En una audiencia que tuvo lugar ayer en el Centro de Justicia Penal, se dispuso que Pablo Mancini y Germán Schoeller, los dos imputados por la muerte de David Pizzorno, de 42 años, y su hijo Valentino, de apenas 8, permanecerán en prisión preventiva hasta el 20 de octubre o bien hasta que se sustancie el juicio cuya fecha se estimó para agosto.
Las víctimas perdieron la vida cuando los dos acusados corrían picadas en Avenida del Rosario y Ayacucho hace exactamente dos años y a 134 kilómetros por hora embistieron el coche en el que se desplazaban el papá y su hijo junto a Cintia Díaz, esposa y madre de los fallecidos y sobreviviente del tremendo episodio vial. La fiscalía ya solicitó 18 años de prisión efectiva e inhabilitación para conducir.
Anoche, familiares y amigos de Pizzorno repintaron dos estrellas en el lugar fatídico donde el hombre y su hijito perdieron la vida. También hubo un encendido de velas para concientizar a la población y visibilizar el hecho para que no quede en el olvido.
Hace dos años, y a pocas horas de transcurrido el trágico hecho, las primeras pericias habían arrojado que ambos autos transitaron a 132 kilómetros por hora por Avenida Del Rosario, donde la velocidad máxima es de 60, en un trayecto de entre 300 y 400 metros desde Castro Barros hasta Ayacucho, donde se produjo la colisión contra el auto de los Pizzorno.
Mancini manejaba un Citroën C4 color blanco, mientras que Schoeller conducía un Renault Sandero
De acuerdo al planteo de la Fiscalía, el Citroën C4 tocó de costado al Citroën C3 de los Pizzorno y lo desestabilizó, haciéndolo girar justo antes del violento impacto contra el Renault Sandero que conducía Schoeller.
El hombre de 42 años y su hijo de 8 murieron en el acto a consecuencia del impacto.
Una de las cámaras de seguridad mostró que los imputados frenaron en la esquina de Castro Barros y Avenida Del Rosario, minutos antes de la feroz colisión. Se hicieron señas de luces para “abrir la cancha” y arrancaron al mismo tiempo a gran velocidad en dirección este a oeste, lo que configuraría una “prueba de velocidad y destreza”, lo que en la jerga se conoce como picadas y que la Fiscalía presentó en esa instancia y en los que insistió días atrás en la presentación para el requerimiento de las penas.
La Fiscalía a cargo de Walter Jurado les atribuyó los delitos de homicidio simple por la muerte de David y Valentino; lesiones graves por las heridas que sufrió en el siniestro Cintia, la única sobreviviente; e incluso los imputó por lesiones graves en relación a una tercera persona que iba como acompañante de Mancini y que sufrió lesiones psíquicas.
Fundamentos
Para Mancini y Schoeller, Jurado y Piazza, de la Agencia de Siniestralidad Vial y Delitos Culposos, introdujeron el pedido prisión efectiva por 18 años y 10 años de inhabilitación para conducir por el abuso en la actividad de conducción verificada en el hecho. Los imputados no desistieron o renunciaron a dicha acción inusitadamente peligrosa para la vida de las personas y para ellos mismos. Se sostiene que ambos actuaron con dolo eventual,venían realizando pruebas de velocidad a altísima velocidad, no frenaron en ningún momento al cruzar calle Ayacucho y además hicieron caso omiso a la intermitencia del semáforo en rojo.
En la audiencia que tuvo lugar ayer por la tarde, el juez de primera instancia Facundo Becerra hizo lugar al pedido de extensión hasta el 20 de octubre de la prisión preventiva para ambos conductores, más allá del plazo de ley de dos años que vencía por estas horas, y en base a la falta de precisión sobre la fecha de realización del juicio, que se estima sería en agosto.
“Queremos concientizar que haya cuidado al volante y en relación al hecho. Al menos los imputados seguirán detenidos. Queremos pedir por la paz para que cuando llegue su momento se haga Justicia y todo el dolor que nos ha tocado sufrir no sea en vano. Esto que me pasó a mí, le puede suceder a cualquiera que lleva su hijo a lo de su propia madre porque al otro día íbamos a trabajar. Y uno se topa con estos locos que sin tener valor hacia sus vidas y a la de los demás conducían a 140 kilómetros por hora. Por eso queremos que no vuelva a suceder, o que suceda lo menos posible”, le dijo a La Capital Cintia.
La mujer junta fuerzas y energías “por ellos dos” para que esto no vuelva a suceder y las próximas víctimas, “que ojalá nos las haya”, no tengan que hacer todo tan “engorroso y pedir apelación y audiencia y estos hechos se caratulen como homicidio y no como un simple accidente de tránsito, donde los culpables están dos o tres años detenidos y se van a su casa como si nada”.
Ayer se cumplieron dos años exactos de la picada mortal. “Así les otorguen 50 años, nunca va a alcanzar, debe ser lo máximo posible, lo que se pueda”, consideró Cintia y admitió que existe una sensación de espera agónica de cara al juicio. Para la viuda y madre del niño de tan solo 8 años, tanto Mancini como Schoeller son culpables. La mujer recordó que estuvieron picando 600 metros a 140 kilómerros por hora, “cuando alguno de ellos se podría haber negado, sin embargo siguieron”.