Mientras una comitiva de Central viajó ayer hacia Quito para avanzar hoy en la contratación de Edgardo Bauza como el nuevo técnico canalla, el presidente Raúl Broglia no se subió al avión hacia Ecuador para acelerar la misión de repatriar al Patón. Se quedó en Rosario para deshojar, entre otras cosas, la margarita sobre su futuro. Es que el máximo dirigente auriazul evalúa seriamente tomarse una licencia en el cargo y correrse por un tiempo de la escena política de la institución, justo a meses de desarrollarse las elecciones.
Broglia habló con Ovación sobre esta situación y, si bien no aseguró con énfasis que dejará sus funciones por un tiempo, sí expresó que no participará activamente de la contratación de Bauza porque se encuentra "en reposo" por recomendación médica.
"Tuve un episodio cardiológico y el médico me recomendó reposo. Tengo que hacerme unas evaluaciones en estos días y luego voy a decidir si tomo licencia", le confesó Broglia a este diario ante la consulta sobre si dejará el sillón presidencial en lo inmediato.
Todo el mundo sabe que Broglia nunca hubiera propuesto a Bauza para ser el próximo técnico de Central. Porque el presidente y el Patón siempre se ubicaron en las antípodas de sus pensamientos. La historia de desencuentros arrancó en el terreno de las declaraciones mediáticas, pero la cosa tomó un tinte político ya que Bauza nunca comulgó con las propuestas del Crece, agrupación de la que Broglia es el máximo referente. Cada vez que uno hablaba, el otro recogía el guante. Y viceversa.
"A Central le deseo lo mejor, pero no tengo las mejores relaciones con esta comisión directiva. Ojalá que ganen todo, siempre lo sigo desde donde estoy. Pero por ahora no voy a volver, el presidente Broglia salió a decir que yo no lo convencía como técnico, no sé de qué porque ni me conoce. A lo mejor me vio jugar algún partido cuando jugaba. Pero le deseo lo mejor", afirmó el Patón en una entrevista en abril del año pasado cuando le preguntaron si alguna vez volvería a dirigir Central.
La realidad es que Broglia nunca tuvo a Bauza entre sus técnicos predilectos. Por eso no es casual que la delegación de Central que viajó a Ecuador estuviera integrada por los vicepresidentes Luciano Cefaratti y Ricardo Carloni, el protesorero Juan Cruz Rodríguez y el mánager Mauro Cetto, y no fue ningún dirigente del bloque más duro del Crece, al cual pertenecen Broglia y el actual secretario Rodolfo Di Pollina. Con relación a la inminente contratación de Bauza, sostuvo: "Hemos decidido con la comisión directiva iniciar contacto con Bauza para que sea nuestro entrenador. Veremos cuáles son las condiciones y luego la comisión decidirá", fue la explicación que entregó Broglia para disimular que la decisión de contratar a Bauza no fue justamente por iniciativa suya, aunque respeta la resolución de la mayoría de sus pares.
Broglia le puso certezas al rumor que el lunes se expandió como una mancha de aceite en el Gigante, durante el partido entre Central y Estudiantes, sobre la factible licencia que se tomaría como presidente ante la llegada del Patón Bauza. El propio dirigente le confirmó a Ovación que está "evaluando tomarme una licencia".
Lo que sí está todo dado para que Broglia, con el regreso de Bauza, se ponga a un lado de las determinaciones más trascendentes del club. Ahora la sartén por el mango la tendrán otros. Los que viajaron a buscar al Patón, algunos por convencimiento y otros por necesidad.
La oposición levanta el pulgar por Bauza
Desde distintos sectores de la oposición al actual oficialismo le levantaron el pulgar a la vuelta de Bauza. Lo que cuestionaron, como fue el caso de Gonzalo Belloso, referente de la agrupación Raza Canalla, en una nota con Ovación fue "la falta de una mesa de consenso para discutir las decisiones futbolísticas trascendentes".