el ámbito de la burbuja sanitaria del plantel profesional leproso y cumpliendo con los test necesarios. En las primeras semana junto a sus ayudantes permanecerá hospedados en el hotel del predio.
Burgos entonces ordenó por la tarde el primer entrenamiento. Se paró frente al grupo de jugadores, los saludó y no tardó en comenzar con la primera rutina de trabajo. El Mono sabe que la palabra “tiempo” en el fútbol no siempre se relaciona con la lógica y mucho menos con lo ideal. Por ello deberá tomar decisiones contrarreloj para lograr que el plantel asome la cabeza del fondo del mar. Porque los rojinegros disputadas cinco fechas del torneo no saben lo que significa ganar y hoy están en el sótano de las posiciones de la zona 2 (derrotas con Vélez, Boca, Independiente y Defensa y Justicia), con apenas una unidad (producto del empate ante Talleres). Hoy están nueve puntos por debajo del último clasificado a la fase final (Lanús, con 10 unidades).
Por eso, Burgos debe armar un equipo prácticamente de cero, ya que las últimas presentaciones leprosas fueron decepcionantes tanto en lo colectivo como en los bajísimos niveles individuales de los futbolistas, sean experimentados o juveniles. Claro que el rearmado táctico es el puntapié inicial de la recuperación. Burgos sabe que sin orden, disciplina, intensidad física y compromiso colectivo con la causa ningún equipo puede aspirar a convertirse en protagonista y apostar por objetivos importantes.
El nuevo Newell’s se armará de atrás hacia adelante. El equipo que dejó Kudelka es frágil y recibió diez goles en cinco partidos, con apenas tres tantos a favor. Por eso el reperfilamiento de la zona de contención es la primera piedra en la reconstrucción de un equipo que aspire a ser confiable y deje atrás el flojísimo presente que atraviesa.
Pero a la par del reordenamiento estratégico de los futbolistas, la otra misión prioritaria de Burgos será levantarle la confianza a un plantel que en la última presentación cayó 4 a 0 ante Defensa y Justicia sin atenuantes y evidentemente tocó fondo en todo sentido. Es cierto que hay jugadores de jerarquía y experiencia como Maxi Rodríguez, Nacho Scocco, Pablo Pérez, Mauro Formica y Alan Aguerre, entre otros, que ya saben lo que significa levantarse de situaciones difíciles y deberán apuntalar al resto. En ese sentido el Mono tiene un puñado de días para cambiarle el chip motivacional al plantel y el viernes ante Unión en el Coloso, Newell’s tendrá que salir a marcar presencia y no desmoronarse ante la primera adversidad como en los últimos tiempos.
“Estoy muy feliz por la confianza que me dio Newell’s, que desde ahora será mi equipo”, dijo sin vueltas el Mono y ya se puso el ropaje rojinegro. Sabe que será el primer gran desafío de su carrera como director técnico y hará todo lo posible para dejar marcado su sello futbolístico y motivacional en el Parque.
En el fútbol los milagros no existen y los equipos no se arman de la noche a la mañana, requieren de trabajo, repetición de movimientos en la semana y la asimilación de las ideas de parte de los jugadores. Por ello el objetivo para el primer partido ante el tatengue será por lo menos ordenar las piezas, que las líneas estén compactas para atacar y defender y que para el rival no sea sencillo vulnerar a Newell’s. El ciclo del Mono Burgos se puso en marcha, desplegando conos, estacas e indicaciones precisas.