Entre este lunes y el martes se definirá la salida de Rosario de la empresa El Cacique, que cosechó fuertes críticas por los incumplimientos en la prestación del servicio y las pésimas frecuencias de paso de sus colectivos. Se trata de una firma que administra nueve líneas en las que trabajan 370 personas que deberán ser derivadas a las otras dos prestadoras del sistema de transporte urbano de pasajeros: la estatal Movi y la privada Rosario Bus.
Las negociaciones son llevadas adelante por el propio intendente Pablo Javkin y tienen tres ejes concretos: la reubicación de los empleados, la fusión de las líneas en las otras dos prestadoras y la desvinculación de la empresa de capitales mendocinos de un modo “lo menos traumático posible” para las arcas municipales.
Con ese objetivo de fondo, este fin de semana largo hubo múltiples contactos entre las partes y al cierre de esta edición la negociación estaba encaminada en un 80 por ciento.
Según detallaron altas fuentes municipales, este lunes “será el día D” en la negociación y todo indica que el anuncio formal de la desvinculación de El Cacique se hará entre hoy y el martes.
El primer punto de la negociación es el que le interesa fundamentalmente al gremio que nuclea a los empleados, la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Es que entre choferes, el personal afectado al área técnica y los administrativos, se trata de 370 personas que en las próximas 48 horas esperan una definición concreta sobre el futuro de su vida laboral.
Fuentes que siguieron de cerca el camino que terminará en la desvinculación de El Cacique indicaron ayer que se trata del punto donde más acuerdo hay, ya que todo el personal será reubicado en las otras dos empresas prestadoras del sistema y nadie se quedará sin empleo.
En cuanto al segundo punto, la fusión de las líneas que administra El Cacique, allí hay aún algunos aspectos por terminar de pulir ya que las espaldas de Movi y Rosario Bus tampoco son tan robustas como para absorber estos recorridos sin sentir algún impacto financiero.
El final del recorrido
El Cacique empezó a operar en 2018 más de una decena de líneas que conectaban fundamentalmente la zona oeste con el centro de la ciudad. Pero a los pocos meses de comenzar a circular por Rosario la firma evidenció problemas financieros que no le permitieron cumplir con varios aspectos que estipulaba el pliego de la concesión que le otorgó en 2017 la administración de la por entonces intendenta Mónica Fein.
A los problemas financieros se le agregó la pandemia de coronavirus, ese cisne negro que cambió drásticamente las condiciones del sistema de transporte y que bajó abruptamente a los pasajeros de las unidades.
Si bien tendría que haber puesto en circulación más de un centenar de unidades nuevas, nunca pudo hacerlo, llegó a volcar a las calles rosarinas unos 30 colectivos propios y el resto se los alquiló a una de las otras dos prestadoras.
La crisis financiera de la empresa fue de tal magnitud que a mediados de julio de 2020 tuvo que devolver medio centenar de colectivos cero kilómetro porque no pudo afrontar los pagos que demandaban las unidades.
Así, el servicio se fue resintiendo y a medida que el Covid empezó a ceder y las actividades se reactivaron, las dificultades de la empresa fueron cada vez más evidentes. Las desastrosas frecuencias de paso dispararon las críticas de los usuarios y le fruncieron el ceño a más de uno en la administración Javkin. Las espadas políticas del intendente ven en el desembarco de El Cacique una suerte de “herencia recibida” por parte de sus aliados socialistas en el resquebrajado Frente Amplio Progresista.
Igual coinciden en señalar que la mala prestación del servicio por parte de esta empresa es algo que le preocupa demasiado al intendente. De allí que se haya involucrado personalmente y encabezado toda la negociación que empieza a transitar sus horas decisivas.
Así las cosas, este lunes será clave para terminar de definir el futuro del sistema del transporte urbano de pasajeros. Y la firma que alguna vez fue presentada como una de las prestadoras que plasmaría en Rosario “un sistema innovador, superador a lo actual y que ubicará a Rosario entre los mejores servicios del país y de América latina”, terminará de cerrar su desvinculación y le pondrá fin a una historia demasiado amarga para los rosarinos.