"Pedacito de cielo", una asociación civil que lleva varios años trabajando en la zona noroeste de la ciudad se propuso el año pasado reacondicionar sus espacios para alojar a niñas y niños de hasta 12 años que estén bajo la guarda del Estado a través de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. "Enviamos carpetas, gestionamos audiencias, sin embargo, desde octubre del año pasado que no logramos tener ni una sola entrevista o conversación, ni un intercambio", señaló María José Echenique, quien está al frente del proyecto que por las tardes funciona como merendero y espacio de taller para los chicos de los barrios Emaús, Stella Maris y 7 de Septiembre.
Si bien la respuesta oficial de la secretaria de Niñez, Patricia Chialvo, fue que "el lugar está preparado para niños pequeños y en esos casos se prioriza la derivación a familias solidarias", Echenique recalcó: "Trabajamos con chicos de hasta 12 años y en el contexto que atraviesan las infancias sería bueno tener una conversación, que nos recibieran. Llevamos años mucho tiempo trabajando".
Las condiciones de alojamiento y la disponibilidad de espacios para alojar a niños, niñas y adolescentes viene siendo un punto crítico de las gestiones de las áreas de Niñez, incluso a través de informes críticos de la Defensoría de Niñas, Niños Adolescentes. Y en los últimos días volvió a estar en la agenda pública a partir de la situación de siete chicos con distintas patologías y padecimientos de salud mental que llevan varios meses alojados en los hospitales Zona Norte y Vilela.
Si bien la secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia cuestionó las voces que hablan de la falta de plazas en los centros residenciales, hay voces de los equipos de salud que trabajan con infancias y adolescencias que vienen alertando la prolongación de las internaciones, las dificultades de un trabajo articulado, la escasez de plazas y los problemas de muchos niños que tras episodios de crisis no son recibidos en los centros por los que habían transitado.
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En el caso del centro conformado en la zona noroeste de la ciudad lo que vienen pidiendo desde fines de 2022 "es un espacio de diálogo para que sepan qué tenemos para ofrecer, porque hasta ahora en este contexto tan delicado para los chicos y chicas, hasta ahora y luego de más de cuatro presentaciones, nunca se sentaron con nosotros", señaló la coordinadora.
Niños de hasta 12 años
Echenique viene de trabajar en fundaciones y comunidades terapéuticas. La asociación civil "Pedacito de cielo" ya tiene varios años. En una casa de Fisherton sostiene un merendero y talleres de arte, cocina y música que funcionan con los chicos de los barrios de la zona.
"Los chicos vienen desde Emaús, Stella Maris, el 7 de Septiembre y la Bombacha", explica Echenique y recuerda que fue sobre finales del año pasado, una vez que la casa que tienen en comodato estuvo reacondicionada, que iniciaron los acercamientos con la secretaría para ponerse "a disposición".
"Desde hace largos meses estamos esperando poder tener una entrevista con ustedes para contarles y mostrarles la carpeta que fue presentada en cuatro oportunidades en la sede Rosario", se lee en una nota que circuló en los últimos días y donde ante la falta de respuestas, se preguntan: "¿Hay algo que se pueda hacer? ¿Una conversación? ¿Una visita al hogar? ¿Un convenio?".
La respuesta oficial a La Capital de parte de Chialvo es que "la oferta es para chicos muy chiquitos, para bebés y la Secretaría tiene una orden de la Defensoría de que los niños más pequeños tienen que ir a familias solidarias".
Sin embargo, Echenique recalcó que "en la carpeta que enviamos en cuatro oportunidades indicamos claramente que aceptamos chicos de hasta 12 años, incluso en casos de grupos de hermanos u otras situaciones podemos ser flexibles, pero para conversar esas cosas es que esperamos ser convocados, incluso fuimos personalmente y así y todo no lo logramos".
La coordinadora dejó en claro que "el centro no está pensando para adolescentes" e incluso señala que "eso implica un trabajo de los equipos que no hacemos", en referencia a las dos psicólogas, médicas y una enfermera, además de trabajadoras sociales, acompañantes e incluso psicopedagoga y docentes, con quienes se organizan actividades de apoyo escolar.
Echenique recalca que los espacios "no están pensados solo para bebés" y que las puertas están abiertas para niñas y niños de hasta 12 años. "Lo que decimos es que intentamos contactarnos, estas cuestiones pueden y deben conversarse, pero para eso necesitamos que nos reciban, una charla, una respuesta", insiste.