Hace pocos días La Capital publicó una nota bajo el título "La ausencia del alumno del Superior puso en evidencia las apuestas online de los adolescentes", que refería al contacto de los chicos y adolescentes con el casino on line.
Por Laura Vilche
Hace pocos días La Capital publicó una nota bajo el título "La ausencia del alumno del Superior puso en evidencia las apuestas online de los adolescentes", que refería al contacto de los chicos y adolescentes con el casino on line.
Se trata de una práctica prohibida para menores de 18 años, donde los adolescentes manejan dinero, a veces mucho, les esconden a sus mayores que juegan y apuestan; dicen cuánto ganan, pero nunca cuánto pierden y poco se sabe del destino que les dan a las sumas. La terapista ocupacional y profesora en educación especial María José Borsani analizó este nuevo consumo y uso de las nuevas tecnologías.
"No quiero ser dura con los adultos, quienes tenemos vidas complejas, con exceso de demandas cotidianas, pero no puedo dejar de remarcar que tenemos una responsabilidad ineludible con los chicos y adolescentes: los padres, abuelos, pediatras, entrenadores, docentes y políticos. El tema del juego on line es para analizar desde muchas aristas, para hacernos preguntas más que para juzgar. Y definitivamente no hablaría de ludopatía, eso solo lleva a la patologización y a la medicalización de los chicos y jóvenes y quita responsabilidad a quienes debemos acompañarlos", sostiene Borsani.
Podría decirse que todo empezó con Antonio, el joven de 17 años, estudiante del Superior de Comercio que durante una semana no regresó a su casa de Pueblo Esther ni a su colegio. Pero eso sería faltar a la verdad.
Este diario hizo un sondeo con estudiantes y docentes y el fenómeno excede a ese episodio. De hecho, los directivos del colegio Lasalle alertaron a los padres de su comunidad secundaria al comunicarles que el wifi del edificio escolar de Mendoza al 400 había colapsado por las apuestas on line.
Y no todo quedó allí. Un docente de la Escuela Secundaria Orientada Nº 433 (Entre Ríos 2366, Normal 3 por la mañana) dijo haber hablado del tema con sus alumnos.
"Ellos dicen que no lo hacen, pero sí conocen amistades que juegan por dinero: tienen contactos que les dan dinero virtual y ellos pagan en físico. Tal vez un elefante nos esté pasando por delante y no lo estamos viendo", dijo el docente quien prefirió no identificarse, pero aclaró que un alumno había ganado 6 mil pesos esta semana y estaba "feliz".
El director del Superior de Comercio, Pablo Alesandroni, donde pareciera que se disparó "todo" no solo señaló que abordaron el tema de Antonio con sus compañeros, padres y docentes, sino que al referirse al tema del Lasalle dijo: "Avanzamos para bloquear las páginas del casino de nuestro wifi y no llegaron a saturarse".
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Por otro lado, una profesora de una escuela técnica de Villa Gobernador Gálvez, Nancy Escobar, también habló con sus alumnos.
"Me dicen que como ellos hacen doble turno y se quedan a almorzar, sus familias les depositan dinero en Mercado Pago y ellos usan la plata para los juegos. Dicen que no apuestan. Sin embargo, en esta localidad muchos comentan por lo bajo que hubo casos trágicos de adolescente, supuestamente por deudas de dinero. Hay que ser cuidadoso no se puede ligar todo, pero indudablemente algo está pasando con el juego on line", señaló esta docente con 17 años de labor.
El docente Gabriel San Sebastián de la Escuela Nº551 Sonia B. González, de Grandoli y Ayolas, dijo que leyó las notas del juego on line con cierto prejuicio.
"Esto debe suceder en escuelas donde los chicos tienen acceso a cierto poder adquisitivo", supuso. Sin embargo, luego se quedó pensando y le comentó sus reflexiones a este diario.
"Yo doy Economía en tercer año y me he tenido que poner al tanto con lo virtual, para dar las clases con los chicos, que necesitan bajar apps para pagar colectivos y demás. El dinero físico no corre más en la mano. Me puse contento de poder explicarles cómo compite un plazo fijo con aplicaciones como Mercado Pago o Ualá y un chico apareció y me dijo: 'profe, las changuitas que hago les pido que me lo paguen allí y sé que voy a tener un interés'. Hasta ahí la virtualidad del dinero me parece bien. Las apuestas no", dijo el profesor.
