En un contexto de altísima inflación y caida del poder adquisitivo atravesando la economía de los argentinos, conseguir un medio de locomoción independiente es cada vez más difícil para muchas familias rosarinas. En la ciudad, la situación es todavía más complicada. A la crisis económica se le suma la inseguridad contra la que los ciudadanos deben luchar de manera cotidiana. Las motos siempre funcionaron como alternativa porque son más baratas, tendencia que se incrementó en plena pandemia, pero los rosarinos sienten temor cuando piensan en manejarlas porque resultan un blanco fácil para los delincuentes. Ahora, en la era Milei, desde el rubro manifestaron una caida en las ventas dentro del mercado local de las dos ruedas empujada por el mix de incertidumbre e inseguridad.
Las medidas económicas impulsadas por el gobierno de Javier Milei, potenciaron un escenario que ya se hacía notar en los últimos meses de 2023. Este registro apareció en octubre del año pasado, cuando la División Motovehículos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) informó que también en el mercado de las dos ruedas se había producido un parate en la venta de motos 0km. En el rubro de las motos la retracción alcanzó el 19 por ciento respecto al mes anterior.
La Capital realizó una recorrida por distintas concesionarias dedicadas al rubro. “Durante el último tiempo, las ventas bajaron aproximadamente un 30 por ciento, provocado entre otras cosas por el incremento en los valores. Directamente mucha gente no tiene plata para comprarlas”, reveló Nicolás, trabajador de una concesionaria de Mitre al 1200.
Desde la concesionaria explicaron que la moto básica más económica tiene un costo de 700 mil pesos aunque la más vendida es la Honda Wave 110 que se eleva por estos días a un estimado de 1,5 millón de pesos. En este sentido, desde el local indicaron que si bien es la moto más vendida, también es “la más buscada por los ladrones porque la utilizan para robar y también venden los repuestos”.
Un trabajador de otro local dedicado a la venta de motocicletas, ubicado en 3 de Febrero y Mitre, reflexionó que uno de los motivos de la desaceleración en las operaciones de venta de unidades se dio porque “a la gente no le alcanza el sueldo”. Un factor que se pronunció desde el cambio de escenario a nivel nacional a partir de diciembre.
El empleado de la concesionaria céntrica comentó: “Los rosarinos que vienen a averiguar y tienen miedo van al grano: preguntan cuáles son las motos menos robadas”. En ambas concesionarias coincidieron que las más buscadas por los asaltantes son las marcas como Honda o Yamaha ya que la venta de sus repuestos suele ser “más cara”.
Otra coincidencia entre vendedores de motos se vincula a que con los fuertes aumentos del combustible, mantener un automóvil no es para bolsillos flacos. De esta manera, aquellos propietarios que no pueden utilizar el auto por motivos económicos, se proponen conseguir una moto que funcione como plan B para la movilidad cotidiana.
A pesar de la conveniencia económica, un empleado de un parking ubicado en el microcentro, manifestó: “Hay mucha gente que tiene moto y que le conviene venir a trabajar en ese vehículo, pero como es inseguro, prefieren moverse en auto. Si hubiera más seguridad sería todo distinto porque habría más motos en la calle, el tránsito sería más ligero. Hoy en día las cocheras no dan abasto con la cantidad de autos que hay en la calle”.
La movilidad es una problemática cada día más exacerbada y quienes se mueven en transporte público también muestran preocupación en cuanto a los precios de los pasajes. En Rosario, el boleto de colectivo cuesta 240 pesos y el servicio de taxis y remises aumentó un 40 por ciento, quedando la bajada de bandera diurna en 918 pesos y 43 pesos la ficha cada cien metros y el minuto de espera.
“Pensé en comprarme una moto porque el colectivo es muy caro, pero termina siendo una contradicción. Hoy comprarse una moto es bastante más económico comparado con los precios que tienen los autos y el combustible. Aunque por otro lado, el tema es el riesgo a que te la roben en cualquier momento. Es una buena alternativa y la tuve en cuenta pero primero pienso en la seguridad y no me animo”, declaró Fernando, un usuario del transporte urbano de pasajeros al ser consultado por la opción de las dos ruedas.
En tanto Manuel, un joven que se moviliza en bicicleta, al ser consultado sobre si contempló comprarse una motocicleta, señaló: “Sí, la compraría. Vivo en el centro y me muevo en bici pero a veces necesito trasladarme rápido y a distancias que quizás son más largas, como zona oeste. También porque comprarme un auto es imposible y si bien no se puede negar la inseguridad, no puedo vivir con miedo. No es vida”.
Los últimos datos esbozados por la Municipalidad sobre el parque automotor de la ciudad de Rosario revelan que se registraron 202.729 motos y motonetas hasta 2022. El informe se realizó contemplando el procesamiento de la base de Patentamiento de la Administración Provincial de Impuestos (API) de la provincia de Santa Fe.
Como contrapartida, es relevante mencionar que en la pandemia, a pesar de la situación económica, hubo factores que generaron un aumento en la venta de motos. Según comunicó en su momento la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (Cafam), en 2021 se patentaron 393.059 unidades, la mayoría de baja cilindrada y fabricación nacional, compatibles con el programa Mi Moto.
Además de las adquisiciones por la posibilidad de un financiamiento accesible, otro de los motivos de la suba que se produjo hace unos años, tiene que ver con la adquisición de la motocicleta como vehículo de trabajo. Durante el aislamiento, el trabajo en rubros como cadetería no mermó con las flexibilizaciones sanitarias. Hoy en un nuevo escenario ecónomico con otras reglas del juego, el panorama es incierto.