La quietud del sábado por la mañana, en el medio del fin de semana largo y después de una noche de festejos largos el pase de la selección a semifinales del Mundial, se rompió en varios barrios de la ciudad por el ruido de motosierras y camiones que, progresivamente, fueron removiendo las ramas y árboles que cayeron por el temporal del viernes a la noche. Los vientos, que llegaron a superar los 100 kilómetros por hora, no solo perjudicaron el arbolado, sino que, además, se volaron chapas, carteles, postes de luz y luminarias. Y una de las situaciones más delicadas se dio en el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, donde se produjo la rotura del cielo raso del hall central, en la zona de despacho de equipajes, y hubo que tomar medidas preventivas para proteger a los pasajeros y el personal de la aeroestación.
Según el reporte de Defensa Civil, las ráfagas de viento tuvieron su máximo registro a las 20.34 del viernes cuando llegaron a soplar a 104 kilómetros por hora. Por su parte, cayeron 29 milímetros entre la tarde y la noche. En tanto, se recibieron más de 400 reclamos por árboles, ramas y columnas caídos, por cables cortados y extendidos sobre la vía pública y por voladuras de diversas estructuras.
Riesgo
“Pudimos restituir la circulación en toda la ciudad y sacar las situaciones de riesgo. Vamos a comenzar la semana levantando los restos de lo que se ha trozado de ramas y troncos”, explicó a La Capital el subdirector de Defensa Civil, Gonzalo Ratner.
“Esta tormenta va a demandar varios días de trabajo”, dijo Ratner, quien anticipó que entre este sábado y domingo estarán abocándose a los reclamos “de mayor emergencia”, en los que predominan “árboles de gran porte cortando la calzada”.
Las voladuras por el temporal fueron variadas: ramas de distintos tamaños, árboles enteros, carteles y diversas estructuras. En la noche del viernes pudieron observarse muchas calles con árboles cruzados por completo sobre la calzada, obstruyendo la circulación.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
A los daños en el arbolado público, que se contaron de a cientos y que dejaron postales como una rama gigante que cayó sobre dos ingresos a cocheras de edificios en Oroño al 100, se añadieron las caídas de varios postes de luz con sus respectivos cables en el suelo, luminarias enredadas en árboles (como el caso de dos que se encontraban sobre calle Echeverría, a metros del ingreso a la planta de Aguas Santafesinas) y hasta voladuras de vallados de obras que dejaban al descubierto edificios en construcción.
Ratner indicó que la tormenta “dejó consecuencias importantes, sobre todo, en el arbolado público”. Según aportó, hubo 324 reclamos al respecto. Y detalló que las cuadrillas de la Central de Emergencias trabajaron desde el viernes a la noche, mientras que personal de Parques y Paseos y de la Dirección de Higiene Urbana se sumaron en la mañana del sábado.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Las consecuencias del temporal también llegaron al aeropuerto, donde hubo daños severos en las instalaciones ya que se desprendió el vidrio de uno de los ventanales del hall central, lo que provocó la rotura de una lona tensada que recubre internamente el techo del edificio.
El director del AIR, Eduardo Romagnoli, contó a La Capital que la magnitud de la tormenta en esa zona fue tal que “empleados con más de 25 años de servicio se sorprendieron porque nunca había ocurrido algo parecido”. En tanto, aclaró: “No hubo heridos y todos los vuelos operaron regularmente y sin dificultades”.
Tras la primera evaluación de los daños, Romagnoli adelantó: “Si bien se hicieron reparaciones de emergencias, el lunes van a comenzar las tareas de restauración definitivas”.