De todos modos, el profesor se preguntó: "¿Y si los chicos en lugar de trabajar y cuidar esos pesos, piden plata , la ponen en su billetera virtual y negocian los intereses con un tercero? Mejor no demos ideas, hay que estar atentos, para entender cómo manejan virtualmente el dinero y si se ponen o no en riesgo".
Y en otro orden contó otra forma de jugar que tienen algunos pibes que asisten a esa escuela, y que se aleja bastante de los jueguitos virtuales. "Algunos de mis alumnos me contaron que tienen un caballo e hicieron el curso de Jockey en el Hipódromo y participan en cuadreras".
Desde el Politécnico, el director Juan Farina, dijo: "hasta ahora no hemos detectado esa problemática en el colegio, pero eso no me deja tranquilo luego de saber lo que pasó en el Superior o en el Lasalle". Con los profesores estamos charlando, acá se trata de prevenir no salir a la caza de nadie".
Y desde el centro de estudiantes del mismo colegio, Lautaro Sironi, dijo que obviamente él no puede hablar en representación de "todos los jóvenes" de su colegio sobre las apuestas al casino on line.
"Mis amigos no lo hacen, tal vez haya chicos que sí, sin embargo, es más común apostar jugando al truco o hacer apuestas deportivas, pero tampoco es algo cotidiano". Además, dijo que en el "Poli" hay wi fi, que funciona relativamente bien, pero "existe control".
"Tenemos un centro informático del Poli, que labura sobre las redes que se usan en el colegio y nunca saltó un problema de este estilo", señaló.
-¿Nos pasó a los adultos un elefante por delante con este tema de los juegos on line y no lo vimos?
Creo que sí. El contacto con las pantallas, sobre todo durante la pandemia, les dio a los chicos y jóvenes mucho entrenamiento y los acercó a un mundo financiero que los estaba esperando con los brazos abiertos, es más, los estaba buscando, algo propio del mundo capitalista. Entonces no me parece apropiado hablar de ludopatía, porque eso es camino directo a la patologización y medicalización, es más pertinente hablar de un problema que comienza en un juego y termina en un negocio.
Borsani dijo estar "convencida" de que el tema no se da solo en la escuela y que hay una gran responsabilidad de los adultos que crían a los chicos, chicas y jóvenes. No los culpa, remarca, solo los responsabiliza al momento de pensar en "alojarlos, escucharlos y mirarlos" cuando incursionan en un mundo como el adulto, que se les puede volver una amenaza.
"Todo adolescente necesita de un otro con mayúscula, que esté andamiando; no vigilando, supervisando y ejerciendo el control por el control mismo. Y ese acompañamiento se ha debilitado, se ha mediatizado con las pantallas: no es lo mismo mandarles mensajes de lo que deben hacer o para preguntarles qué están haciendo o si ya hicieron esto o aquello. Hay que estar con ellos armando la diaria, vincularse cara a cara con calidad y tiempo, algo que hay que jerarquizar. Criar lleva tiempo real y psíquico: hay que pensar en un hijo, dónde está, con quién y qué le sucede. Y digo 'hijo' pero esto puede ser un vínculo de una tía, un abuelo, un docente, un entrenador de fútbol, un hermano mayor".
Cuando habló específicamente de la relación de los chicos y jóvenes con el dinero, Borsani detalló algo en referencia al cambio de usos y costumbres.
"Antes, si se podía, uno empezaba dándole el alfajor para la merienda al chico, luego le daba un semanal para que aprendiera a administrarse y si le sobraba algo, le quedaba para el fin de semana y si se gastaba todo, se daba cuenta de lo que había perdido. Ahora los chicos no manejan monedas porque no hay más, tampoco dinero tangible: todo es por transferencia, por una cuestión de seguridad y también de comodidad. ¿Se olvidan la plata? El adulto le transfiere y le resuelve: no hay anticipación al gasto ni cálculo ni previsión: ¿se agota la plata?, se repone. Pareciera que no hay lugar para la pérdida".
Es más, Borsani planteó una paradoja con relación a este tema y dio un ejemplo escolar. "En segundo grado a los chicos se les da problemas matemáticos donde los enunciados les preguntan: '¿cuál fue el vuelto? , pero ahora los chicos no viven eso como realidad, como algo significativo: pareciera que no hay resto".