Los años de abandono y dejadez de la casona de la esquina de Santa Fe y Laprida no hicieron de ella un objetivo menos interesante para los saqueadores. Este martes a la mañana, autoridades municipales intervinieron el histórico edificio luego de que impactaran numerosas denuncias por intromisión. El edificio pertenece al Ente de Control y Gestión de la Vía Navegable desde marzo del 2022, pero está en abandonado desde el 2015 luego de que el Senasa -dependencia pública que ocupaba con la casa con sus oficinas- se mudara a otra sede con motivo de obras de restauración del edificio que nunca se realizaron.
Las últimas dos semanas, trabajadores de la zona habían observado con preocupación aumento de movimiento y de basura en los alrededores del inmueble. Una noche, los vecinos observaron cómo saqueadores ingresaban por medio de un hueco en un portón lindero, para luego subirse a una ventana y extraer materiales, incluso inodoros, desde allí.
Fuentes consultadas por La Capital apuntaron que el primer llamado fue el lunes por la noche al Ente de Control de la Vía Navegable para denunciar el ilícito, pero no contestaron. Del mismo modo, la comunicación con la policía apenas logró que un patrullero se acercara pero al no tener modo de ingresar al edificio, los efectivos se retiraron. Finalmente fue el municipio el que terminó por enviar dos móviles de Control Urbano durante la tarde del lunes y la colocación de un cerramiento para terminar con el acceso de vándalos al edificio “hasta tanto se haga cargo Nación”, según afirmaron fuentes del organismo municipal.
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Ingreso de la casona que fuera sede del Senasa, en la esquina de Laprida y Santa Fe.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
"Había dos entradas, por una ventada y un portón donde había una hendidura por la cual tantearon y finalmente se metieron", explicaron los denunciantes. Desde la Municipalidad realizaron "un acompañamiento por la preocupación de los vecinos y un cerramiento para que esto no vuelva a ocurrir", apuntaron fuentes de Control.
Además, desde la municipalidad aclararon que "No somos nosotros los que lo tenemos que custodiar, pero como los vecinos estaban preocupados tuvimos una intervención ahí. Ingresamos para ver cuál era la situación en al que se encontraba y realizamos una custodia hasta que de nuevo se realizó un cerramiento de las aberturas que habían abierto los desvalijadores".
Los funcionarios redactaron un informe donde se detalló el estado del edificio al momento del ingreso de efectivos de Control Urbano y las acciones realizadas. "Esperamos que esto calme la preocupación de los vecinos. Ahora el edificio está cerrado y esperamos que se haga una pronta intervención de los vecinos".
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"Se debe haber extendido mucho el dato de que se pueden meter por ahí. Es tierra de nadie", apuntaron vecinos a la casona de la familia Rouillón que denunciaron el desvalijamiento del lugar. "Está abandonada. La semana pasada un vecino nos dijo que la estaban desvalijando por medio de una hendidura en el hierro de una puerta en el garage de al lado", sostuvo un trabajador de una dependencia lindera, desde la cual hace años que denuncia la intromisión de alimañas y la filtración de humedad desde el dejado edificio vecino.
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Los usurpadores entraban por medio de un hueco que se había formado entre los barrotes del portón de la fachada de calle Santa Fe.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) tuvo su hogar allí, luego de que funcionara una delegación del Pami durante la década de 1980. La dependencia funcionó en la casona hasta el 2015, para mudarse a Mitre 597 para dar lugar a las obras de remodelación y puesta a punto del edificio. Desde allí, sus salones están vacíos.
En 2019, el legislador provincial Joaquín Blanco presentó un proyecto para que el Estado Nacional le cediera la titularidad del inmueble a la provincia, junto con otros edificios de valor histórico que estaban cayendo en deterioro por el desuso. Finalmente, la Agencia de Administración de Bienes del Estado cedió la propiedad al Ente de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), dependiente del ministerio de Transporte, en marzo del 2019 con la promesa de que las instalaciones serían el hogar del directorio del organismo. Salvo por la colocación de un cartel en la fachada de calle Laprida, la obra nunca avanzó.